Marino Jiménez Consuegra, el conductor de “Viejitas pero Bonitas”, lanzó su libro “Iquique la ciudad de mis amores” y cuenta su historia

En los tiempos de RTC. Imagen extraída del libro.

Quizás por la naturalidad del relato que expresa la diversidad de la vida, desde su niñez, cuando la playa era como el parque acuático natural de los niños, y los cerros el patio trasero; o porque nos habla en primera persona con un lenguaje coloquial, que a los iquiqueños, nos hace rememorar ese Iquique de nuestra propia niñez…

O porque nos habla de su programa “Viejitas pero Bonita”, de sus condiciones artísticas y la animación de los tambos que eran el espacio de la gente de izquierda en dictadura (hasta que la alcaldesa los cerro). Quizás por conocer detalles de la toma y auto construcción en la Población Caupolicán…

O por sus “vacaciones” de un año en Pisagua, donde tuvo que montar con otros presos políticos el show de “Pin Pon es un muñeco….”, para hacer reír y entretener a la esposa y a la hija del general a cargo, es que el libro que acaba de lanzar Marino Jiménez Consuegra, “Iquique, ciudad de mis amores”, promete ser un panorama lector para fortalecer el iquiqueñismo y reconstruir nuestros propios recuerdos. Y por cierto, hacer un guiño permanente al sorismo, porque Jorge Soria es su amigo hace 50 años, compartiendo con él el cautiverio político en Pisagua.

Marino Jiménez, pasó de ser un cabro pobre, que pedía sándwich en los chalets de Cavancha, después de pasar todo el día en la playa, a un hombre que se enamoró del micrófono y de la música. Y cuya mejor expresión es su programa “Viejitas pero bonitas”, orientado a las mujeres, viejitas y bonitas; conversando con ellas y entregando canciones románticas, que las transportan como en un viaje por el tiempo.

Lanzamiento del libro. Imagen de Jorge Cerpa.

Todo esto y mucho más, en el libro que acaba de lanzar en estos días, cumpliendo el anhelo de escribir su historia y compartirla con la comunidad iquiqueña.  Fue un trabajo que duró años, donde tuvo que relatar toda su vida, para que esta fuera escrita ordenadamente.  Hubo muchas revisiones, repasos de algunos episodios de la vida; de confusiones de fechas hasta aclarar la duda y entregar un trabajo con mucho rigor.

Portada del libro biográfico de Marino Jiménez.

Marino no escribió el libro directamente.  Lo produjo a través de una empresa dedicada a rescatar historias y plasmarla en un texto, con la que trabajó durante largo tiempo;  por eso la prolijidad del relato y el uso de un lenguaje de fácil comprensión, pero también, con un sentido estético.

Ese tiempo de trabajo para escribir su historia, además, que le significó un viaje de introspección profunda, que le llevaron a recorrer su vida, la vida familiar, la vida comunitaria y sin duda, su paso por Pisagua, que marcó el peor momento que nunca jamás quisiera vivir: un simulacro de fusilamiento, con bala pasada y el click del disparo.

Pero estos hechos no marcaron en  Marino, rencor ni amargura. Al punto que dice que puede ser amigo de alguien de derecha o de izquierda o de ningún lado político, por lo que valora, es la calidad de la persona.

EL LIBRO

El libro es una edición pequeña, de apenas 100 ejemplares, lo que fue posible financiar como familia, como un reconocimiento a Marino; y si tiene un efecto positivo, no descartan buscar recursos mediante algún proyecto, para ampliar la cobertura.

La motivación no tiene que ver con marcar una oportunidad de ampliar el conocimiento hacia él o ganar recursos -por el valor de venta es imposible-,  el sueño de Marino Jiménez, era plasmar la historia, para que sus hijos y nietos; sus seguidores radiales y quien quiera, pueda conocerlo mejor. E ir entrelazando su propia historia con su relato.

Estos ejemplares, que ya son bien demandados, tienen un valor de $ 10.000 pesos.  Más información en el mail jivanalejandro@gmail.com