Desarrollo sostenible para Tarapacá
Opinión y Comentarios 20 septiembre, 2022 Edición Cero

Pedro Oróstica Codoceo.-
Es científico reconocer que a la región de Tarapacá, desde su traspaso a la administración chilena en 1879, le fueron negadas estrategias de desarrollo a mediano o largo plazo. Su carácter exclusivo de economía extractiva primaria, fue una causa de las obligadas crisis económicas sociales que le ha correspondido enfrentar. Las crónicas recuerdan los trances del salitre y de la pesca. Tampoco olvidarse que en la década del 80’ Zofri tuvo lo propio; y hoy, no está en su punto más boyante. El manejo centralizado de la región ha sido -en su medida- la variable explicativa de tales resultados. Pero es un hecho que los albures continúan.
Fue por cuanto que este territorio regional solo fue utilizado como mero reducto generador de grandes riquezas; donde muy poco se reinvertía acá. No obstante, las iniciativas para sacar de esta inmovilidad de progreso a la capital regional, no provinieron de los gobiernos centrales, ni de sus gobiernos regionales, que solo replicaban el modo operativo dictado en Santiago. Es así que, al analizar la historia regional, fue la Municipalidad de Iquique, desde mediado de la década del 60’ la que buscó revertir ese destino de aislamiento y pobreza.
Es esta historia, entonces, la que avala la necesidad de darle a la región una nueva perspectiva de desarrollo sostenible de mediano y largo plazo. Si otrora los gobiernos se caracterizaron por la destemplanza hacia los territorios periféricos, paulatinamente la evolución de la sociedad chilena, ha llevado a reconocer y establecer algunos innovadores, pero lentos procesos de descentralizar el país. Es por cuanto que si bien hoy se cuenta con una Gobernación Regional electa democráticamente, igual podríamos preguntarnos: ¿será esta instancia política administrativa garantía para un efectivo avance regional?
¿Se podrá contar con una estrategia regional para el siglo XXI que incorpore variables que han sido desechadas o insuficientemente atendidas? Entre estas tendríamos:
1. ZOFRI, una empresa regional. 2. Puerto de Iquique con extensión y profundidad suficientes. 3. Corredores bioceánicos como redes integrativas y productivas para Tarapacá. 4. Incorporación de energías renovables. 5. Turismo y cultura en el contexto intraregional y sudamericano. 6. Descentralización, una herramienta esencial para aunar criterios entre los representantes políticos por amor al terruño regional. 7. etc.
Con estos puntos aunados e incorporados como políticas públicas en una Estrategia de Desarrollo Regional, por vez primera en la historia regional se podría vislumbrar una sincera lealtad para Tarapacá y la ciudadanía regional, para el siglo que avanza.
Devolver a ZOFRI su carácter de empresa regional.
Un hecho palpable de la Zona Franca de Iquique, es la perdida del carácter regional con que nació a la vida pública comercial. Recordemos que las expectativas iniciales fueron constituirla en una “palanca de desarrollo regional”, cuestión que a la postre solo resultó un desencantado slogan. Quizá ahora, con los nuevos aires de las políticas de descentralización en el país, podría restituírsele esa esencia inicial. Ya dijimos que en Chile, han emergido las figuras de las Gobernaciones Regionales, quienes vendrían a representar los cambios que requieren las regiones. Cuestión que en todo caso, está por verse. Los amarres centrales son potentes aún.
Frente a esto, la I. Municipalidad de Iquique, nuevamente ha vuelto a entregar a la comunidad – para su discusión y análisis – “propuesta para la Zona Franca de Iquique y la consolidación de Tarapacá y el norte de Chile, como plataforma logística y portuaria.” En este contexto, el Alcalde Mauricio Soria M., ofrece 21 prácticas y coherentes medidas a implementar. Esto a objeto de darle sostenibilidad a la más importante de las empresas regionales. Y dada la evolución de los tiempos, quizás llegue la hora de convertir a ZOFRI en la añorada empresa de carácter regional que se requiere. Para ello deberá primar esfuerzo, tesón y convicción transversal para ello.
Un puerto moderno, profundo y frentes de atraques adecuados.
Revisando las crónicas regionales, encontramos sistemáticas referencias de convertir el puerto de Iquique, en un eslabón estratégico para la logística regional. En este aspecto, aparece nuevamente la Municipalidad de Iquique, requiriendo al gobierno central la necesidad de convertirlo en un eslabón clave para la sostenibilidad del desarrollo de Tarapacá y un aporte al país. Sobre todo en estos momentos en que los puertos del sur del Perú – Chancay, El Callao, Ilo, Matarani – se han adueñado de la dinámica portuaria en el Pacífico sudamericano. Y Chile no cuenta con puerto alguno que posea profundidad suficiente para recibir naves de última generación.
De ahí que la propuesta municipal contemple una licitación inmediata del frente de atraque N° 1 del puerto de Iquique. Que permita atender naves que requieren un mínimo de cuatrocientos metros de muelle con calado de 18 metros con sus respectivas grúas pórticos. En estos momentos “Iquique y Chile dependen del trasbordo de carga desde El Callao. De igual modo, se pide que el Ministerio de Transporte autorice la Ampliación del Frente de Atraque N° 4 concesionado a ITI, el cual “lleva años tramitando permisos ambientales para ampliar.” Tarapacá puede aportar, a muy bajo costo, un puerto profundo con frentes de atraques apropiados para naves modernas.
Anexarse a los corredores bioceánicos integrativos.
El trabajo sistemático para la creación de estas rutas logísticas integrativas, se remontan a la década del 60’ del siglo XX desde la Municipalidad de Iquique. Su impulsor el ex alcalde y actual senador Jorge Soria Q, se destaca nítidamente en la historia de Tarapacá, de Chile y el Cono Central Sudamericano. Es decir, Brasil, Paraguay, Argentina, Bolivia y Chile. Los cuales se encuentran hoy creando políticas públicas en sus respectivos territorios. A objeto de utilizar los puertos del Norte Grande de nuestro país para sacar sus grandes y diversas producciones hacia los mercados asiáticos. Estos países, visualizan un gran avance logístico en el uso de las carreteras biocéanicas.
En el Norte Grande, solo es la región de Antofagasta quien se encuentra capitalizando el trabajo de estos países. Su Gobierno Regional, su Unidad de Asuntos Internacionales, la Universidad Católica del Norte, otros estamentos de las áreas publicas y privada, etc. se encuentran en francos procesos operativos con diversas instancias homólogas de esas naciones. Tienen claridad que la operatividad de estos corredores bioceánicos traerán progreso a la región. Puesto que implica una dinamización integral no solo en los procesos económicos, comerciales, productivos, también para el ámbito universitario, como así mismo lo referente al turismo y la cultura en general.
Conclusiones
1.- Pareciese que aún no se concuerda en establecer una Estrategia de Desarrollo Regional de mediano y largo plazo, que incorpore inicialmente estas variables que hemos enunciado.
2.- Tarapacá aún no logra visualizar que forma parte de este Cono Central Sudamericano, y que por consiguiente, puede incorporarse a toda la dinámica que se está produciendo en este amplio ámbito territorial.
3.-. No se logra consensuar la necesidad de unir esfuerzos en perspectivas de los objetivos superiores de la región.
4.- Lo que se pide para ZOFRI, no es nada nuevo. ¿Se llegará a contar con su regionalización?
5.- Lo mismo pasa con las necesidades del puerto de Iquique. ¿Le permitirán alcanzar los niveles que se piden para una operatividad superior?
6.- ¿Se aprovecharán, las rutas bioceánicos para incorporarnos a las redes integrativas productivas del siglo XXI?
(Continuará)