Educación y salud de calidad para todos, la revolución permanente del exalcalde Soria

Adolfo Vargas Jofré, desde La Tirana. Periodista jubilado (UCN)

¿Cuántas veces escuché los discursos del ex alcalde Jorge Soria Quiroga, durante los 20 años que trabajé junto a él? Ya ni siquiera me acuerdo la cantidad.

Pero, hubo frases que quedaron como impresas en mi cerebro y que con el paso del tiempo no se había equivocado… dio justo en el clavo y se convirtió para mí y para muchos más, en un visionario.

Innumerables ocasiones se refirió al Presidente Allende y a sus grandes alamedas. Para él, esas grandes alamedas, no eran otra cosa que el acceso del pueblo, de los más pobres y más desposeídos, a recibir educación y salud de calidad, ” única forma de salir de la pobreza y vivir más”.

Hoy para nadie resulta extraño que todos se refieran a este tema como el “gran tema” y la urgente necesidad que se tenga acceso a la educación gratuita y que se mejore el sistema público de salud.

Sin embargo, la situación no es tan simple. Aunque resulta esencial la buena educación y la buena salud, para que los que tienen el poder económico dejen de contar con mano de obra barata y se paguen sueldos dignos, para vivir dignamente, es urgente que en Chile exista JUSTICIA SOCIAL.

Y para lograrla es necesario desarrollar una democracia participativa y no la democracia partidista; a la vez tenemos que desarrollar la igualdad social.

Por estas dos razones es esencial que las instituciones del Estado funcionen sobre bases sólidas…pero es más importante aún organizar y poner en valor democrático a las organizaciones sociales y civiles.

Hoy, cuando todos nuestros recursos naturales y la economía están en manos privadas e incluso en manos de extranjeros, es más necesario que nunca que la propiedad de estos sean dominio del pueblo. Ese es un derecho natural de todos los Pueblos del mundo.

Sin el dominio de nuestros recursos naturales y de la economía ( la previsión social y los fondos de salud principalmente) el futuro desarrollo de los pueblos, principalmente de sus integrantes más desposeídos, sólo será más pobreza, más desigualdad social y menos democracia participativa.

El cambio urgente que necesitamos y que se puede comenzar desde ya entregando los municipios educación y salud de calidad gratuita ( como ocurre hace años en Iquique), es alcanzar la justicia e igualdad social, lo que va a permitir un mayor nivel de empleos dignos, una mejor calidad de vida y bienestar social de todos los habitantes de la región y el país, especialmente de la gente más desposeída y de la sufrida clase media.