Edición Cero

Pedro Oróstica Codoceo.- En la primera parte de esta crónica, señalábamos acerca de la inexistencia de Estrategias de Desarrollo Regional de mediano y largo... Desarrollo Sostenible para Tarapacá. Parte II

Pedro Oróstica Codoceo.-

En la primera parte de esta crónica, señalábamos acerca de la inexistencia de Estrategias de Desarrollo Regional de mediano y largo plazo que ha caracterizado a Tarapacá.  Por cuanto se  planteaba la necesidad de redimir ese destino, en el trayecto de ésta segunda década del siglo XXI. Y  sobre todo, esperando que las  fuerzas externas e internas existentes, no alcancen  las influencias suficientes para continuar anulando la sostenibilidad económica de la región.

En esa parte inicial,  se hacía  referencia también, al exclusivista  sistema productivo primario o extractivo,   que ha distinguido  la economía tarapaqueña. Frente a lo cual, se imponía la necesidad  de   incluir  nuevas variables para la sostenibilidad   del territorio. Así  se hizo expresa mención a la necesidad de:

1.- Devolverle a Zofri, su carácter de empresa regional.

2.- Hacer del puerto de Iquique, un puerto moderno, profundo, con frentes de atraques adecuados.

3.- Anexar la región a los rutas bioceánicas integrativas.

Ahora, y en esta Parte II,  se suman tres eslabones más,  factibles de considerar para la obtención de esa sostenibilidad  para Tarapacá. Los cuales vienen a complementar las mencionadas inicialmente. Estas son:

4.- Producción e incorporación de energías renovables para la vida regional.

5.- Turismo y cultura en el contexto intrarregional y sudamericano.

6.-  Descentralización como basamento estructural para el desarrollo de las comunas.

Energías renovables para y desde Tarapacá. 

El cambio climático que enfrenta el planeta, junto a la agresiva contaminación y destrucción del medio ambiente y de la  salud humana,  incide en el remplazo de   los   combustibles fósiles. Aquí aparece el hidrógeno verde. En crónicas anteriores se informaba acerca de esta nueva industria que busca obtener energías libre, como alternativa a las aciagas emisiones  del petróleo, del gas y del carbón. Chile, frente a este desafío,  está constituyéndose  en una extraordinaria plaza para su producción.   Cuestión que debe ser aprovechada  por  las regiones.

En Chile en estos momentos, se impulsan al menos una decena de proyectos de hidrógeno verde,  centrados, entre otros,  en los ecosistemas de  las regiones de Magallanes y Antofagasta. Esto es señalado en la agenda de energía entregada por el gobierno para el período 2022-2026. La idea en consolidarlo  a escala comercial, a objeto de “hacer de este activo, una nueva fuente de riqueza, desarrollo y crecimiento sostenible.” (María Paz de la Cruz, gerente general H2 Chile.)  Tarapacá posee  un clima desértico inmejorable para ello.

De ahí, la importancia de  la reunión sostenida entre el presidente del Colegio de Ingenieros de Chile, Juan Luza, y la Seremi de Energía Séfora Sidgman, junto a equipo técnico regional. Encuentro en el cual  se informó que “están buscando soportes, para estudiar e implementar una planta piloto en la región, que nos permita analizar la factibilidad en futuras inversiones y desarrollar estas tecnologías y abarcar demandas energéticas tanto internas como externas.”  Es de esperar que estos aprontes  sumen  y no decaigan en el tiempo.

 Turismo  intrarregional y sudamericano.

El  turismo  ha sido  propiciado desde la capital regional, a partir de la segunda mitad de la década del 60’ del siglo pasado. Incidió en ello  el alcalde de la ciudad el actual senador Jorge Soria Q. En aquella época, Iquique se caracterizaba por la pobreza y el abandono. Fue desde el municipio local que  comienzan a gestarse  las ideas y acciones para llegar a convertir  la ciudad en un epicentro turístico nacional e internacional.  No obstante,  aún se requiere de un trabajo mancomunado, a objeto de  incorporar esta variable a la esperable sostenibilidad regional.

Para ello  establecer una imagen única de la región, a partir de un enfoque integral que involucre a todas las comunas. Donde cada una de ellas no sea más ni menos que las demás  en esta perspectiva. Que se vean realmente potenciados sus respectivos atractivos. Monumentos y sitios históricos,  playas,   borde costero, desierto, oasis, altiplano, quebradas, cultivos, parques jurásicos, geoglifos, petroglifos, aguas termales, culinaria autóctona, etc.  Y con ello,  potenciar sus conexiones viales e infraestructuras. Sobre todo,  superar el arraigado centralismo regional. Tarapacá un solo territorio. Esto por un lado.

Por otro y no menos importante, es la capacidad de ubicarnos espacialmente, como epicentro  turístico y cultural, para  los países del cono central sudamericano; es decir, Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil; en una primera instancia. Para ello, deben  incorporarse nuevos  esquemas  proyectivos en nuestro acerbo político, económico y mental. Recordar que existen  rutas terrestres que nos acercan a cada uno de estos países vecinos, a través de las rutas logísticas bioceánicas. Es hora de usar estas infraestructuras.  Y sobre todo,  involucrar educacionalmente a los ciudadanos tarapaqueños en estas iniciativas.

Descentralización,  herramienta inigualable.

Si bien, esta variable proviene de decisiones que se toman a nivel central sin participación  de las regiones, a través del tiempo, se han abiertos expectativas que  podrían aportar al avance de los territorios regionales.  Entre estas anuencias que dan la  idea de descentralizar, fueron  la elección de los CORE  en 2013  y últimamente la de los gobernadores. Pero se visualiza que la operatividad  dirigida a su propio crecimiento y desarrollo, presenta  bemoles que parecen dilatar avances más profundos y decisivos

Si se busca una explicación a esto, podría aceptarse aquello que  “los  nuevos gobernadores regionales han heredado un mecanismo de operación adaptado a las necesidades del centralismo y dominado por la misma tecnocracia y burocracia nacional de décadas. Por ello  no es posible esperar nuevos resultados cuando las formas de operar son las mismas.” Es decir,  aún queda agua por pasar   bajo el puente.  Y por consiguiente,  continúa  la incerteza  para condiciones adecuadas hacia el desarrollo regional .

Conclusión

A  través de esta crónica, se han señalado seis variables,  que de ponerse en práctica ofrecerían a Tarapacá,  la posibilidad  de  instalar los cimientos sostenibles que alejen los resabios de las crisis  productivas que le han hecho  vivir a la región. Esto, justamente por adolecer de estrategias de mediano y largo plazo.

Y es aquí, donde se presenta con toda su relevancia, la necesidad de contar con procesos efectivamente descentralizadores. Esto facilitaría   a la dirigencia pública y privada  regional, elaborar y poner en práctica, las estrategias que se  ajusten  realmente a  las necesidades  del territorio y de su población.

NOTA RELACIONADA

Parte I, publicada en este portal, el 20 de septiembre del año en curso.

Desarrollo sostenible para  Tarapacá

 

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