El Te Deum
Opinión y Comentarios 20 septiembre, 2024 Edición Cero
Haroldo Quinteros Bugueño, profesor.-
Hay varias diferencias entre el Te Deum pre- y post-1925. Veamos:
El Estado chileno fue confesional hasta ese año. La Iglesia Católica era parte de él. Hasta 1925, el Presidente de la República estaba obligado, con arreglo a la Ley, a asistir a esta ceremonia cada 18 de septiembre. Además, el primer mandatario no podía declararse públicamente no católico, aunque no lo fuese. No solo eso, también debía comulgar en el Te Deum.
La constitución política de 1925 eliminó la confesionalidad del Estado, de modo que desde entonces asistir al Te Deum es ahora opcional para las autoridades mayores del Estado, aunque nunca un Presidente ha dejado de hacerlo, incluidos los presidentes agnósticos, masones y ateos, como Aguirre, Ríos o Allende. Como la Iglesia Católica monopolizaba la ceremonia religiosa en conmemoración de las Fiestas Patrias y, de hecho, seguía siendo tradicional que las autoridades del Estado asistieran a ella, el Presidente Salvador Allende convocó a los jefes de las iglesias cristianas a La Moneda en 1971, y les propuso celebrar un Te Deum que no fuera solo católico, sino ecuménico (universal), propuesta que fue aceptada por todos.
Esta condición sigue vigente y, como también se acordó, se celebraría en la Catedral de Santiago. Como el Te Deum es universal, muchos creen falsamente, que fue Pinochet quien en 1975 abrió el Te Deum hacia más allá de la Iglesia Católica. El dictador dividió a la cristiandad protestante, y creó el Te Deum Evangélico, una maniobra que no tuvo nada de apoliticismo ni fue muestra de tolerancia religiosa, sino simplemente, la respuesta de la dictadura a la Iglesia Católica en los peores tiempos de la opresión dictatorial, la que, evidentemente, no tuvo ningún apoyo de la Iglesia Católica del país, a cuya cabeza estaba el cardenal Raúl Silva Henríquez.
La tiranía necesitaba un referente de apoyo religioso, y la necesidad evangélica pentescostal de una catedral, le sirvió de maravillas. El año 1974 Silva Henríquez creó la Vicaría de la Solidaridad, una agencia de la Iglesia Católica, cuyo único carácter era humanitario, i. e., proteger la vida de los presos políticos en la cárceles (muchos fueron asesinados o desaparecieron estando confinados en ellas) y la integridad y seguridad de sus familias. Ese mismo año, en el edificio Diego Portales, se oyó la efusiva declaración oficial y pública de apoyo de la iglesia evangélica pentecostal al golpe de estado de 1973, al gobierno dictatorial y con ello, obviamente, a las atrocidades que sus esbirros cometían a diario.
Como era de esperar, así consiguió la construcción gratuita de su templo, y así también terminó el ecumenismo en su cabal expresión. ¿Cuál es el origen de la propuesta ecuménica? El ecumenismo, como fenómeno religioso-societario, fue planteado por primera vez por el Papa Juan XXIII en el Concilio Vaticano II, y seguido por todos los papas posteriores. El objetivo de la propuesta papal fue la de iniciar la tarea -aunque fuese larga y difícil- de unir a toda la cristiandad del mundo, iniciativa que tuvo la comprensión y apoyo del presidente Salvador Allende, un agnóstico. Por el contrario, con el dictador el ecumenismo había sufrido un manifiesto traspié.
Veamos ahora la ceremonia misma:
Muy importante es señalar que antes de 1925, las homilías las hacía el arzobispo de Santiago. Solo a partir de 1946 las hace un cardenal. El primero fue José María Caro, ex-obispo de Iquique. Las homilías no contenían expresiones que pudieran ofender directa o indirectamente al gobierno de turno. Hasta hoy la Iglesia Católica sigue siendo prudente en cuanto ello, a pesar de sus diferencias con los políticos y con el propio Estado. Por ejemplo, no ha soslayado nunca su oposición total al aborto, y ha apoyado siempre desde los púlpitos a las embarazadas que no abortarán, cualquiera sea el origen de su embarazo, admitiendo así su desacuerdo con la despenalización del aborto por tres causales.
A todas luces, la tendencia pentecostal se ha expandido a otras denominaciones protestantes, tiñéndolas de militancia política activa; por supuesto, de derecha. Se recordará el bochornoso incidente del que fue víctima la MIchelle Bachelet, mientras era presidenta del país. Fue en el Te Deum evangélico del año 2016, en que un grupo enardecido de feligreses protestantes le profirieron insultos y gritos con alusiones políticas a ella y su gobierno, acto rayano en lo ilegal y gangsteril.
Tampoco algunos pastores se cuidan de siquiera simular sus tendencias políticas. Por cierto, aunque tienen ese derecho ciudadano, expresar en los púlpitos su abierta militancia política y llamar a votar por tal o cual candidato u opción plebiscitaria, divide a sus propias greyes, lo que parece no importarles. Hasta se ha llegado hoy a hablar de “la bancada evangélica” en el Parlamento de la República, que, por supuesto, adhiere a la derecha. Las cosas son diferentes con respecto a la Iglesia Católica. Ésta no se lanza contra el poder político establecido, en consonancia con la enseñanza del apóstol Pablo, autor del precepto «nulla potesta nisi a deo» (no hay autoridad que no provenga de Dios. Romanos XIII, 1).
Finalmente, ”Te Deum no significa «te damos gracias, Dios» como a menudo lo dicen erróneamente periodistas, políticos, curas, pastores y … creo que casi todo el mundo. Entonces, aclaremos:
La ceremonia del Te Deum no es un acto de gracias, como se cree. «Dar gracias» es solo el sentido de la Eucaristía (la misa), según la raíz griega del término; de modo que un Te Deum no es estrictamente una misa. Te Deum son las primeras dos palabras de un cántico que data del siglo IV y que hasta hoy se entona en el mundo cristiano. Es un canto de alabanza a Dios que se titula «Te Deum laudamus». Si a alguien interesa, explico. El latín es un idioma de declinaciones. Las palabras latinas «te” (a ti) y “Deum”, están en caso acusativo (complemento directo), lo que explica el sentido del cántico, i. e., Dios es lo alabado. En suma, la ceremonia debería llamarse Te Deum laudamus, a ti Dios te alabamos, lo que por razones de uso común se ha acortado a “Te Deum.” “Te damos gracias” sería “Deo gratias tibi.” Capisci?