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Daniel Ramírez G., economista Lo más importante que está ocurriendo en nuestro país es sin duda alguna, el proceso constituyente que el pueblo ganó... Señor Gobernador

Daniel Ramírez G., economista

Lo más importante que está ocurriendo en nuestro país es sin duda alguna, el proceso constituyente que el pueblo ganó en la calle y logró establecerlo como una singularidad política, lo que le permitió por primera vez en su historia el ejercicio pleno de la soberanía popular. Ningún ciudadano de esta nación, que con posterioridad a este evento quiera tener derechos reclamables que le permitan la construcción de su futuro, puede esquivar el deber que a partir de ahora tiene de participar, cooperar y ayudar en lo que sea posible, al éxito del trabajo constituyente.

La constitución ilegítima que nos rige dice en el primer inciso de su artículo 5: “La soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas …” Pero como siempre ha sucedido, allí nos estaban dando un derecho que después no hay forma de ejercer. El plebiscito no existía en la constitución a menos que lo llamara el presidente bajo condiciones muy especiales, por lo tanto, el pueblo solo ejercería su soberanía cuando el presidente lo considerara necesario. Sucedió lo que tenía que suceder, todo el mundo sabe que cuando le cierran los caminos políticos el pueblo sale a la calle y así lo hizo y obligó al presidente a llamar a plebiscito y generar un proceso constituyente que elaborara una NUEVA constitución. Son muchas las trabas y trampas que la elite en el poder ha ensayado y sigue practicando al interior de la convención constituyente con el objeto de que esta fracase. La opción de vivir en una sociedad más democrática donde sus deseos no sean ley, la tiene aterrorizada y trata de trasmitir ese terror al resto de la sociedad.

En este contexto hemos elegido gobernadores regionales en una mega elección, que, entre otras cosas, tenía el oculto propósito de dificultar la claridad de la elección de convencionales constituyentes, la más importante que ha tenido Chile en su historia. El gobernador regional que inventaron en Santiago para las regiones es un pálido reflejo de lo que las regiones necesitan para su gobierno.

El cargo de gobernador está pensado para que sea un funcionario regional el que gestione y financie con fondos regionales, los proyectos que presentará el gobierno central. Todo el aparato técnico de elaboración, evaluación y supervisión de la ejecución de proyectos seguirá obedeciendo la voz del amo.

Y aquí es donde entra Ud. señor gobernador que por cierto no tiene culpa alguna de las características del cargo diseñado en Santiago.

Las regiones vienen exigiendo desde hace mucho tiempo una autonomía y poder político para tomar las decisiones adecuadas para la construcción del futuro regional, cosa que el gobierno central por desconocimiento no puede o no sabe hacer y en muchas ocasiones no le interesa hacer. La creación del cargo de gobernador, en las condiciones que se ha hecho, es una muestra más del desinterés, la liviandad y hasta el desprecio del poder central por quienes, desde regiones, reclaman poder ejercer sus derechos ciudadanos y democráticos.

Lo más importante de la elección de los gobernadores es que se le ha dado identidad política y liderazgo institucional, a un deseo y necesidad de autonomía profundamente sentida en las regiones. Pero ahora queremos que el gobernador que hemos elegido sea realmente un representante de la región ante el gobierno central y abandonemos definitivamente la figura del intendente regional, que era y seguirá siendo, un vigilante del gobierno central en la región.

Es indudable que para tener la capacidad política, social e institucional, necesaria para alcanzar las transformaciones que necesitamos las regiones, nunca estaremos en mejor posición que hoy, aunque será solo por corto tiempo y por ello es que debemos actuar con rapidez, si realmente queremos la regionalización.

Se está elaborando una nueva constitución para Chile y esa constitución contendrá en su texto los principios básico que determinarán el grado de autonomía a que las regiones podrán aspirar en el futuro.

Las regiones queremos tener más autonomía o independencia del poder central para algunas decisiones políticas, administrativas, culturales, medioambientales y económicas que afecten más directamente a la región.

Entre los planteamientos que se han hecho repetidamente cuando se habla de estructurar el desarrollo de nuestra región están:

  • El IVA es el producto del consumo de casi un quinto del total de los ingresos de las personas de la región. Un 50 % debería quedar en la región.
  • Otro impuesto regional como el de los combustibles debe aportar un 50 % a la región.
  • Las patentes mineras de la región también deberían incrementarán los fondos regionales.
  • Las empresas públicas radicadas en la región deben pasar a ser parte del patrimonio del Gobierno Regional.
  • En Ministerio de Vivienda y Urbanismo y Bienes Nacionales no deberían poder tomar ninguna decisión sobre proyectos o programas, que no hayan sido previamente aprobados por una dirección de urbanismo del gobierno regional.
  • Los planes y proyectos que forman parte de una infraestructura nacional serán íntegramente financiados por el gobierno central.
  • Debería existir en la región una comisión de estudios medioambientales que tendrá la última palabra sobre la viabilidad de proyectos de inversión en la región. Su decisión debería ser inapelable.
  • Las regiones deben ser consultadas al tomar decisiones de política internacional que impliquen las relaciones con países vecinos a la región y las regiones deben tener cierta autonomía en la articulación de estas relaciones.
  • Los programas educacionales deberán poderse adecuar a la realidad regional.

En definitiva, aspiramos a más regionalización y no a una descentralización que mantenga la presencia aplastante del Estado central. La democracia empieza en la base y la base de una sociedad es la comuna.

Estas son peticiones que ningún gobierno nuestro actual o pasado otorgaría a las regiones, pero en la convención constituyente existe el más amplio convencimiento de que un desarrollo de la democracia como el que necesitamos y queremos hacer, es imposible sin una transformación de la situación que viven las regiones.

Entonces señor Gobernador, su tarea principal no puede ser otra que liderar a quienes han sido la principal ayuda institucional que el pueblo tuvo en este difícil camino que ha tenido el proceso constitucional, los Alcaldes, y junto a ellos organizar una constituyente regional, invitando a participar a las universidades, los colegios profesionales, sindicatos, gremios empresariales de todo tamaño, para poder generar así la cantidad de información necesaria para justificar ante la convención constituyente, lo que nuestra región cree que debe albergar la nueva constitución para consolidar una democracia política y un desarrollo económico y social pleno y además, el papel que las regiones tendremos en ello.

La convención constituyente espera que las regiones participen del proceso constitucional y es tarea de todos y todas hacerlo.

Señor Gobernador, tiene Ud. la opción de no ser recordado solo como el primer Gobernador de la región, sino como el Gobernador que comenzó la construcción de la nueva región de Tarapacá, logrando liberarla del centralismo que la mantenía incapacitada para decidir su futuro.

Una respuesta a “Señor Gobernador”

  1. Paula Ramírez dice:

    El proceso constituyente trae una gran esperanza para muchos ciudadanos en Chile y en el extranjero, de una evolución político-social en un sentiso positivo, donde las injusticias y diferencias sociales deben reducirse, donde los potenciales del pueblo, de la comuna y del individuo deben desarrollarse, o mejor dicho se debe fomentar el desarrollo de sus potenciales. Es así como este proceso constituyente conlleva la responsabilidad política civil de cada ciudadano en contribuir para hacer de Chile un Chile mejor, un Chile que sea para la majoría de los Chilenos, no para la minoría actual. No es posible que un gobierno central a más de 2000 kilómetros de distancia decida sobre temas y projectos regionales. Muchas veces los que deciden ni siquiera conocen la región. Obviamente un gobierno central decide lo que es mejor para la capital, el corazón de chile, no para el beneficio de la región y eso se ha visto desde hace mucho tiempo, NO FUNCIONA. Yo espero que con la nueva constitución sea posible cambiar esto, descentralizar el gobierno y fortalecer el desarrollo regional, que va a ser diferente e interesante en cada región, dependiendo de los distintos potenciales de cada región. Más libertad e independencia regional serán una gran motivación ciudadana para crecer y fortalecer su región. Hay que terminar con el mito de que » solo en la región metropolitana está lo bueno». Las regiones no han tenido la oportunidad de mostrar sus potenciales todavía. A los poderosos del centro les cuesta soltar el poder. Pero la esperanza de un cambio de dirección está más viva que nunca..