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«Nunca en Chile se vio tal despliegue de falsedades y mentiras científicamente elaboradas» Que el fracaso de la opción apruebo, en el reciente plebiscito... Colectivo por Cambios de Verdad: «Triunfo no es definitivo, Chile sigue en el proceso de darse una nueva constitución»

«Nunca en Chile se vio tal despliegue de falsedades y mentiras científicamente elaboradas»

Que el fracaso de la opción apruebo, en el reciente plebiscito de salida, no es una estrategia irreversible, declaró el Colectivo Por Cambios de Verdad, en consideración que «el triunfo no es definitivo, puesto que Chile aún sigue en el proceso de darse una nueva constitución política».

Tras analizar el momento político, a través de una declaración, donde se realiza un profundo análisis,  determina que «nunca en Chile se vio tal despliegue de falsedades y mentiras científicamente elaboradas»

En otro de sus puntos señala que: «El 18 de octubre de 2019, lo más consciente y auténticamente intérprete del clamor de justicia social del pueblo chileno, no sólo se alzó contra el régimen económico neo-liberal imperante sino que, explícitamente, exigió la convocatoria a una Asamblea Constituyente que abriera el camino a una nueva constitución política que pusiera fin al ilegítimo engendro constitucional de la dictadura…»

LA DECLARACIÓN

El pasado 4 de septiembre, el país concurrió a un acto electoral en que debía aprobar rechazar el proyecto constitucional elaborado por la Convención Constitucional ad hoc elegida el año pasado. Ante su resultado, que dio el triunfo a la opción Rechazo, el Colectivo Político de Tarapacá “Por Cambios de Verdad”, declara ante la opinión pública:

1) En primer lugar, de ninguna manera sentimos que el fracaso de la alternativa Apruebo sea una derrota estratégica irreversible, aunque ella era la opción que de manera efectiva favorecía el avance del país hacia una sociedad más justa. Por cierto, el fracaso de la propuesta de la Convención Constitucional es un retroceso, porque triunfó lo más granado de la derecha y ultra-derecha nacional, el grupúsculo “Los Amarillos” y otros renegados y tránsfugas políticos que se sumaron a la derecha. Pero insistimos, ese triunfo no es definitivo, puesto que Chile aún sigue en el proceso de darse una nueva constitución política.

2)  El 18 de octubre de 2019, lo más consciente y auténticamente intérprete del clamor de justicia social del pueblo chileno, no sólo se alzó contra el régimen económico neo-liberal imperante sino que, explícitamente, exigió la convocatoria a una Asamblea Constituyente que abriera el camino a una nueva constitución política que pusiera fin al ilegítimo engendro constitucional de la dictadura, que consagra el sistema neoliberal imperante, el mismo que ha entregado nuestras industrias y riquezas naturales a la voracidad del capital extranjero y nacional y traído a nuestra patria la desigualdad social, la transformación en vulgar objeto mercantil del derecho natural humano a la vivienda, salarios, pensiones, Salud y Educación dignas y de calidad para todos.

Una Asamblea Constituyente, por su origen, por su nueva formación y definición, excluía al cuerpo político institucional en ejercicio; es decir, a la clase política entera, a la derecha nacional y a los corifeos de los partidos de la ex –Concertación que durante tres décadas gobernaron el país con acuerdos y pactos secretos, manteniendo incólume el sistema neo-liberal vigente. La clase política, más algunos representantes de la coalición el Frente Amplio, impidieron la formación de la Asamblea Constituyente. En su lugar acordaron a espaldas de la ciudadanía la formación de una Convención Constitucional, que se regiría por la constitución política vigente, la de la dictadura. Esto significaba que la desprestigiada clase política nacional seguiría rigiendo el país indefinidamente. Dicho con toda claridad, fue desde ese momento en que empezó a gestarse la derrota que sufrimos el domingo pasado.

3) La debilidad y adhesión al sistema imperante de la mal llamada “izquierda” nacional institucional, parte integrante de la ex – Concertación, es evidente. Por supuesto, no se ha jugado con todas sus fuerzas por el fin del neoliberalismo. Sumándose a la derecha, no quiso una Asamblea Constituyente, como tampoco, hoy, se jugó con la fuerza necesaria por el triunfo de la opción Apruebo. Ante ello, la astucia de una derecha que no conoce escrúpulos pudo actuar con toda facilidad. El voto voluntario, que fue aceptado por gobiernos de la Concertación, fue una propuesta de la derecha, de modo que el descontento popular ante el orden económico dejado por la dictadura no pudiera expresarse enteramente. Hoy, en connivencia con la ex – Concertación y la seudo-izquierda, acordaron volver al voto obligatorio, a sabiendas que no sólo participaría en el acto electoral la más consciente parte de la ciudadanía, la misma que con un 80% de los votos dieron el triunfo al llamado a la formación de la Convención Constitucional, sino que participaría también, como sucedió, chilenos carentes de interés en la política y de escasa o nula formación y cultura en el tema de las cosas sociales.

Estos sectores fueron presa fácil de lo que fue la abyecta, supermillonaria, mentirosa y abierta campaña de terror montada por la derecha política y empresarial.  Con la completa seguridad que gran parte de la población nunca se aproximaría siquiera a una lectura superficial del texto de la propuesta de la Convención Constitucional,  la propaganda de la derecha aventó patrañas tales como: “te quitarán tu casa, el estado se apropiará de tus ahorros en las AFP, no te permitirán acceso al agua para regar tus cultivos, los inmigrantes te quitarán tu puesto de trabajo,” y muchas más. Nunca en Chile se vio tal despliegue de falsedades y mentiras científicamente elaboradas para conquistar, precisamente, al pueblo más incauto, lo que, finalmente,  dio el triunfo a la derecha, la que es, precisamente, la gran causante y responsable original de la aguda depresión socio-económica que aflige a gran parte de nuestro pueblo, y con más fuerza al sector menos culto políticamente del país.

Así, por ejemplo, en comunas que poseen una importante población indígena, como las que existen en nuestra región, se rechazó la plurinacionalidad,  concepto que no contempla en absoluto la constitución de la dictadura, que ahora sigue vigente. Las nortinas comunas de Colchane, Camiña y General Lagos, fueron de las más votadas en el país en favor del Rechazo. En ellas, la población ha sufrido una avalancha ilegal de migrantes, de la cual no es culpable  el gobierno de Boric como acusaba la propaganda de la derecha, sino un gobierno suyo, el de Sebastián Piñera, que obedeciendo al imperio yanqui, abrió nuestras fronteras sin ningún control con el objetivo de socavar al gobierno venezolano, lo que, obviamente, no consiguió, pero que trajo al país un agudo caos en materia de migración. También está el caso, verdaderamente patético, de la comuna de Petorca, que rechazó el agua como un derecho, como estaba consagrado en el proyecto constitucional propuesto; es decir,  todo lo contrario a la constitución de Pinochet, que declara el agua como una mercancía. En Petorca, donde ganó el Rechazo, gran parte de la población, en estos mismos instantes,  debe salir de su territorio en busca de agua , que, además,  debe pagar.

4) Del fracaso de la opción Apruebo, también ha sido responsable buena parte del sector mayoritario de izquierda de la Convención Constitucional. Convencionales de la ex – Concertación, socialistas, algunos del Frente Amplio, acosados por la minoritaria derecha, cooptaron a algunos convencionales de izquierda e independientes para frenar articulados relevantes, insistiendo en temas, que siendo importantes, eran menores que los que, por ejemplo, significaban la propiedad de nuestras riquezas mineras básicas y el fin definitivo del sistema neo-liberal. Así, terminaron por dividirse, dejando los cambios profundos que necesita el país al arbitrio de la clase política institucional, que, por supuesto, no los ha hecho en más de 30 años, y que con toda seguridad no tendrá nunca una genuina disposición a hacerlos.

5) También el gobierno actual tiene responsabilidad en la derrota de la opción Apruebo. El pueblo quiere cambios, pero con arreglo a políticas claras y muy concretas. Otra expresión de la astucia de la derecha fue identificar la opción Apruebo con la gestión del actual gobierno. La administración de Boric se ha caracterizado por su falta de decisión política de avanzar de manera firme hacia el cambio social. Hubo una ostensible falta de compromiso en la campaña del Apruebo de los dirigentes y mandatarios mayores de los partidos de gobierno, además de sus gobernadores y autoridades regionales, por temor a que la derecha acusara de “intervención electoral”, lo que de todas maneras hizo. Tampoco se vio la presencia en la campaña de la opción Apruebo de las organizaciones sociales, como sindicatos y juntas vecinales, cuyos dirigentes son en general personas de izquierda y adherentes al gobierno.

A ello se agrega el hecho que la administración Boric ha caído en un exceso de diálogos con la derecha, lo que no sólo ha culminado con el reciente triunfo del Rechazo, sino hoy mismo con un alarmante anuncio del gobierno. Sólo hace unas horas, el ministro Mario Marcel ha manifestado textualmente: “el trabajo de administrar, gobernar y de impulsar las reformas por supuesto no será igual ahora que de la manera que lo leíamos antes del plebiscito”. A ello, agregó que se ralentizarán varias medidas económicas. En otras palabras, el gobierno se siente obligado a retroceder y pactar con la derecha la futura marcha del país en materia económica, aceptando el argumento de la derecha que con el triunfo del Rechazo, ella es mayoría en Chile, lo que, por supuesto, es falso, porque lo que se votó el 4 de septiembre fue una propuesta constitucional, y nada más.

De seguir adelante la vacilación política de un gobierno sin convicciones fuertes y definitorias sobre los cambios estructurales que  necesita Chile, a menos que lo impidamos, el país volverá a caer en manos de la misma clase política que lo ha gobernado por más de tres décadas; es decir, por la misma partidocracia que no ha satisfecho las demandas de la gran mayoría de los chilenos. Las vacilaciones políticas del gobierno no terminan allí.

6) Hubo sectores de la izquierda nacional que votaron, equivocadamente por supuesto, por el Rechazo, porque Boric ha debido a acceder, por presión de la derecha, a negar su apoyo al 10% del 5° retiro de las AFP, porque ha seguido con la militarización de la Araucanía y el encarcelamiento de los dirigentes de la resistencia mapuche, lo que sólo agudizará el conflicto con ese pueblo. Tampoco el gobierno se ha pronunciado por una amnistía que deje en libertad a los jóvenes aún presos tras la rebelión popular del 18 de octubre, que significó persecución, torturas, ceguera, mutilaciones y vejámenes de todo tipo a centenares de heroicos compatriotas.

7) Finalmente, recalcamos: No es hora de las lamentaciones ni desánimo. Más que nunca, declaramos que la lucha debe continuar, y con más fuerza que nunca. Debemos, en primer lugar, impedir que la derecha se imponga sobre el gobierno, táctica que ha ya iniciado, y para ello, en primer lugar, la izquierda verdadera nacional debe unirse, tanto en la calle como corporativamente. Puesto que la derecha, para aparecer como democrática, también propuso “una nueva y mejor constitución,” debemos exigir al gobierno de Gabriel Boric que exija que la nueva Carta Magna se haga por la única vía democrática existente, la Asamblea Constituyente.

Sabemos que la derecha ha mentido al declarar que quiere una nueva constitución. No es así. La derecha se resistirá a ella y tratará de introducir, en el mejor de los casos, algunas enmiendas a la vieja constitución de la dictadura, sin tocar en nada su esencia neo-liberal. No podemos dejar de estar alertas, porque la seudo-izquierda institucional; es decir, el resto de la clase política, no se jugará por los cambios profundos que necesita Chile. No nos dormiremos. Llevaremos adelante nuestra mayor tarea: Tal como el 18 de octubre de 2019, exigiremos hasta nuestro último aliento la formación de una Asamblea Constituyente que dé lugar a una constitución política verdaderamente democrática.

COLECTIVO POLÍTICO DE TARAPACÁ “POR CAMBIOS DE VERDAD”.

Iquique, 6 de septiembre de 2022.

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