Agentes pastorales participaron en despedida de pueblo a días de iniciarse la Fiesta de La Tirana

Agentes pastorales que servirán desde el 10 al 19 de julio en la Fiesta de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana participaron la despedida de pueblo que se realizó el en parroquia Espíritu Santo, marcando el inicio de la peregrinación.

A una semana de comenzar la fiesta grande del norte chileno, el Rector (I) del Santuario de La Tirana, padre Franklin Luza Zañartu presidió la celebración para dar gracias al Señor por la oportunidad de servir un nuevo año en honor a la Madre Santísima, en una despedida de pueblo tradicional como en los tiempos de los primeros peregrinos pampinos que debían pedir permiso en el trabajo para asistir a la fiesta.

«Empezamos a disponernos ya de corazón, para acudir a la casa de la Madre. Esta fiesta tiene un sentido especial porque marca el fin de un ciclo programado desde el año 2000. Son 15 años de camino pastoral, que al final de la fiesta tendremos que evaluar y preparar los próximos 15 años. Es un momento histórico», puntualizó Luza.

Ciertamente la fiesta no tiene 15 años ni un siglo, pues como expresó el rector “esto comenzó como un movimiento social piadoso surgido exclusivamente entre el pueblo. Ahí podía verse con mucha claridad que la fiesta de La Tirana es la fiesta de Dios con su pueblo. Dios que baja a bailar y celebrar la vida con su pueblo. Por eso hoy todos estamos al servicio de esta convocatoria de Dios para celebrar la vida. De esto somos parte, de una forma, de una organización que comenzó hace muchísimos años y que hoy nos toca mantener a nosotros”.

Al tratarse de una fiesta que nace desde el corazón del pueblo, las huellas que deja en el devenir de nuestra gente sin duda dan forma a la construcción de la identidad de los nortinos, “creo que el mayor aporte a la diócesis, a la región de manera sociopolítica, es expresar la identidad del hombre del norte. Nosotros hemos logrado expresar en una síntesis durante los días de fiesta, el empeño, la espiritualidad, las características de las creencias y costumbres del hombre del norte. Por eso es importante que se ustedes sepan la organización de la fiesta, no se improvisa”.

Sobre el permanente trabajo pastoral detrás del desarrollo y organización de la fiesta, el sacerdote destacó que “hemos logrado crear una liturgia inculturada. No es lo mismo oír misa de la Tirana en Bélgica, no es lo mismo vivir la fiesta de Lourdes en Francia o la fiesta de Guadalupe en México. No lo es porque la liturgia ha sido estudiada, preparada, para que exprese los sentimientos e identidad del hombre nortino. No son casuales las canciones ni los tonos que hemos ido fomentando. La mayoría de los cantos son propios de la espiritualidad, de la identidad. Son pasos lentos que han sido hilvanados durante 80 ó 100 años que la fiesta comenzó a transformarse en este momento tan grande y tan magno como el que viviremos en estos días”.