El abandono de la Salud Pública

Alejandra Ceballos Rojas, candidata Convención Constitucional, Distrio 2

Este sábado 30 de enero fue un día trágico para la salud pública de nuestro país. Uno de los hospitales más importantes de Chile se incendió en pleno funcionamiento, teniendo que evacuar a más de 300 pacientes, entre ellos pacientes críticos. Otros dos hospitales inundados por las lluvias. Esto sumado a la crisis que ha generado la pandemia, lo convierte en un escenario desolador, donde nuevamente son los trabajadores de salud que sostienen la emergencia en base a su vocación de servicio, asistiendo fuera de los horarios de turno para colaborar con la evacuación junto al trabajo voluntario de bomberos.

De esta manera, vemos cómo nuestro sistema de salud pública ha estado en constante deterioro y abandono por parte del Estado; sus dependencias, sus coberturas y por sobre todo las malas condiciones laborales que vive el personal de salud. Esto responde a que los pilares estructurales de la actual constitución actúan en coherencia con los intereses del mercado y no garantizando la protección de la salud de las personas.

No existe vulnerabilidad más grande que estar enfermo y estar en Chile, ya que ni siquiera hay garantía de acceso a ésta. Las listas de espera, el colapso de los servicios de urgencias, la mala calidad de vida de las personas ha sido una situación que ha sido normalizada mucho antes de la crisis que ha generado el COVID 19. En regiones la situación agoniza y un escenario similar al vivido ayer en la región metropolitana sería catastrófico si se viviera en la nuestra, considerando que existe un solo hospital de alta complejidad.

Es así que cada vez queda más queda de manifiesto que la salud de las personas no es prioridad en nuestro país, y no lo será mientras impere el modelo neoliberal que prevalece los intereses del mercado por sobre nuestras vidas.

Hoy tenemos una oportunidad histórica de discutir y perfilar el rol del estado en materia de salud en la convención constitucional, donde los énfasis debe ser puestos en que la salud sea un derecho humano fundamental garantizado por el mismo junto con el fortalecimiento de la sistema público. De esta manera se podrá terminar con las desigualdades que se agudizan más aún en periodos de crisis y por sobre todo dejar de recurrir a la caridad al momento de enfermarnos.