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Prof. Dr. Haroldo Quinteros Bugueño.  El 12 de octubre es para muchos el día del “Descubrimiento de América.” No sólo eso; todavía hay quienes... 12 de octubre: Nada que celebrar.

Prof. Dr. Haroldo Quinteros Bugueño. 

El 12 de octubre es para muchos el día del “Descubrimiento de América.” No sólo eso; todavía hay quienes le llaman el “Día de la Raza.” Con esos dos nombres aún a veces lo recuerdan autoridades y escuelas en Chile, y en algunas de ellas nuestros niños celebran este día cantando el himno nacional de España mientras se leen apologéticos poemas a Cristóbal Colón, el marino italiano que aquel día, en 1492, en nombre de los reyes de España, arribó a la isla caribeña de Guanahani, que llamó San Salvador. Para cualquier niño que tenga un poco de sentido crítico, estos actos cívicos escolares del 12 de octubre son incomprensibles.

Esto es así, porque nuestros maestros enseñan, y con mucho orgullo, la heroica resistencia de nuestras etnias aborígenes en defensa de su tierra contra el colonizador español, guerra patria que advino inmediatamente después del arribo de Colón a América, cuya primera expresión continental fue la gesta que protagonizaron nuestros mapuches. La verdad histórica es que Colón y el colonizador fueron sus enemigos. En uso de su superioridad técnico-militar, los europeos, y particularmente los españoles, se propusieron someter a las etnias americanas no por la vía del entendimiento, sino a través de la fuerza bruta, el despojo, la crueldad llevada al extremo del franco sadismo y el genocidio.

No es casualidad que el 12 de octubre se recuerde como un día de duelo entre las comunidades étnicas originarias americanas. Por cierto, basta con que un maestro cuente el empalamiento de Caupolicán o la mutilación de Galvarino para que un niño y niña tiemblen de horror ante las atrocidades del invasor hispano. Más tarde, ya en la Universidad, la vieja fantasía escolar del «Descubrimento de América» y del «Día de la Raza» se acabó para siempre cuando aprendimos bien de qué se trataba todo. Veamos:

1.- Europa y España no salieron al Atlántico con el objetivo de descubrir nuevas tierras, sino ocupar militarmente Asia, continente entonces ya conocido por los europeos. Es decir, el plan era el asalto militar a Asia, sorprendiéndola, partiendo por el occidente para finalmente llegar al oriente. El viaje de Colón, obviamente de modo teórico, sólo consistía en probar que tal plan era posible de realizar. Por más de medio siglo, mientras los soldados españoles sometían a los supuestos asiáticos a sangre y fuego, España y toda Europa, sin saber que la tierra era más grande de lo que creían, pensaron que las tres carabelas habían desembarcado en Asia. La península de La Florida era una prolongación de Catay (China); Cuba, Cipango (Japón); y México, la India. De ahí el adjetivo gentilicio “indio” que España y demás potencias colonialistas europeas usaron para referirse a los pueblos americanos de entonces, y que, por uso, quedó para siempre.

2.- Por supuesto, no se descubren tierras con las que se topa sin saber qué son; aun menos se descubren seres humanos. Sólo se descubren cosas, objetos, y nada más. Los seres humanos se encuentran con sus semejantes. Los europeos, además, conocieron en América poblaciones que vivían un importante período de civilización, en algunos aspectos superiores a la de ellos, como en materia de medicina y Astronomía. La decisiva superioridad que permitió a los europeos someter a los americanos fue su tecnología de guerra, basada en el dominio del hierro y la pólvora, más el uso del caballo.

3.- Excepto la prédica religiosa humanista de algunos sacerdotes que no se prestaron, como casi todos los demás, a amparar e, incluso, alentar las atrocidades de sus compatriotas contra nuestros pueblos originarios, los europeos (los primeros, los españoles) vinieron aquí en plan de conquista de territorios y esclavos y, sobre todo, a buscar riquezas, particularmente oro, el acicate que dio vida al orden general de la economía global de la época, el novel sistema capitalista mercantil, también conocido como Mercantilismo. Es cierto que en el caso de Méjico, con los aztecas, el imperio español terminó con los abominables sacrificios humanos, práctica religiosa común de todos los pueblos antiguos. Sin embargo, esa atrocidad palidece ante la dominación española. Para el sometimiento de nuestros pueblos, en lo político, el imperio usó el método del terror, y en el económico, primero la esclavitud y luego la explotación feudal, llevados al paroxismo: la población continental autóctona americana se redujo en nueve décimos en menos de cien años.

4.- El “Día de la Raza” no existe. Veamos por qué. Hay americanos que creen que tal “raza” serían los «descubiertos” por Colón. No es así porque el 12 de octubre surgió hace cinco siglos como el “ Día de la Raza Española.” En verdad, suponer que haya «raza» española o cualquiera otra es insostenible en nuestros días. Hoy, la Antropología descarta categóricamente la existencia de “razas,” cuestión que el descubrimiento del genoma estableció definitivamente hace unas décadas, al probarse que las diferencias biológicas entre los seres humanos son absolutamente insignificantes, como el color de la piel o ciertos rasgos de la forma del cráneo. Por lo tanto, desde el punto de vista netamente científico, hoy sólo puede hablarse de “pueblos,” “etnias” y “comunidades,” y no de “razas.”

En fin, el 12 de octubre sigue siendo el día nacional de España, pero… ¡ojo! ya no se llama “Día de la Raza” en ese país. El Estado español, advertido del ridículo internacional que hacía con llamar así ese día, anuló ese título y lo cambió, por decreto constitucional de 1987, por el de, simplemente, “Día Nacional de España.”

Es importante que se sepa que en estos precisos días, una fuerte corriente intelectual y cívica española exige anular definitivamente este día como el día de España porque no recuerda nada sublime ni heroico. Por el contrario, como lo sabe cualquiera persona culta hispana, esa fecha marcó el inicio de un período de tres siglos de opresión del más fuerte sobre el débil. Imposible sería negar que los europeos, todos sin excepción, arrasaron con las culturas americanas en un clima general de despojo, genocidio, torturas, mutilaciones, descuartizamientos y quemas masivas de indígenas, lo que hasta hoy, quizás sólo con la excepción del Holocausto del pueblo judío por los nazis, no tiene precedentes en la historia de la Humanidad.

La propuesta de los españoles que realmente marchan al unísono con la Historia es que el día patrio de España sea uno que recuerde una efeméride que exalte el amor a la libertad, la identidad propia y la dignidad nacional. Este día podría ser, por ejemplo, el de la victoria de los Reyes Católicos sobre el Islam a comienzos de 1492, evento que marcó el nacimiento y el inicio de la unidad de la España de hoy. También está el natalicio de Miguel de Cervantes, el excelso novelista, primero entre todos en la historia de la literatura universal, así como también el primer día de los de la heroica resistencia del pueblo español contra el invasor napoleónico, por ejemplo en Aranjuez.

En suma:

1.- No hubo “Descubrimiento de América.”

2.- No existe el “Día de la Raza.”

3.- Por su carácter predatorio y cruel, la invasión y conquista de América, no son dignas de celebrarse en ninguna parte, ni en España, ni menos aun en América.

Finalmente, como divertido colofón para este breve artículo, anotemos que ni siquiera existe el 12 de octubre. Colón no llegó a Guanahani ese día; realmente desembarcó allí el 21 de ese mes, según la corrección que hizo el calendario gregoriano al juliano, vigente en 1492.

 

 

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