A 106 años de la masacre de la Escuela Santa María: “Ustedes que ya escucharon la historia que se contó, no sigan allí sentados, pensando que ya pasó”

A 106 años de la masacre obrera más grande de Chile, ocurrida cuando los obreros del salitre bajaron a Iquique, el Puerto grande para exigir mejoras en sus condiciones laborales -“era tan poco y tan justo lo pedido”, como señala la Cantata de la Escuela Santa María- este 21 de diciembre se rindió un homenaje a aquellos que ofrendaron sus vidas por una causa justa y noble.

Sin embargo, la vida en Iquique transcurría en forma normal, con nada en el recuerdo de aquel cruento hecho, que, según repitieron los  organizadores, la historia ha querido olvidar. La Escuela Santa María, que albergó a los obreros mientras esperaban la respuesta de la autoridad, fue demolida para dar paso a un Liceo de Excelencia, a punto de ser inaugurado. “Es como sepultar la historia”, decían los asistentes al evento conmemorativo.

Los actos de homenaje a los mártires de la Escuela Santa María, se iniciaron el viernes, con un encuentro cultural, donde los artistas locales, presentaron diversos cuadros, alusivos a los hechos ocurridos hace 106 años, y asumiendo un compromiso por mantener viva la Historia.

El Consejero Regional Julio Cámara, uno de los gestores de la iniciativa, señaló en la ocasión que lo ocurrido en la Escuela Santa María, fue producto de las las permanentes injusticias vividas por los obreros en las distintas salitreras. Y por cierto, junto con esta emancipación obrera, hubo otras masacres, como la ocurridas en la oficina Coruña, por ejemplo.

OFRENDAS

Los actos continuaron en el Monolito en honor a los mártires, que se levanta en Amunátegui con calle Latorre, frente al Mercado, que corresponde al lugar donde estaba en aquella época, la Plaza Montt, triste escenario de los sangrientos hechos.

La Ceremonia se inició con la presentación del Coro Ars, dirigido por el maestro Carlos Morales. En tanto, a Sara Benavides González, presidenta de la Corporación Hijos del Salitre, una de las entidades convocantes, le correspondió entregar un mensaje.

“Aquí estamos los pampinos, que nos resistimos al olvido. Los pampinos de hoy estamos rindiendo un homenaje a los pampinos de ayer; somos quienes tenemos el deber de recordar aquello que la historia, no quiere recordar”, señaló.

Luego, se depositaron ofrendas florales, de los Hijos del Salitre, Municipalidad de Iquique, Corporación Museo del Salitre y Universidad Arturo Prat, entre otras.

CALLES Y PLAZAS

Al concluir, el alcalde Jorge Soria, se comprometió a realizar gestiones ante el Consejo Municipal, para que algunas calles, avenidas o plazas de Iquique, lleven el nombre de los mártires de la Escuela Santa María. Asimismo recuperar el nombre de José Brigg, el líder del movimiento obrero, cuyo nombre fue cambiado por el de Pedro González; hace un par de años se designó a la Avenida Playa Brava con su nombre, pero no existe señalética que lo recuerde. “No deben quedar en el olvido”, manifestó.

Añadió Soria que la Matanza Santa María es un hecho que no se debe olvidar, porque injustamente murieron miles de trabajadores que exigían salarios justos.

También dijo que la Escuela que hoy se levanta en el lugar, no era necesario, porque hay colegios municipales en Iquique que tienen vacantes para recibir más alumnos. “Yo era de la idea que se hiciera un memorial, que todo el mundo lo pudiera ver, pero no se me escuchó. En todo caso voy a seguir luchando”.

NUEVA LAPIDA

El presidente ejecutivo de la Corporación Museo del Salitre, Silvio Zerega, señaló que era muy penoso, como un hecho tan cruel e impactante en la vida de nuestro país, pase inadvertido y en el olvido. “Duele el hecho que tengamos todavía, un espacio tan reducido para recordar a los mártires de la Masacre Santa María. Es muy lamentable, porque lo que se pretende es no recordar la historia”.

Reafirmó Zerega que “históricamente siempre se trató de no contar la historia, de olvidarla, hasta hoy. Y no mantener vivo en el recuerdo estos hechos. Con la construcción de esta escuela es como volver a ponerle una nueva lápida a la masacre de Santa María”.