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Pedro Oróstica Codoceo.-                                                            Es científico  reconocer  que a la región de Tarapacá, desde su traspaso a la administración chilena en 1879, le fueron negadas... Desarrollo sostenible para  Tarapacá

Pedro Oróstica Codoceo.-                                                           

Es científico  reconocer  que a la región de Tarapacá, desde su traspaso a la administración chilena en 1879, le fueron negadas  estrategias de desarrollo a mediano o largo plazo. Su carácter  exclusivo de economía extractiva  primaria,   fue  una causa de las obligadas crisis económicas sociales que le ha correspondido  enfrentar.  Las crónicas recuerdan los trances del salitre y de la pesca. Tampoco  olvidarse que en la década del 80’  Zofri tuvo lo propio;  y hoy, no está en su punto más boyante. El manejo centralizado de la región ha sido -en su medida-   la variable explicativa de tales resultados. Pero  es un hecho que  los albures continúan.

Fue por cuanto que  este territorio regional solo fue utilizado como mero reducto generador de grandes riquezas; donde muy poco  se reinvertía  acá. No obstante, las iniciativas para sacar de esta inmovilidad de progreso a  la capital regional, no provinieron de los gobiernos centrales,  ni de sus gobiernos regionales, que solo replicaban el modo operativo dictado en Santiago. Es así que, al analizar  la historia regional, fue  la Municipalidad de Iquique, desde  mediado de la década del 60’ la que buscó revertir ese destino de aislamiento y pobreza.

Es esta historia, entonces, la que avala la necesidad de darle a la región una nueva perspectiva de desarrollo sostenible de mediano y largo plazo. Si otrora los gobiernos se caracterizaron por la destemplanza hacia los territorios periféricos, paulatinamente la evolución de la sociedad chilena, ha llevado a reconocer y establecer algunos innovadores, pero lentos  procesos de descentralizar el  país. Es por cuanto  que si bien hoy se cuenta  con una Gobernación Regional electa democráticamente, igual podríamos preguntarnos: ¿será esta instancia política administrativa  garantía para un efectivo avance  regional?

¿Se podrá contar con una estrategia regional para el siglo XXI que incorpore variables que han sido  desechadas o  insuficientemente  atendidas? Entre estas tendríamos:

1. ZOFRI, una empresa regional. 2. Puerto de Iquique con extensión y profundidad suficientes. 3. Corredores bioceánicos como redes integrativas y productivas  para Tarapacá. 4.  Incorporación de energías renovables. 5. Turismo  y cultura en el contexto intraregional y sudamericano. 6. Descentralización, una herramienta esencial para aunar criterios entre los representantes políticos  por amor al terruño regional. 7. etc.

Con estos puntos aunados e incorporados como políticas públicas  en una Estrategia de Desarrollo Regional,  por vez primera en la historia regional se podría  vislumbrar una sincera lealtad para Tarapacá y la ciudadanía regional, para el siglo que avanza.

Devolver a ZOFRI su carácter de  empresa regional.

Un hecho palpable de la  Zona Franca de Iquique, es la perdida del carácter regional con que nació a la vida pública comercial.  Recordemos que las expectativas iniciales fueron  constituirla en una “palanca de desarrollo regional”,  cuestión que  a la postre solo resultó un desencantado slogan. Quizá ahora, con los nuevos aires de las políticas de descentralización en el país,  podría  restituírsele esa esencia inicial. Ya dijimos que en Chile, han emergido  las figuras de las Gobernaciones Regionales, quienes vendrían a representar los cambios que  requieren las regiones. Cuestión que en todo caso, está por verse. Los amarres centrales son potentes aún.

Frente a esto, la I. Municipalidad de Iquique, nuevamente ha vuelto a entregar a la comunidad  – para su discusión y análisis –   “propuesta para la Zona Franca de Iquique y la consolidación de Tarapacá y el norte de Chile, como plataforma logística y portuaria.” En este contexto, el Alcalde Mauricio Soria M.,  ofrece 21 prácticas y coherentes medidas a implementar. Esto a objeto de darle sostenibilidad a la más importante de las empresas regionales. Y  dada la evolución de los tiempos, quizás llegue la hora de convertir a ZOFRI en la añorada  empresa de carácter regional que se requiere.  Para ello deberá primar  esfuerzo,  tesón y  convicción transversal para ello.

Un puerto moderno,  profundo y frentes de atraques adecuados.

Revisando las crónicas regionales, encontramos sistemáticas referencias de convertir el puerto de Iquique, en un eslabón estratégico  para la logística regional. En este aspecto, aparece nuevamente la Municipalidad de Iquique, requiriendo al gobierno central  la necesidad de convertirlo en un eslabón clave para la sostenibilidad del desarrollo de Tarapacá y un aporte al país. Sobre todo en estos momentos en que los puertos del sur del Perú – Chancay, El Callao, Ilo, Matarani –  se han adueñado de la dinámica portuaria en el Pacífico sudamericano. Y Chile no cuenta  con puerto alguno que posea  profundidad suficiente para recibir naves de última generación.

De ahí que  la propuesta municipal contemple una licitación inmediata del frente de atraque N° 1 del puerto de Iquique. Que  permita atender naves  que requieren  un mínimo de cuatrocientos metros de muelle  con calado de 18 metros con sus respectivas grúas pórticos. En estos momentos  “Iquique y Chile dependen del trasbordo de carga desde  El Callao. De igual modo, se pide que el Ministerio de Transporte autorice la Ampliación del Frente de Atraque  N° 4 concesionado a ITI, el cual “lleva años tramitando permisos ambientales para ampliar.”  Tarapacá puede aportar, a muy bajo costo,  un   puerto profundo con frentes de atraques apropiados para naves modernas.

Anexarse a  los corredores  bioceánicos  integrativos.

El trabajo sistemático  para la creación de estas rutas logísticas integrativas, se remontan  a la década del 60’ del siglo XX desde la Municipalidad de Iquique. Su impulsor el ex alcalde y actual senador Jorge Soria Q,  se destaca nítidamente en la historia de Tarapacá, de  Chile y el Cono Central Sudamericano. Es decir, Brasil, Paraguay, Argentina, Bolivia y Chile. Los cuales se encuentran hoy creando políticas públicas en sus respectivos territorios.  A objeto de utilizar los puertos del Norte Grande de nuestro país para sacar  sus  grandes y diversas producciones hacia los mercados asiáticos. Estos países, visualizan un gran avance logístico en el uso de las carreteras biocéanicas.

En el Norte Grande, solo es la región de Antofagasta quien  se encuentra capitalizando el trabajo de estos países. Su Gobierno Regional, su Unidad de Asuntos Internacionales, la Universidad Católica del Norte,  otros estamentos de las áreas publicas y privada, etc. se encuentran en francos procesos operativos con  diversas instancias homólogas  de esas naciones. Tienen claridad que la operatividad de estos corredores bioceánicos traerán  progreso a la región. Puesto que  implica una dinamización integral  no solo en los procesos económicos, comerciales, productivos, también para el ámbito  universitario, como así mismo lo referente al turismo y la cultura en general.

Conclusiones

1.- Pareciese que aún no se concuerda  en  establecer una Estrategia de Desarrollo Regional de mediano y largo plazo, que incorpore inicialmente  estas  variables que hemos enunciado.

2.- Tarapacá aún no logra visualizar que  forma parte  de este  Cono Central Sudamericano, y que por consiguiente, puede incorporarse  a toda la dinámica que se está produciendo en  este amplio ámbito territorial.

3.-. No se logra consensuar la necesidad de unir esfuerzos en perspectivas de los objetivos superiores de la región.

4.- Lo que se pide para  ZOFRI, no es nada nuevo. ¿Se llegará a contar con su regionalización?

5.-  Lo mismo pasa con las necesidades del puerto de Iquique. ¿Le permitirán alcanzar los niveles que se piden para una operatividad superior?

6.- ¿Se aprovecharán, las rutas bioceánicos para incorporarnos  a las redes integrativas productivas del siglo XXI?

(Continuará)  

 

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