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Serie: Relatos, reflexiones y otros aportes para rescatar la Memoria, a 50 años del golpe de Estado en Chile. El autor que suscribe este... Crónica de una Infamia, tercera parte: Venceremos

Serie: Relatos, reflexiones y otros aportes para rescatar la Memoria, a 50 años del golpe de Estado en Chile.

El autor que suscribe este articulo presentará una serie de artículos  en los que, a partir de una revisión bibliográfica, repasa los hechos ocurridos durante el periodo del Gobierno Popular de Salvador Allende. Acá dejamos el tercer capítulo.

Omar William López, Sociólogo.- 

Desde el hondo crisol de la patria

se levanta el clamor popular,

ya se anuncia la nueva alborada,

todo Chile comienza a cantar.

 

(Quilapayún)

 


En el libro de Mónica González, nos señala:” Los altos mandos de las fuerzas armadas tenían más conciencia que la mayoría de los políticos acerca de lo que estaba ocurriendo. Al menos eso se desprende de la Síntesis de la Situación Nacional que el estado mayor elaboró a fines de diciembre de 1969.Sobre el potencial electoral de las fuerzas en disputa, el informe revela la siguiente proyección:

  • Alessandri 35%
  • Tomic 27 %
  • Allende 38 %

 Uno de los puntos más modulares del documento es el referente a la Posición de las Fuerzas Armadas: Están integradas en un 80% de su personal por una planta de tendencia centro izquierda, no proclive al marxismo. El 20% restante está dividido en un sector pequeño de los niveles altos de la oficialidad y suboficiales de inclinación derechista y otro pequeño también en la oficialidad y suboficialidad baja infiltrada por la propaganda marxista. El 90% del contingente habitual de las FF.AA.  es juventud de procedencia obrera y campesina; el 10% restante es estudiantado de clase media. En general, no hay conscriptos de la clase alta.

En este documento además se señala: Su real afectividad como tal factor de poder, depende básicamente de su firme cohesión espiritual bajo sus mandos legítimos tarea que es hoy la fundamental de los comandantes en jefe, a raíz de la crisis local de octubre del presente año (sublevación del Tacna)

Sólo asegurando esa “cohesión”, remarcaba el documento, los comandantes en jefe están en condiciones de:

  • Apoyar firmemente al Poder Ejecutivo actual ante cualquier conato de Golpe de Estado o de situaciones anárquicas preelectoral.
  • Apoyar al candidato triunfante en un proceso electoral completo, sujeto a las normas constitucionales vigentes.”

Continuamos con el texto de Mónica González. “A las 11 de la noche del día 4 de septiembre, la victoria de Allende aún no era reconocida. De pronto sonó el teléfono en su hogar, en Guardia Vieja:

  • Aparecieron algunos tanques en las proximidades de La Moneda.

Otro antecedente aumentó el nerviosismo de Allende y del grupo que lo acompañaba el general Camilo Valenzuela, jefe de Plaza que tenía que autorizar la gran manifestación de triunfo no respondía.

La espera minuto a minuto se tornó dramática. Allende tomo el teléfono y llamo al general Valenzuela. Con tono firme le pidió autorización para celebrar. Luego se sentó en su sillón a esperar la respuesta. Sonó el teléfono. Allende se paró para atenderlo. Cuando cortó, miró fijamente a sus amigos y exclamó: Ganamos. Si el gobierno nos autoriza a salir a celebrar el triunfo es evidente que hemos ganado. Todos se abrazaron y las calles de las principales ciudades del país fueron testigo de cómo los estudiantes, las mujeres, os trabajadores salieron a celebrar esa noche.”

El resultado final fue:

  • Salvador Allende con el 36,63% de los votos
  • Jorge Alessandri con el 35,29% de los votos
  • Radomiro Tomic con el 28,08 % de los votos

Tanto Allende como Tomic presentaron programas de cambios con el propósito de darle dignidad a los más postergados de nuestro país. La suma de los votos de Allende y Tomic nos indican que el 64,71% de los votantes estaban por los cambios, Chile era un país de centroizquierda.

A la misma hora en que la Unidad Popular celebra su triunfo, Kissinger entro a la oficina Oval para darle la noticia al presidente:

  • Mierda, exclamó Nixon. ¡Ese hijo de puta! ¡Ese hijo de puta!

Kissinger sostiene que Nixon estaba fuera de sí y que culpó al Departamento de Estado y al embajador en Chile por los resultados [1]

Se iniciaban tensos días en Chile.

En esos años cuando no había un claro ganador en las elecciones presidenciales, era el Congreso Nacional el que elegía entre las dos primeras mayorías y su tradición indicaba que elegían a quien había obtenido la primera mayoría.

[1] Patricia Verdugo, op. Cit.

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