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Yisel Zarricueta Rojas, Psicóloga.- Desde niña, como muchas, he sido testigo de injusticias y atropellos a derechos que son fundamentales; sin lugar a duda,... El feminismo y la lucha como parte de nuestra identidad

Yisel Zarricueta Rojas, Psicóloga.-

Desde niña, como muchas, he sido testigo de injusticias y atropellos a derechos que son fundamentales; sin lugar a duda, desde el inicio de los tiempos nosotras como mujeres hemos sido vulneradas.

Violencia, humillaciones, atropellos y hasta burlas, que perduran hasta el presente; sin lugar a duda, los términos patriarcado, feminismo y sororidad están más que «manoseados». Sin embargo, a pesar de toda adversidad, hemos logrado sacar fuerzas inimaginables para luchar por nuestros derechos.

Mi abuela, a quién considero como mi madre, desde niña me inculcó estudiar (un derecho básico y fundamental para tod@s); ella siempre me recalcó lo importante de prepararse y estudiar para «no depender de ningún hombre», y obvio, para nuestro propio desarrollo personal. Quizás lo decía, para no sufrir lo que ella sufrió o quizás para no pasar lo que ella pasó. Hoy ella sigue a mi lado y a pesar de todas nuestras diferencias por un tema generacional, continúa firme esa convicción y más que orgullosa (yo creo) de haber logrado su propósito… soy una mujer independiente y, pucha, que importante debe ser para mi abuela ver eso.

La unión que se ha dado entre nosotras durante los últimos años ha sido excepcional, sin desmerecer los logros anteriores, por ejemplo, durante la dictadura; hoy podemos hablar de aborto sin ser juzgadas o de tener derechos sexuales a pesar de que algunos aún tienen esa visión retrógrada.

Hoy el feminismo es parte de nuestra identidad, nos permitió fortalecer nuestra autoestima, nuestra autoimagen, a sentirnos acompañadas, a sentir un apoyo que, quizás, no encontrábamos en otro lado.

Pero, debemos comprender que quizás el simple hecho de sentirnos «parte de», no basta. Aún nos queda mucho por recorrer y por sobre todo lo más importante es ser consecuente con lo que tanto hemos luchado…la SORORIDAD.

Envío un gran abrazo a todas las mujeres bellas; incluso, a las que a veces, no respetan esta causa.

 Por, sobre todo, mi mayor admiración es hacia mi madre y mi abuela, mis mayores referentes.

La lucha es larga…

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No más silencio.

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