Investigador UTA explica el motivo de las abundantes lluvias estivales que afectan al norte de Chile y anuncia que se prolongarán hasta este sábado 9 de febrero
Crónicas 6 febrero, 2019 Edición Cero
Una desafortunada congruencia de diversos factores climatológicos -como el exceso de calor latente en la atmósfera, la elevada intensidad de la radiación solar en sectores situados por encima de los 3000 m sobre el nivel del mar y el fenómeno del Niño- sería lo que está generando la abundancia de lluvias en diversos pueblos del Norte Grande. Así lo aseguró el Dr. Oliver Meseguer Ruiz, investigador y académico del Departamento de Ciencias Históricas y Geográficas de la Universidad de Tarapacá (UTA).
Si bien en verano es común que se produzcan lluvias en los sectores precordilleranos, cordilleranos y altiplánicos del norte de Chile –fenómeno que, por ejemplo, da lugar anualmente a la llamada ‘bajada del río’ en la ciudad de Arica, originada por la llegada de masas de aire húmedo a las cotas altas– “los acontecimientos que se están dando estos días y que se van a prolongar, al menos, hasta el 9 del presente mes, hacen que nos preguntemos por qué llueve tanto (…) Sumado esto a que en este momento nos encontramos en una fase de Niño moderado, que siempre se asocia con veranos anormalmente secos, la duda sobre la situación se intensifica”, señala el experto en variabilidad climática.
La explicación radica en la coincidencia de diversos factores climatológicos asociados al exceso de calor en atmósfera y en el mar, que aportan más humedad de lo habitual al ambiente. “En esta época se configura en la tropósfera media y alta, por encima de los 5500 metros de altitud, lo que se conoce comúnmente como la Alta de Bolivia, un cuerpo de acción anticiclónico que suele atraer humedad de la cuenca del Amazonas y gatilla las lluvias que presenciamos cada año”, recuerda Meseguer.
“Este fenómeno es habitual con fase de ENSO (El Niño Southern Oscillation) tipo Niña. Sin embargo, ahora estamos en una fase de Niño moderado, asociado a temperaturas del Pacífico ecuatorial e intertropical más cálidas que la media. Así, el hecho de que en este momento el mar esté ligeramente más caliente, hace que también esté aportando más humedad a la atmósfera, además de la que ya está viniendo desde la cuenca amazónica, haciendo que los montos de precipitación acumulada sean muy elevados desde finales de enero, así como que el número de días consecutivos con lluvia sea más elevado de lo habitual”, explicó el académico de la UTA.
“Este hecho, que está causando que baje agua por quebradas que llevaban varias décadas secas, no debe ser atribuido rotundamente al cambio climático. Hay que esperar a comprobar si, en el futuro, estos hechos se vuelven habituales o, al menos, más frecuentes, para poder confirmarlo. Pese a esto, todo apunta a que así será, pues nos dirigimos a habitar un planeta más cálido, y, por lo tanto, con mayor vapor de agua en la atmósfera que desencadenarán eventos como el que se está viviendo estos días y que, tristemente, ya se han cobrado demasiados daños personales y materiales”, concluyó el geógrafo, quien a fines de enero publicó una investigación sobre el posible incremento de precipitaciones en el norte del país.