Sergio González Miranda, Premio Nacional de Historia 2014 (*)
No es extraño en México que algunos de sus mandatarios sean identificados con una sigla, José López Portillo era conocido como JOLOPO, ahora Andrés Manuel López Obrador es AMLO. Sin embargo, ahora parece que ese sello irá más lejos, ya se está hablando de los AMLOSALARIOS, pues se estableció que ningún funcionario público podrá ganar más que el presidente de la República quien, a su vez, ha disminuido su dieta presidencial. No sería extraño que surgieran otras AMLOMEDIDAS para ir disminuyendo el gasto público, la corrupción y la famosa mordida. También podría desaparecer el famoso dedazo si López Obrador decide no repostularse ni designar un sucesor.
AMLO también ha decidido transparentar sus medidas de cara a la opinión pública a través de conferencias de prensa y televisión por la mañana temprano todos los días, costumbre que ya tenía cuando era la primera autoridad de ciudad de México. En una de ellas anunció el plan en contra del “huachicoleo” o robo hormiga de combustible, lo que por cierto debió ser aplaudido por todos, pero no fue precisamente lo que aconteció. Curiosamente esa medida llevó al desabastecimiento en algunos estados, uno de ellos fue Jalisco.
Estando en Guadalajara me explicaban del efecto negativo de esta medida, más aún si consideramos que esa mega-ciudad ya alcanza los siete millones de habitantes. Entonces AMLO en una reciente conferencia de prensa matutina anunció un apoyo estatal a PEMEX (Petróleos Mexicanos), la mayor empresa del país y una de más grandes de América Latina, pero desfinanciada. AMLO negoció con los bancos JP Morgan, HSBC y Mizuho Securities un crédito por 8 mil millones de dólares. Quizás de esa forma la medida para impedir el robo hormiga con bidones en los servicentros no genere en el futuro un caos vial.
Al preguntarle a mis colegas en las universidades de Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México (las tres ciudades más grandes) sobre AMLO, prácticamente todos me manifestaron un optimismo moderado, porque los partidos tradicionales como el PRI (Partido Revolucionario Institucional) y PAN (Partido de Acción Nacional) ya no daban confianza. Entonces vieron que el Partido de Regeneración Nacional (MORENA) liderado por AMLO merecía una oportunidad.
A poco andar, sin embargo, el optimismo fue cada vez más moderado, especialmente porque si bien AMLO el 1 de diciembre pasado asumió la presidencia, todavía en mayo no estaban definidos algunos cargos y medidas necesarias para la buena marcha de la ciencia y la tecnología en México. La directora de CONACYT (similar a nuestro CONICYT) María Elena Álvarez-Buylla, en cambio, es altamente optimista con la nueva política en ciencia y tecnología de AMLO. Al parecer los atrasos del financiamiento (de por si escaso) en ciencia y tecnología es una constante en América Latina.
Al hacerle la misma pregunta a los taxistas mexicanos quienes, como en todas partes, son el mejor termómetro para registrar la percepción de la ciudadanía sobre un gobierno y su mandatario, la respuesta fue más enfática, subiendo los hombros casi todos dijeron lo mismo: ¡Todos son iguales! ¡Aquí el que no se mueve no sale en la foto!
Yo pensé lo mismo.
(*) Sergio González fue invitado para dictar una conferencia magistral, en el Congreso Internacional de patrimonio Industrial, realizado en México, por la Universidad de Guadalajara.
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