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Por Gonzalo Artal.- Se sabe que la misión de redactar y aprobar la propuesta de texto que se transformará o no, mediante voto obligatorio, en... Constituyente quechua anticipa rol activo de Pueblos Originarios: “No nos vamos a quedar esperando que nos regalen derechos”

Por Gonzalo Artal.- Se sabe que la misión de redactar y aprobar la propuesta de texto que se transformará o no, mediante voto obligatorio, en la nueva Constitución de la República de Chile, es y será una tarea compleja. Pero encontrarse de frente con tantos desbarajustes en la ceremonia inaugural y en la implementación inicial de la Convención Constitucional, es algo que Wilfredo Bacian Delgado, representante del Pueblo Quechua, calificó como bochornoso.

“Fue un poco caótico al principio, pues entre lo formal y ceremonioso del programa, no teníamos mucha información de lo que estaba sucediendo fuera del Ex Congreso, como lo fueron las manifestaciones y las acciones de represión por parte de Carabineros contra muchas personas y representantes de organizaciones sociales y de los pueblos originarios que, de alguna manera, llegaron a apoyar y ser parte de este proceso histórico”, sostiene Bacian, quien argumenta que no fue lo único que logró desconcertarlo.

“Lo que ocurrió adentro fue chocante, pues enfrentarse a este tipo de posiciones donde están los que se han rebelado y los que quieren mantener la estructura política existente, gritando y cantando el himno nacional como queriendo borrar o anular lo que sucedía a metros de distancia, es algo que me chocó ahí y en la entrada”.

-¿Afuera? ¿Y eso por?

“Es que cuando veníamos desde el Palacio Pereira nos encontramos con un grupo de personas de extrema derecha o ultra nacionalistas que nos restregaban las banderas chilenas. Sobre todo, cuando avanzábamos junto a algunos hermanos que venían tocando charangos y otros instrumentos en lo que era una especie de trote. Ahí también empezaron a cantar con fuerza el himno de Chile”.

-¿A ustedes? ¿Los supuestos afuerinos?

“Claro, con eso querían decirnos que ellos eran los verdaderos chilenos y que nosotros no debíamos ser parte del proceso. Una visión compartida, incluso, por quienes también están llamados a redactar la ley fundamental que organizará la vida en sociedad. Complicado”.

-Aun así, el sentimiento está más ligado a la esperanza. ¿No?

“Resulta complejo desde la mirada que podamos observar, pero creo que hoy en día existe una mayoría de convencionales que están a favor de generar los cambios que se requieren, terminando con la constitución forjada en dictadura, para pasar a consolidar una constitución que va a nacer en democracia”.

-Hay sintonía entonces.

“Creo que sí, que es posible. Ahora hay que comenzar a articularse con los otros sectores, con la lista del pueblo, la vocería de los pueblos y otros movimientos que se están armando como Norte Constituyente, con quienes se están buscando objetivos comunes para lograr la descentralización en todo ámbito. La descentralización del poder político y la descentralización económica, pues esperamos que los territorios y las regiones tengan las facultades o los mecanismos para decidir lo que se debe hacer en términos de inversión pública”.

-Mirar de mar a Cordillera.

“Claro, la idea es que todas las comunas puedan acceder en igualdad de condiciones a esos montos que sirven para satisfacer necesidades básicas e impactar positivamente en los habitantes que radican y viven en los territorios, porque si hoy en día queremos repoblar las comunidades, las políticas públicas también tienen que apuntar a combatir el aislamiento y mejorar la calidad de vida de los habitantes que están en esos territorios”.

AUTONOMÍA Y GOBERNANZA

Wilfredo llegó a jurar como constituyente en compañía de Thelma Ramos Mamani, la dupla con la que asumió el compromiso de presentarse a los sufragios y con la que busca representar a todos los quechuas. Sin distinción.

“Juntos abordamos el trabajo, porque más allá de que yo sea el constituyente sentado en la convención, somos las caras visibles de un esfuerzo mancomunado que nos permite unir el sentir de más hermanos, a quienes les hemos estado traspasando las emociones y las posiciones que me ha tocado tener en estas primeras semanas, las que apuntan a ir generando los vínculos que permitan la articulación más participativa de todo el Pueblo Nación Quechua”.

-Empezaron con los que ya no están.

“Bueno, sí. En esa ceremonia en la que pedimos permiso a la Pachamama junto a la Alcaldesa de Santiago, Irací Hasller, quisimos simbolizar aspectos de la ocupación territorial, pues la capital está edificada sobre una ciudad inca, por lo que nos pareció simbólico reivindicar los derechos de los pueblos originarios y compartir en la Plaza de Armas con aquellos antepasados que estuvieron en el territorio y hoy en día son un soporte importante en lo espiritual y emocional dentro de los que nos toca desarrollar”.

-¿Una tarea que comienza con?

“Lo primero ha sido buscar la complementariedad, la reciprocidad, el equilibrio y la armonía que debe existir entre el tema económico versus las demandas y reivindicaciones socio culturales de los distintos pueblos. Y en lo particular, como quechuas, venimos con objetivos claros”.

-¿Plurinacionalidad?

“Los pueblos originarios somos un punto ineludible en la convención constitucional y, por lo tanto, los puntos principales a tratar desde las comisiones al borrador final, radican en cómo aplicaremos el principio de plurinacionalidad, partiendo por el reglamento, de tal forma que nos asegure que también tendrá una recepción adecuada en el texto final de la nueva Constitución”.

-¿Y van bien encaminado?

“Hasta ahora ha habido un trato respetuoso y esperamos que más allá de las formas, exista un respeto por los derechos. El sistema internacional ha avanzado, el consenso de las naciones del mundo ha madurado, por lo que esperamos que esto no sea una guerra de aportillamientos. Hay gente experimentada en política, pero los nuevos también pueden verse tentados a concentrar poder”.

-¿El tono siempre será el mismo?

“Desde luego, pero si vemos algún obstáculo a los derechos indígenas tengan por seguro que lo vamos a denunciar. Aquí cabe apostar a que los pueblos originarios no nos vamos a quedar callados esperando a que nos regalen derechos. Es una obligación del Estado hacerlos viables. Y no valen las barricadas reglamentarias que pueda proponer la élite ni tampoco debieran ser fecundos los avivamientos de la academia, los que por no haber gobernado puedan reclamar más facultades que las razonables. Esta no puede ser la dictadura de la élite ni de la academia”.

-¿Y el piso mínimo será?

“Como te decía, venimos con la esperanza de poder construir este nuevo Chile como un Estado Plurinacional, pero hacerlo de manera real y no como slogan, donde por fin los pueblos originarios no solo van a ser reconocidos, sino que también, se les permita establecer los mecanismos que contribuyan y apunten a lograr el derecho a la libre determinación, a consolidar los procesos de autonomía y gobernanza de sus territorios y a concretar las fórmulas para decidir sobre sus propias prioridades de desarrollo”.

SINTONÍA PAÍS

Si bien las luchas que sostendrán los pueblos originarios tienen que ver, en parte, con derechos humanos y recursos naturales, exigiendo que el agua no sea vista como un bien de uso público como está establecido en el Código de Aguas, sino que aspirando a que sea un derecho humano donde todas y todos puedan tener libre acceso, Bacian advierte que también velarán para que los cambios que se generen vayan en línea con lo que la sociedad chilena aspira.

“Nosotros no solo vamos a abocarnos al trabajo que tenemos como escaños reservados incidiendo en los temas que nos interesan como constituyentes indígenas, por lo que obviamente no estaremos ajenos a la discusión y apoyaremos las demandas sociales de este nuevo Chile. Y en esa lógica, cabe revisar el tema de cómo vemos y modificaremos lo relacionado con las viviendas, la salud y la educación, los que se han mercantilizado a niveles groseros”.

 

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