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Cambio 21/ Por Luis Casanova R.- Lo que llegó para quedarse es una forma de comunicar ideas directa, a la vena, emotiva, en terreno, con los... Políticos ciudadanos y la nueva forma de comunicar que está cambiando la forma de hacer política

politicos ciudadanosCambio 21/ Por Luis Casanova R.- Lo que llegó para quedarse es una forma de comunicar ideas directa, a la vena, emotiva, en terreno, con los pies en el barro y sin dejar nada a la imaginación. Los discursos ya no hipnotizan a la multitud. Logros son amores y no buenas razones. Periodista Juan Cristóbal Guarello: “Detenerse en el estilo Boric es una tontería y una banalidad y demuestra una farandulización del análisis. Eso está bien para SQP”.

Si a usted la gusta la nostalgia, peina o tiñe canas y recuerda con respeto, admiración y hasta cariño a los presidentes Jorge Alessandri Rodríguez, Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende, o es de esos que lamenta que los políticos de hoy no tengan la impronta de Patricio Aylwin o Ricardo Lagos, pues bien, nada que hacer. Ese estilo no volverá, al menos por ahora.

Lo que llegó para quedarse en la política de hoy es una forma de comunicar ideas directa, a la vena, emotiva, en terreno, con los pies en el barro y sin dejar nada a la imaginación.

No más discursos que hipnotizaban a la multitud. Sí a las obras concretas y a los anuncios, declaraciones entregadas de forma cálida y sincera al electorado. Logros son amores y no buenas razones parece ser la consigna.

Los expertos concuerdan en señalar que el punto de origen lo marcó la candidatura de Joaquín Lavín de 1999 ante Lagos Escobar, donde el «resolver los problemas concretos de la gente» y el «viva el cambio» del entonces alcalde de Las Condes por poco derrota al hombre del «dedo acusador» y del «Estado soy yo» que no pudo entrar al Senado por culpa del sistema binominal en 1989.

Fue así como la puerta se abrió para nunca más cerrarse, porque algunos años más tarde, una mujer, la primera de la historia, Michelle Bachelet, quien no provenía de las células de poder del Partido Socialista y de la Concertación, irrumpió y arrasó con lo establecido en 2005.

Venía de ser ministra de Salud y de llorar por las filas en los consultorios que no pudieron acabarse y de subirse al tanque en la cartera de Defensa, imagen que la catapultó hasta a La Moneda.

Lo demás es historia conocida: apenas dejó el gobierno en marzo de 2010 se comenzó a planificar su retorno. Sus «atributos blandos» como simpatía, cariño, confianza y credibilidad la mantuvieron arriba en las encuestas, incluso cuando ejercía la jefatura de ONU-Mujeres, lo que hizo inevitable su retorno a Palacio.

Todo calza pollo

La gestión de Bachelet apenas lleva dos meses, pero el hecho concreto es que en plena discusión y próxima aprobación de las reformas políticas, educacionales y tributarias que constituyen su base programática, las miradas ya están convergiendo hacia el 2017.

Ese año habrá elecciones y lo único cierto es que la pediatra no estará en la papeleta, lo que obliga a la Nueva Mayoría a buscar a una (o un) reemplazante que tenga sus mismas cualidades (o similares en su defecto) para intentar mantener la supremacía ante la derecha.

Dicen que la jugada maestra de su núcleo cercano es potenciar al ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo (PPD). Al igual que su jefa, no viene del establishment partidista y cultiva un perfil bajo que sintoniza con el ciudadano «de a pie», lo que quedó demostrado en sus recorridos en el norte después de los terremotos de inicios de abril y en su actuar tras el incendio de Valparaíso. «Por poco se instaló a vivir allá», dicen en la Secretaría General de Gobierno.

 ¿Hay alguien más? Se comenta que el carácter afable y cordial que maneja la senadora Carolina Goic con el mundo de los trabajadores es «tema» al interior de la DC pensando en los próximas definiciones.

No pertenece a los lotes históricos de guatones, chascones, príncipes y colorines y se sitúa al margen del «teje y maneje» de la maquinaria de Alameda 1460, lo que la libera de los conflictos internos y le da «carta blanca» para avanzar en su «agenda propia» de temas-país.

Y para no creer, incluso en la Alianza hay algo de «bacheletismo» dando vueltas por ahí. Si no pregúntenle al senador de RN Manuel José Ossandón, que destroza a su sector vez que puede. El principal plus que tiene el popular ex alcalde de Puente Alto es su forma de ser, lo que traspasa sus lineamientos políticos.

¡Así da gusto pasease por Chile! Al parecer, lo sufrirán los políticos tradicionales y quienes ya han sido candidatos más de una vez, aunque en esta actividad la confianza y los saludos anticipados desde del balcón son el principio del fin.

 «Representación espejo»

 Según María de los Ángeles Fernández, directora ejecutiva de la Fundación Chile 21, «existe una demanda que forma parte de los cambios y las transformaciones que experimenta la sociedad».

 «No sé si es lo que se llama el nuevo ciclo, pero hay una apelación por liderazgos que tengan una conexión más inmediata, lo que se facilita a causa de las redes sociales. En los 90 no existían estos mecanismos que acercan de manera tan automática a los que conducen con los conducidos. Y a eso se le suman las movilizaciones estudiantiles de 2011, porque buena parte de los rostros emergentes se cruzan con la lógica generacional que llevó a esos líderes al Congreso», comentó aCambio21.

Para la profesional, los ciudadanos de hoy «no buscan los liderazgos más distantes o profesorales. Y en eso, Lavín y Bachelet fueron dos puntos de inflexión, como asimismo algunos parlamentarios que ensayaron ese esquema ciudadano con la prestada de ropa y la ayuda de los partidos, siendo el mejor ejemplo el PPD con René Alinco, experimento que resultó bastante malo».

«La gente quiere que sus líderes tengan el cable a tierra y rechaza a los liderazgos patricios, adustos, distantes y paternalistas que dictan cátedra. El elector busca relaciones horizontales, que le responda por las redes sociales cuando es requerido. Si eso es bueno o malo, no puedo opinar, lo que sí es que si alguien quiere instalarse y pretender representar a otros tiene que conectarse muy finamente con la realidad que quiere representar. Y más, espera que sean lo más idénticos a ellos, lo que se conoce como la representación espejo», remató.

La cientista aseguró, además, que «hay una tensión existente para las personas influyentes que abogan por la política de los acuerdos, ítem que quedó muy anclado a inicios de la democracia y en medio de la transición. Es más, cuando alzan la voz son vistos como conservadores que quieren volver al pasado y que no entienden que el país cambió».

Sin perjuicio de las críticas que nacen de los más jóvenes, Fernández aclaró que «las naciones avanzan cuando se firman acuerdos» y que «no se puede tener a los países sometidos a la coyuntura con políticas que se alteran cada cuatro años».

Momento bisagra

El cientista político de la Universidad de Chile, Alejandro Olivares, señaló para esta crónica que «ha cambiado la modalidad de reclutamiento de los nuevos líderes de los partidos», lo que choca con «la forma en que actúan los antiguos líderes del sistema político».

«Y ante eso hay dos respuestas: que los que ya estaban se adapten al nuevo espíritu y así sobrevivan como alternativa de conducción. O que no lo hagan, lo que los hará desaparecer, cosa que ayudará a los que vienen llegando con discursos frescos y modalidades distintas», indicó.

Es por esto que el académico cree que «estamos en un momento bisagra entre los clásicos y los nuevos como Giorgio Jackson, Gabriel Boric e Iván Fuentes. Eso sí, todavía no sabemos cómo va a decantar el proceso. Puede venir un cambio completo de los cuadros, donde los partidos comenzarán a reclutar gente de los movimientos sindicales y sociales o se adaptarán los discursos hacia esos mismos sectores colectivos».

De todas maneras, Olivares niega que la «vinculación coloquial» o lenguaje informal o especial a la que acuden los parlamentarios y emblemáticos dirigentes para mantener a flote su popularidad tenga algo que ver con la renovación de la actividad.

«Desde los tiempos de Jorge Alessandri que ocurre. Él hablaba de la chusma querida, lo que en pleno siglo XXI suena muy fuerte, pero que en el contexto y en el cómo se decía servía para acercarse a la gente. Lo mismo que la señora Juanita de Lagos, que tuvo un impacto muy fuerte», explicó.

Queda el recado para el diputado DC Pablo Lorenzini, que año tras año hace analogías con el reajuste «chocman y cuchuflí» que se le asigna al sueldo mínimo y las formas pintorescas de expresarse que tienen el timonel de RN Carlos Larraín y el ex senador Nelson Ávila.

Tontería, banalidad y farandulización

«¿Nuevas figuras? ¿Cuáles? Son todos muy distintos», expresó escéptico el periodista y comentarista político Juan Cristóbal Guarello, quien sostuvo a este medio que «tienen en común el hecho que desbordaron a los partidos, porque se dicen ciudadanos y vienen desde la ciudadanía, si es que existe esa entelequia».

A pesar de las dudas, el conductor de «Palabra que es noticia» de Radio Futuro tilda a Iván Fuentes, Gabriel Boric, Manuel José Ossandón, entre otros, como «aportes».

«Por último, tienen una cierta independencia y manera de ejecutar que va por fuera de la estructura clásica de la política, aunque en el caso de Ossandón, por mucho que pueda crecer hacia el centro, es el clásico populista de derecha que responde a la estructura de partido. Si bien es validado por un sector de la ciudadanía, él tiene un nicho bien claro», añadió.

En su opinión, «hay que ver hasta dónde crece y funciona solo Fuentes y en qué momento va a necesitar la maquinaria que lo apoye si quiere pasar a la historia más allá que como diputado. Detenerse en el estilo Boric es una tontería y una banalidad y demuestra una farandulización del análisis. Eso está bien para SQP, pero es irrelevante en política», alegó.

Guarello acotó que «siempre han habido legisladores extravagantes. Lo que pasa es que la uniformización que estableció el sistema binominal nos hizo perder la capacidad de tener gente distinta en el Parlamento. Antes había sindicalistas, pero por suerte eso se está recuperando de alguna manera».

 A la memoria del rostro de Canal 13 se le vienen los ex candidatos presidenciales «outsiders» Franco Parisi, Roxana Miranda y Marco Enríquez-Ominami. A los dos primeros no les augura mucho éxito, mientras que al tercero lo percibe mejor aspectado.

 «Parisi está muerto y Miranda es marginal todavía. Una cosa es no responder a ningún partido político y otra es no tener ningún aparato detrás. Son cosas distintas. En tanto, Enríquez está más sólido, dado que ahora tiene más opciones de negociar con sectores más consolidados. La marca ME-O es más fuerte que las demás», manifestó,

Fuente Diario 21

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