Carlos Graña Sarmiento, periodista.-
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue fundada el 11 de abril de 1919, en virtud del tratado de Versalles con el doble objetivo de lograr la expansión global de los derechos de los trabajadores y atenuar las causas de las revoluciones que sacudieron fundamentalmente a algunos países involucrados en la Primera Guerra Mundial. El tratado mencionado reflejó la convicción de que la justicia social es esencial para alcanzar una paz universal y permanente. Su constitución, sancionada en 1919, se complementa con la declaración de Filadelfia de 1944. Este organismo especializado de Naciones Unidas se ocupa de los asuntos relativos al trabajo y las relaciones laborales. Está integrado por 187 estados nacionales. En 1969 recibió el Premio Nobel por la Paz.
Las condiciones laborales, hace 105 años cuando nació, eran muy precarias. A los obreros los sometían a ambientes que propiciaban la propagación de enfermedades, existía falta de regulación en las horas de trabajo, la contratación de mano de obra era un caos, y la explotación laboral, junto al siempre complejo tema de los salarios, generaban un descontento que parecía gritar al mundo la necesidad urgente de un mecanismo internacional que ayudara a visibilizar la necesidad de cooperación, para obtener igualdad en las condiciones de trabajo en el planeta.
Todavía hoy la incertidumbre laboral pareciera ser una ecuación permanente de siglo a siglo. Prevalece la desigualdad económica y, con ella, el qué puede pasar mañana, atizado por la persistencia de la pobreza de los trabajadores y los pronósticos relacionados con la elevación de la tasa de desocupación global.
El último informe anual de la OIT, publicado en enero de 2024, proporciona una evaluación integral de las condiciones laborales y sociales de varios países, y declara que no se ha alcanzado una total recuperación económica y social tras la pandemia de la COVID-19, en tanto el progreso de la justicia social se está ralentizando.
A pesar de las dificultades económicas, en 2023 se visualizó una reducción en la tasa de desempleo mundial, luego de que se situara en un 5,1 %, cuando en 2022 fue de 5,3 %.
Pero las previsiones para 2024 señalan las probabilidades de un empeoramiento, expresado en una tasa de desempleo del 5,2 %», que afectará primero a países que tenían una situación precaria desde antes de la pandemia.
Por otro lado, la recuperación del mercado laboral sigue siendo desigual debido a nuevas vulnerabilidades y múltiples crisis, algunas de estas dadas a partir del desarrollo tecnológico.
«Este aparente progreso tecnológico no ha mejorado el nivel de vida ni ha impulsado el crecimiento de la productividad, un indicio más de la lentitud de los ajustes del mercado de trabajo», señala la OIT sobre el tema de las innovaciones digitales relacionadas con la inteligencia artificial en 2023.
Lo que sí destaca en medio de ese contexto, alerta, es la lentitud de los ajustes laborales. La falta de competencias técnicas y los obstáculos de acceso al mercado han frenado la adopción tecnológica, especialmente en sectores poco productivos y en países en desarrollo, por lo que son necesarias políticas más proactivas para la transformación digital.
En cuanto al salario, uno de los grandes desafíos en el mundo laboral, resulta hoy alarmante que el proceso de devaluación del salario real y la disminución del nivel de vida, causados por la inflación y el aumento del costo de la vivienda, no se compensarán a corto plazo, mientras el desempleo juvenil sigue siendo un obstáculo para realizar ajustes estructurales y del mercado laboral, especialmente en naciones con altas tasas de jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Las tasas de empleo informal no mejorarán este 2024, señala la organización centenaria, pues alrededor del 58 % de la fuerza laboral del planeta seguirá trabajando en esa condición, en tanto persistirá la llamada «pobreza laboral».
En su primer siglo de existencia, la OIT sigue apostando por la misma solución: que los gobiernos refuercen las economías nacionales a través de iniciativas que impulsen el crecimiento de la productividad y el nivel de vida; y que aprovechen los mecanismos de cooperación internacional para promover iniciativas regionales en función del mismo objetivo.
En este organismo reúne a representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores de 187 Estados para colaborar en la formulación de normas laborales, políticas y programas que promueven el trabajo decente para todos .Este organismo de Naciones Unidas ha ratificado alrededor de 90 convenios para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores del mundo.