Serie, a 50 años del golpe…
Adolfo Vargas Jofré, Periodista UCN. Desde La Tirana.-
Muchas son las historias ocurridas en el desarrollo del VI Encuentro de Escuelas de Periodismo, efectuado ( y no en julio como lo escribí en la anterior crónica) en Santiago.
Antes de continuar, mi colega y compañero de estudios Luis Maturana Carter me envió una aclaración respecto al cargo que ocupaba en esa fecha.
“Me recuerdo que ya era dirigente de la FEUN, Federación de Estudiantes de la Universidad del Norte”, me recuerda. Yo sabía que había sido parte de la directiva del Centro de Alumnos de la Escuela de Comunicación Social ( hoy Escuela de Periodismo) de la Norte, pero como todo lo que escribo en estas historias solo están en mi memoria, no tengo documento alguno por escrito, evidentemente suelo olvidar algunos detalles y pido las disculpas pertinentes.
Volvamos a la historia de esta crónica. Luego de la última reunión del encuentro de los dirigentes de las 5 Escuelas de periodismo que había en 1969, los afuerinos decidimos salir de “parranda” y quienes vivían en Santiago sabían de algunas “picadas” baratas y acorde al presupuesto de universitarios de aquella época.
Fue así como llegamos los antofagastinos, los porteños (Valparaíso) y los penquistas (Concepción), además de los dueños de casa, los dirigentes de la Universidad de Chile de Santiago. Era una “patota” de unos 20 jóvenes chascones, barbudos y bigotudos, muy upelientos e izquierdosos como se usaba en la época, que llegamos hasta el local del “El Rey de las Papas Fritas” ubicado al final de calle Bandera, muy cerca de la Estación Mapocho.
Nos acomodaron varias mesas para nosotros y comenzó la operación “vaca”. Todos registrándonos los bolsillos y uno era el que reunía las monedas y algunos billetes. Le decían Payo y era alumno de periodismo de la Chile de Valparaíso.
Alcanzó para una cerveza por “nuca” y varias fuentes de deliciosas papas fritas. De pronto el local estaba lleno, casi puros hombres ya treintones y cuarentones.
Desde un maletín el Payo saca un instrumento que parecía una guitarra pequeña, pero con un sonido agudo y llamativo. Después supe que era un banjo (se pronuncia banyo) . Y se animó la fiesta estudiantil con los viejos parroquianos, que al vernos con los vasos “secos”, nos mandaban varias botellas de cerveza de regalo a ese montón de “jóvenes revolucionarios” como decían ellos.
Salimos del lugar con algunos grados de alcohol y mucho frío y como buenos nortinos decidimos volver a la residencial donde estábamos alojados, ubicada en la entonces calle Ahumada (hoy convertida en un paseo peatonal) casi al llegar a la Alameda.
Algún tiempo después supe del Payo, quien era parte de grupos rockeros y folclóricos. Era nada menos que Payo Grondona, estudiante de periodismo de los últimos cursos de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile de Valparaíso.
El fue parte del conjunto “Los Mac’s”, cuyo primer éxito lo escribió con Orlando Muñoz y se llamaba “La muerte de mi hermano”, un rock de su autoría y que un grupo de nosotros (alumnos de la carrera de Comunicación Social) sin saberlo lo habíamos adoptado como himno mientras estábamos en las afueras del pabellón “L” donde teníamos clases y esperábamos la siguiente actividad.
A grito “pelado” cantábamos: “ Ayer mataron a mi hermano…lo mataron y que”…me acuerdo de Lorenzo Reyes, Osman Cortés, Juan Guaracchi, Raúl Morales, Lucho Maturana, Daniel Díaz y algunas compañeras como Sonia Leyton, Julita Pavez, Marianne Anderson, Cecilia Barnao y muchos más que ya se escapan de mi memoria, pues era el año 1968.
Sin saber lo que vendría después, hoy conozco algo más de Payo Grondona, quien sufrió el exilio ordenado por los militares y que murió el 2014 en su tierra natal. El fue parte de la Nueva Canción Chilena y grabo muchos discos.
Hoy lo recuerdo y modestamente le hago llegar mis cariños a la familia de este compañero estudiante de periodismo, que nos alegró con su banjo en mayo de 1969 en “El Rey de las Papas Fritas”.
Y esta era su frase predilecta en ese entonces: “Okey, estamos planeando la revolución, estamos en la protesta universitaria, estamos en todo ese cambio, pero también estamos viviendo”.
“El olvido es siempre ausencia de memoria”
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