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Este 07 de octubre se conmemoraron los 58 años cuando 4 jóvenes estudiantes del Liceo de Hombres de Iquique, vieron truncadas sus vidas, en... A 58 años de la tragedia que enlutó al Iquique de antaño, cuando 4 jóvenes liceanos encontraron la muerte

Este 07 de octubre se conmemoraron los 58 años cuando 4 jóvenes estudiantes del Liceo de Hombres de Iquique, vieron truncadas sus vidas, en un trágico accidente ocurrido en las inmediaciones de la boya de La Esmeralda.  Todos  eran deportistas destacados y honorables ciudadanos, hijos de familias típicas del Iquique de los años 50. La ciudad apenas superaba los 40 mil habitantes, por lo que la tragedia impactó a toda la comunidad, que lloró la  precoz partida de los “nobles hijos de Tarapacá”, como dice el himno liceano.

Según testimonios, los jóvenes, José Tejada, Martino Lioi, Humberto Astudillo, Iván Cortez y Luis Pozo, -que logró sobrevivir-, se presentaron el 7 de octubre al muelle Prat –desde donde se iniciará el homenaje de mañana martes-  para practicar la boga en yola. Sin embargo, cuentan familiares que uno de los liceanos se paró y dañó el piso de la débil embarcación que finalmente zozobró y generándose la tragedia.

Cada  liceano luchó por su vida. Iván Cortez, nadó a tierra en busca de ayuda, pero pereció en el intento, siendo encontrado en la orilla de la Playa, sector de Punta Negra.  Recuerdan familiares que en la mañana temprano, cuando llegaron al lugar, vieron el brazo de Cortez, que llevaba el reloj de su compañero y amigo Humberto Astudillo.

Sin embargo Humberto jamás apareció. Su mamita, Regina Valdés, se enfermó después del triste suceso, muriendo algunos años más tarde; y su padre, Manuel –ya fallecido- un esforzado trabajador de ferrocarriles, nunca volvió a ser el mismo. Relatan testigos que al terminar el turno en su trabajo, día tras día iba al sector de Punto Negra y llamaba y silbaba a su hijo Humberto.

La historia señala que el joven José Tejada hizo grandes esfuerzos por subir a la boya de la Esmeralda, sin lograr su cometido porque ésta eras plana y estaba llena de musgos. Sus compañeros lo vieron morir sin poder hacer nada y, avizorando su propio y  triste final.  Ya caía la noche en Iquique y el mar se tornaba oscuro.

Humberto y Martino Lioi seguían luchando por sus vidas en la oscuridad, tratando de surcar el intenso oleaje, pero totalmente desorientados. Hay que recordar que el sector de Punta Negra no tenía el acceso que hoy tiene y que la ciudad no se veía desde alta mar, ya que era muy pequeña.

Finalmente, ambos liceanos murieron. Familiares de Humberto recuerdan que los últimos pensamiento del joven fueron para su estricta y trabajadora madre, la sra. Regina. “¡Qué va a decir mi mamita cuando no regrese a casa”!, decía. De un total de 8 hermanos, era el menor de los hijos, con 16 años al momento de la tragedia. Hoy le sobreviven sus dos hermanas Elsa Astudillo y María Mercedes Valdés.

Por Anyelina Rojas Valdés

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