Nunca es tarde para cumplir los sueños. Doña Ana Osses, de 77 años, surcó los cielo de Iquique, en inolvidable vuelo en Parapente

Por Anyelina Rojas Valdés.- Doña Ana Osses Oyarzun, de 77 años, tenía un sueño que le venía dando vueltas hace rato, en realidad varios años. Quería lanzarse en parapente, para vivir una experiencia única y mirar su ciudad amada, Iquique, desde las alturas; y además, Sentía que al estar haciendo este viaje e insertarse en el cielo, estaría más cerca de sus seres querido que ya partieron de este mundo, como su esposo y sus amados padres.

Confiada, pero no exenta de nerviosismo, Ana decidió dar el paso. Era como un regalo de cumpleaños que se daba a sí misma -nació el 29 de diciembre de 1947- y contó con al apoyo de su familia. “Si es tu sueño, hazlo”, le dijeron sus tres hijos,

Ana además, es abuela de 5 nietos y, recientemente se transformó en bisabuela.

“No sólo me apoyaron mis hijos y familia, también mis amigas, que se preocuparon de hacer el registro, una en Iquique y otra en Alto Hospicio, de modo de captar el despegue y luego el aterrizaje en Cavancha”, relató doña Ana.

También nos contó que hace algún tiempo se quebró el fémur, por lo cuando sale se apoya con un bastón. “Sin embargo ahora lo dejé en la casa y ya después que me explicaron y estaba vestida para el vuelo, dio un par de pasos, como si corriera y ya estaba en el cielo”, afirma.

Allá en el basto cielo azul iquiqueño señaló que se sentía feliz, plena, muy alegre y sin ningún tipo de temor. “Al contrario, era como reencontrarme con mis seres queridos que ya partieron de ese mundo. Era como estar más cerca de ellos”.

Doña Ana, desde niña observó el azulado cielo Iquique, desde las caletas, donde vivió su niñez junto a sus padres, Primero en caleta Punta de Lobos, que ya no existe y luego en Caleta Río Seco, que suele visitar con frecuencia, porque allí nacen sus seres queridos.

Ya casada, se instaló con su esposo en Iquique. En la actualidad vive en la Población O´Higgins. “Con ese sueño cumplido me siento muy, pero muy feliz. Valió la pena hacerlo, no me costó nada y logré encumbrarme en la alturas. Las sensaciones fueron maravillosas”, concluyó, atesorando el bello recuerdo, cumplido a sus 77 años.