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Carlos Graña Sarmiento, periodista El 10 de diciembre de 1945, en una ceremonia solemne, Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel de Literatura, en Estocolmo,... 77 años del  Nobel de Gabriela Mistral

Carlos Graña Sarmiento, periodista

El 10 de diciembre de 1945, en una ceremonia solemne, Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel de Literatura, en Estocolmo, Suecia. De ese acontecimiento han transcurrido 77 años. Era la primera vez que el premio distingue a Latinoamérica, es la quinta autora en recibirlo y la única, hasta hoy de la lengua castellana. La Academia Sueca sostuvo, que se le otorgaba «por su poesía lírica, inspirada por poderosas emociones que han hecho de su nombre un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano».

Gabriela, en la ceremonia señaló: «El nuevo mundo ha honrado a mi persona. Por lo tanto , mi victoria no es mía, sino de América». Esta gran poetisa, pedagoga y buscadora de espiritualidad fue la primera iberoamericana en recibirlo. En Chile ese mismo año se le entregó  el Premio Nacional de Literatura a Pablo Neruda. El mundo reconoció primero a Gabriela Mistral por su brillante creación literaria. En 1951, seis años después de ser galardonada por la Academia Sueca, recibió el Premio Nacional de Literatura de Chile. Neruda otro grande de la literatura castellana recibió el Nobel en 1970.

La candidatura de la poetisa, nació fuera de Chile, en un movimiento de opinión que emanó en el Ecuador y se propagó por todo América, reclamando el premio para la escritora chilena. Fue apoyado por la prensa de todo el continente y por instituciones literarias de Chile y de la casi totalidad de los países americanos. También se adscribieron las Academias de Letras oficiales, entre ellas la española. “Voy a contar cómo surgió mi candidatura para el Premio Nobel.

La idea nació de una amiga mía, Adela Velasco de Guayaquil, quien escribió al extinto presidente de Chile, señor Pedro Aguirre Cerda, que fue compañero mío, y sin consultarme presento mi candidatura. En este momento tengo también que recordar a Juana Aguirre, esposa del presidente”, señaló en una entrevista concedida a la United Press en Río de Janeiro, ese mismo año.

En 1922, Gabriela Mistral fue invitada por el secretario de Educación, José Vasconcelos a participar en lo que él llamó las Misiones Culturales para combatir el analfabetismo en aquel México pos revolucionario. Mistral en el poema “El himno al árbol”: “Árbol hermano, que clavado por garfios pardos en el suelo, la clara frente has elevado en una intensa sed de cielo”, le manifestó el agradecimiento a su amigo y hermano de camino espiritual.

Al parecer, la Gabriela Mistral más espiritual es casi desconocida en Chile quizá por lo anterior estos dos últimos años han aparecido varios libros que analizan este momento de su formación. En Chile, Gabriela Mistral ha girado principalmente en torno a las figuras de madre universal y maestra. La iconización de la escritora en este doble ámbito potenció en el pasado la propagación y el análisis principalmente de los primeros libros, Desolación y Ternura. Las dos versiones de Lagar y Tala fueron postergadas en el análisis crítico.

Gabriela Mistral en una de sus cartas a Pedro Aguirre Cerda señala: “Yo no soy antirreligiosa, ni siquiera arreligiosa. Creo casi con el fervor de los místicos, pero creo en el cristianismo primitivo, no enturbiado por la teología, no grotesco por la liturgia y no materializado y empequeñecido por un culto que ha hecho de él un paganismo sin belleza. En suma, soy cristiana, pero no soy católica”.

Importantes poetas y pensadores como José Vasconcelos, José Santos Chocano, Augusto César Sandino o Víctor Raúl Haya de la Torre, estuvieron influenciados por estas ideas, perteneciendo a la Escuela Magnética Espiritual de la Comuna Universal.

A casi 77 años desde que Gabriela Mistral recibiera el Nobel de Literatura, un 10 de diciembre de 1945 ,  su figura debe seguir encantando a las generaciones de jóvenes chilenos, así como sus principios morales y su deseo de tener una educación de calidad que mejorará, siempre desde la humildad, la condición de la sociedad chilena, sobre todo de los más desposeídos y los que aún siguen teniendo “hambre” espiritual. En medio del materialismo, la corrupción actual, más que nunca se debe conocer las enseñanzas recibidas y las que nos entrega esa humilde mujer elquina que llegó a ganar el Premio Nobel de Literatura.

Propugnó a través de su poesía y de su quehacer como escritora y educadora la protección de la infancia y de las mujeres,  los derechos humanos , especialmente de los trabajadores y de los desposeídos y abogó también por la educación como herramienta para la libertad de conciencia. Luchó  en pos de una sociedad igualitaria y fraterna para todos los seres humanos.

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