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Víctor Guerrero Cossio/  Académico, Dr. en Sociología En 1983 irrumpió en Chile un proceso de recuperación de la democracia, tras largo asedio a los... Los veteranos del 83, su olvido y muerte en democracia

victor guerrero cVíctor Guerrero Cossio/  Académico, Dr. en Sociología

En 1983 irrumpió en Chile un proceso de recuperación de la democracia, tras largo asedio a los partidos políticos UP y al movimiento social.  Desde Mayo de ese año las protestas contra la dictaduramarcaron el estado de la lucha de clases y pusieron en alza las aspiraciones políticas y sociales del pueblo chileno.

Tras largos años de lucha la dictadura fue derrotada en sus intentos de perpetuarse, aunque como todos sabemos no lo hizo sin antes pactar con la oposición dialogante la permanencia del modelo económico y político que instauró.De allí en adelante mucha agua ha corrido, gran parte de las aspiraciones de ese tiempo se diluyeron y apagaron las esperanzas de un pueblo que confió en sus líderes políticos.

También este largo tiempo ha visto apagarse físicamente la vida de esos grandes luchadores políticos y sociales, sin reconocimiento acorde al compromiso y entrega de esos compañeros y compañeras que hicieron tan valioso y generoso aporte en tan aciagos tiempos.

En esos años los soportesdel conflicto político y social fueron el movimiento sindical y vecinal, impulsados por la recuperación de la CUT (coordinadora sindical, frente unitario del trabajo)  y de las Juntas Vecinales(coordinadora de pobladores). Más adelante los estudiantes y los indígenas. En lo político también intensificaban su a lucha los dirigentes históricos del PC, PS, MIR, MAPU, IC, DC y PR. Algunos de esos grandes dirigentes aún viven, pero la mayoría ya ha fallecido.

Iquique no estuvo  exento de ese proceso yes hora de rendir tributo a esos compañeros y compañeras: a Marco Ugarte, Joaquín Naranjo, Víctor Troncoso, Coca Riquelme y Rosa Lara del PC; a Rulo Arancibia, Zenobio Cejas y   Luis Plaza del PS; a Genaro Soto del PR, a José Bretón de la DC; Olaf Olmos del MIR y Alberto Viveros del MAPU. Y tantos otros.

Ellos, junto a sus camaradas de partidos  y  masas recogieron las banderas populares por las que lucharon hasta el golpe de estado. Muchos lo hacen hasta hoy. Otros las abandonaron y los demás las vendieron a gobiernos que han renegado de ellas, aunque mantienen los símbolos históricos para su legitimidad que les ha mantenido en el poder.

Esos dirigentes obreros y vecinales dieron todo, a cambio de nada, por la recuperación democrática. Sus familias sufrieron por el trato y olvido recibido al restablecimiento de esta. La elite política, que pasó a formar parte de los gobiernos democráticos   renegó de sus camaradas proletarios. Estos fueron desplazados por los dirigentes que llegaron del exilio o que sobrevivieron en Chile alejados de las luchas imperantes, en ambos casos fueron más proclives a sumarse al modelo de dominación que imperó desde la etapa post dictadura.  Hoy son los funcionarios del Estado, convertidos en burócratas de confianza.

Ya han fallecido la mayoría, pero aún quedan compañeros inclaudicables en Iquique y son aquellos que no sólo demandan sus derechos como víctimas de la dictadura, sino que permanecen como luchadores de sus intereses de clase. No olvidarlos es la última  oportunidad de rendirles tributo, porque de lo contrario, seríamos injustos  y, peor aún crueles,   si  permitimos que sigan falleciendo en el olvido.

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