A 33 años del hallazgo de la fosa de Pisagua.

Discurso pronunciado en acto de homenaje, en el Cementerio N° 3 de Iquique

Héctor Marín Rossel, Presidente de la AFEPI.-

Reciban cada uno de ustedes un saludo y un abrazo fraterno de parte de nuestra agrupación de familiares de ejecutados políticos y detenidos desaparecidos de Iquique y Pisagua, al cumplirse 33 años del encuentro de la fosa clandestina del campo de concentración de Pisagua, un 2 de junio de 1990.

Fueron muchos años de búsqueda incesante de parte de familiares y un puñados de compañeros quienes prometieron nos descansar hasta encontrar a todos nuestros compañeros fusilados y desaparecidos del campo de concentración de Pisagua. En estos momentos recuerdo a Víctor Troncoso, uno de los paleros que partió de este mundo con la satisfacción en el alma de haberlos encontrados; no a todos como él y muchos de nuestros queridos paleros le hubiese gustado.

Sin proponérselos, ellos son parte de esta historia oscura llena de odio y de terrorismos de parte del Estado de Chile. Gracias a su esfuerzo, compromiso y trabajo, la tierra habló y denunció a Chile y al mundo, sobre los horrores de la dictadura cívico militar que gobernó a sangre y fuego por largos 17 años.

Hoy el Estado de Chile por primera vez a propuesto a los familiares un Plan Nacional de Búsqueda, casi a 50 años del golpe cívico militar hemos sido convocados para que en conjunto construyamos este plan nacional desde las organizaciones de derechos humanos que nunca hemos claudicado y dejado de buscar a nuestros familiares detenidos desaparecidos y ejecutados políticos a lo largo de nuestra patria. Esperamos con muchas ansias y esperanzas cuando nuestro Presidente lo anuncie el próximo 30 de agosto, en el Día Internacional del Detenido Desaparecido.

Nunca hubiésemos encontrado la fosa de Pisagua sin que un grupo importante de familiares, compañeros amigos de los fusilados y desaparecidos de Pisagua, con un compromiso tremendo con la promoción y defensa de los derechos humanos, cada uno en su ámbito, aportó.

NELSON MUÑOZ MORALES, como juez de Pozo Almonte. OLAF OLMOS, como Arqueólogo. FERNANDO MUÑOZ MARINCOVIC, como comunicador. BALDRAMINA FLORES URQUIETA, como presidenta de AFEPI y nuestros queridos paleros que con sus manos y muy pocas herramientas arañaron la tierra en la búsqueda de nuestros queridos familiares. Es por eso que les pido que nos pongamos de pie y le demos a cada uno de ellos un merecido aplauso lleno de memoria.

Ese día 2 de junio de 1990 alrededor de las 6 de la tarde, fue cuando recibimos la noticia a través de radio Iquique y luego a través de todos los medios de comunicación en el país y alrededor del mundo. Así, se derribaba toda la mentira oficial de parte de la dictadura y los medios de comunicación y periodistas que negaron sistemáticamente la existencia de los detenidos desaparecidos y denigraron a las víctimas y sus familiares acusándoles de terrorista y falsos detenidos desaparecidos.

El general Carlos Forestier Jansen comandante y jefe de la Sexta División de Ejército, nos dijo que les había dado cristiana sepultura a nuestros familiares en el cementerio de Pisagua; negó la existencia de detenidos desaparecidos. Ninguno de los genocidas involucrados en los crímenes de lesa humanidad reconoció los crímenes cometidos siguiendo la senda del dictador; nunca pasaron un día de cárcel.

Vivieron y murieron en una impunidad absoluta, acusaron a nuestros familiares de traición a la Patria, los acusaron de querer fugarse del campo de concentración de Pisagua, sin embargo, cuando los encontramos, ninguno de ellos tenía balas por las espaldas, las balas estaban en sus pechos que tenían un signos rojo.

¡No escaparon!, fueron fusilados uno a uno, amarrados de pies y manos con alambres, vistas vendadas, ensacados y sus cuerpos escondidos por 17 años en una fosa común.

¡Honor y gloria para nuestros familiares encontrados en la fosa clandestina de Pisagua!