Como defensor de derechos humanos es destacado por el INDH, Nelson Muñoz, el juez que descubrió fosa clandestina de Pisagua
A 50 años del golpeActualidad 16 agosto, 2023 Edición Cero
Quien fuera juez de Pozo Almonte, en los años 90, Nelson Muñoz Morales y cuyo nombre figurara en la primera plana noticiosa, por dirigir el descubrimiento de la Fosa Clandestina de Pisagua, que contenía a los menos 19 cuerpos de ejecutados políticos durante la dictadura de Pinochet, fue destacado por el INDH, como «Defensor de los derechos humanos en dictadura, búsqueda de familiares y acceso a la verdad, justicia y reparación».
Muñoz fallece el 6 de junio de 2014, en la localidad de Labranza, una localidad de Temuco, dejando un gran legado en materia de derechos humanos, no suficientemente reconocido en sus primeros años. Más bien el coraje que tuvo para descubrir la fosa, le ocasionó un quiebre con el poder judicial. En la actualidad ha sido reconocido por su valiente acción, corrigiendo y enmendando los errores del pasado.
En esta ocasión, es el Instituto de Derechos Humanos, en el contexto de los 50 años del golpe, que destacó a defensores a lo largo de la historia, quien relevó la figura de Nelson Muñoz, en Tarapacá al valiente juez de Pozo Almonte. En la publicación se presentan una biografía de Nelson Muñoz, y se anexan distintas notas, algunas publicada en este portal.
BIOGRAFIA DEL EXTINTO JUEZ
«Nació el 8 de marzo de 1944 en la localidad de Carahue, Región de la Araucanía. Realizó sus estudios básicos en la Escuela Católica parroquial de Loncoche y los universitarios en la carrera de Ciencias Jurídica de la Universidad de Concepción, titulándose como abogado en 1978.
Entre 1982 y 1990 se desempeñó como juez de la ciudad de Pozo Almonte, en la Región de Tarapacá, donde conoció antecedentes sobre víctimas de la dictadura cívico militar, enviados por la Vicaría de la Solidaridad. Se trataba de la existencia de una fosa donde estarían enterrados restos de personas detenidas desaparecidas. Frente a tales informaciones, y con un gran sentido de justicia, Nelson decide, en su calidad de juez, emprender la búsqueda con colaboradores/as voluntarios/as que culminaría el 2 de junio de 1990 con el hallazgo de los restos de veinte personas ejecutadas en dicho lugar.
Su vinculación voluntaria con la búsqueda de detenidos/as desparecidos/as le valió, paradojalmente en democracia, amonestaciones por parte de sus superiores en el Poder Judicial, obteniendo una mala calificación en su labor de juez. Esto lo llevó a la decisión de abandonar su trabajo oficial y comenzar otro camino para la defensa de los derechos humanos, de manera voluntaria y siguiendo sus profundas convicciones ligadas a la búsqueda de verdad, justicia y reparación a las víctimas y sus familiares.
En 1991, con la intención de registrar experiencias y antecedentes respecto de esta labor, participa en la publicación del libro, «Vida, pasión y muerte en Pisagua, de Bernardo Guerrero Jiménez, en un proyecto literario que buscó contribuir a la generación de conciencia y preservación de la memoria respecto a las violaciones a derechos humanos cometidas en este puerto del Norte Grande del país.
Posteriormente, en 1992, asume la dirección de la carrera de Derecho de la Universidad Arturo Prat, desde donde impulsó su trabajo académico en la senda de la defensa de los derechos humanos, desde el trabajo formativo, dedicando este camino a la educación de generaciones de estudiantes que dieran valor al enfoque de derechos humanos en su futuro quehacer profesional. Fue precisamente la Escuela de Derecho de la Universidad Arturo Prat, la primera en el país en crear la asignatura de derechos humanos, de manera permanente y no sólo como electiva, lo que da cuenta de este compromiso desde la academia, por parte de Nelson, quien más tarde desempeñó la misma función en la Universidad de Temuco, entre 1997 y 1999.
Este defensor de derechos humanos falleció el 6 de junio de 2014, a la edad de 70 años, en la ciudad de Temuco. Parte de sus memorias quedaron registradas en la novela de su autoría, «El caballo bermejo», donde registra parte de la experiencia frente a los hallazgos de restos de víctimas de la dictadura en Pisagua, lugar donde hay una placa memorial donde hoy una placa memorial recuerda la gran labor de este defensor de derechos humanos»
Más información en la página del INDH, pinchando ACÁ