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Sangrre – Argentina. Por Mariano Vásquez.- Hugo Gutiérrez es un político que da la cara. Fue tres veces diputado nacional y ahora es constituyente... Hugo Gutiérrez: “Que la Convención Constitucional sea una fórmula para deconstruir el Estado chileno”

Sangrre – Argentina. Por Mariano Vásquez.- Hugo Gutiérrez es un político que da la cara. Fue tres veces diputado nacional y ahora es constituyente en la Convención Constitucional, una herramienta de transformación que nació como bandera durante las revueltas populares que a partir del 18 de octubre de 2019 al grito de “no son 30 pesos son 30 años” mostraron el músculo de un pueblo harto.

En su columna vertebral de convicciones está la defensa de los derechos humanos. Como abogado, ha representado a víctimas de la dictadura militar de Augusto Pinochet, querelló al presidente Piñera, hoy acusado constitucionalmente por diferentes delitos, y a Carabineros por corrupción.

Sus posiciones irreductibles le han valido hasta un juicio por injurias por parte de las Fuerzas Armadas. Lo que dice con la boca lo defiende con el cuerpo. En esta extensa entrevista con SANGRRE, Gutiérrez, militante comunista, reafirma sus convicciones anticapitalistas y antiimperialistas; analiza el trabajo de la Convención Constitucional que tirará al basurero de la historia la Carta Magna dictatorial; examina el escenario político-electoral en Chile y la región; y afirma que “el fascismo puede ser una respuesta que dé el capital” en el país.-La elección popular conformó una Convención Constitucional que mayoritariamente refleja el espíritu insurreccional del Chile Despertó e incluso tiene como presidenta a una mujer mapuche. ¿Cómo analiza estos primeros meses de trabajo?

-La Convención Constitucional se instaló el 4 de julio de este año eligiendo a la representante de los escaños reservados para los pueblos originarios, una lideresa del pueblo mapuche (Elisa Loncón), para que presida por seis meses hasta la renovación de enero de 2022. Es un acto de mucho simbolismo. Los pueblos originarios estuvieron históricamente perseguidos, diezmados, exterminados, discriminados, y que ella asuma la presidencia nos llena de satisfacción, porque es lo que uno espera: que este espacio sea una fórmula para deconstruir el Estado chileno.

-En estos tres meses se confeccionaron los reglamentos para el funcionamiento de la Convención Constitucional. No me gusta llamarla así, porque da cuenta de que surge de un pacto, que es el del 15 de noviembre entre la elite política para salvarle el pellejo a Sebastián Piñera. Fue un error. Debió haberse ido con esa revuelta popular, dar el paso a un gobierno provisorio, a una nueva elección presidencial y parlamentaria, más la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Pero aquí estamos, “entre Tongoy y Los Vilos” –dos pueblitos en Chile entre los que no hay nada–, una expresión chilensis que dice que hacemos muchas cosas, pero al final del día no hacemos nada.

Esta Convención Constitucional ya ha entendido cuál es su deber, y esto porque el pueblo fue muy sabio al momento de elegir un numero de constituyentes que puede permitir –digo “puede” porque lamentablemente fuerzas políticas de izquierda más unidas a una vieja historia transicional siempre se esmeran en darle estabilidad al sistema político y económico, lo que sin duda genera serios inconvenientes para llegar a acuerdos–. Pero ya se instalaron los cimientos, que serán la preeminencia de los derechos humanos, la plurinacionalidad, la justicia territorial, el feminismo y la paridad de género. Ya están asegurados como principios dentro de los reglamentos. En la nueva constitución la soberanía recaerá en el pueblo.

-En dos años de revuelta popular observamos una represión salvaje, violaciones sistemáticas a los derechos humanos, condena internacional… ¿Qué piensa la Convención Constitucional sobre el nuevo rol de las Fuerzas Armadas, de la Policía, que llevan en su ADN la concepción pinochetista y, en esa línea, el rol de la seguridad en el contexto latinoamericano?

-Respecto a las Fuerzas Armadas y la integración continental, la Convención aún no piensa nada, esa discusión se empieza a transitar ahora (N. del R.: después de acordar su reglamento y organizar su funcionamiento, se inició el debate de propuestas el lunes 18). A lo largo de la historia de Chile se registran cerca de 30 masacres que han cometido las Fuerzas Armadas en contra de su pueblo, que de cuando en cuando se dedican a matarlo, a exterminarlo. No son patriotas, no son más que un derivado de la política imperial norteamericana, que las entrena, les vende las armas y las ata a su posición geopolítica. El tema que señalas tú es vital para la viabilidad de una democracia y si no somos capaces de enfrentar este tema, la democracia en la región y, particularmente en Chile, seguirá siempre en peligro.

Las Fuerzas Armadas son un peligro constante porque se han dedicado a representar los intereses del imperio norteamericano dentro del país y eso ha causado miles de muertos. El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 se hizo en Estados Unidos, allá se planificó y los militares chilenos lo aplicaron. En este nuevo acuerdo social que es la Constitución que se nos aproxima hay que abocarse a este tema con una mirada distinta de la integración regional. Ambos temas estas imbricados, unidos, porque uno de los impedimentos para esa integración es el concepto de defensa que elaboran las Fuerzas Armadas a efectos de tenernos divididos y confrontados como países, cada uno armándose para hacerle la guerra al otro y todo esto para el disfrute norteamericano. Este tema lo vamos a tener que abordar sí o sí en la nueva Constitución Política.

-Las elecciones están a la vuelta de la esquina. Las encuestas instalan como favoritos a Gabriel Boric, del Frente Amplio en alianza con el Partido Comunista, y al ultraderechista José Antonio Kast, que desplaza del segundo lugar al delfín de Piñera, Sebastián Sichel.

-Después de los gobiernos progresistas que tuvo el continente, se produce una reconquista norteamericana que vino con la añeja formula de restaurar el neoliberalismo que eventualmente se les iba de la manos. Los gobiernos progresistas lograron instalar una subjetividad y una mentalidad transformadora que aún no se expresa con toda la fuerza pero que no acepta el neoliberalismo. La derecha clásica no tiene el soporte ideológico para volver con su neoliberalismo, entonces el imperio recurre al fascismo. Es el fascismo en su versión clásica, la versión más terrorífica del capital. Esto pasa en general en América Latina, y en Chile con un sujeto que se pinta de oveja como es Kast, que es un lobo imperial y lo que pretende es restaurar por la fuerza una ideología neoconservadora que barra con todo aquello que los pueblos sienten que es una ganancia de los gobiernos progresistas… Este fascismo encuentra dónde ser sembrado y eso es muy triste. El capitalismo quiere seguir devorador, saqueador y salvaje.

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