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Señaló el juez Baltazar Garzón que tras la detención del general en Londres, comenzaron a abrirse las avenidas de la justicia, pero, finalmente, faltó... Hasta el mismo momento de su muerte, Pinochet no tuvo la valentía de reconocer los hechos perpetrados contra su pueblo

pinochet-garzonSeñaló el juez Baltazar Garzón que tras la detención del general en Londres, comenzaron a abrirse las avenidas de la justicia, pero, finalmente, faltó tiempo. Se hizo todo lo posible, pero no alcanzó.

En declaraciones a La Tercera, el ex juez Baltazar Garzón dijo que se hizo «todo lo posible» por tratar de que Pinochet se sometiera por primera vez a un tribunal de justicia. Cree que la percepción del mundo respecto del fallecido general cambió definitivamente, pero que hubo «dudas, mentiras y miedo» que impidieron llevar adelante el juicio. «Se optó por asegurar políticamente la situación», recuerda Garzón.

El ex juez español Baltasar Garzón -quien en 1998 dictó la orden de detención en contra de Pinochet que lo mantuvo en Londres por 503 días- hizo un balance positivo de la causa que lo vinculó para siempre con Chile y afirma que «se hizo lo que se pudo. Y aunque hubo muchos obstáculos, el resultado fue satisfactorio (…), mereció la pena, porque la condena y la reparación a las víctimas se ha producido».

El ex magistrado, hoy inhabilitado por el Tribunal Supremo español, acusado de prevaricación en el caso Gürtel (una decisión que hoy está en estudio en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU), Garzón respondió un cuestionario del matutino nacional, a 10 años de la muerte del general (R) chileno.

-¿Qué cree que faltó para que Augusto Pinochet fuese sometido a un juicio con verdaderas expectativas de condena?

-La impunidad es la peor lacra de la humanidad. En el caso de Augusto Pinochet, la situación de terror generada por el Golpe de Estado de 1973 y, a partir del mismo, el control de los tres poderes del Estado generó, hasta su salida, una inercia que le protegía como a todos los dictadores.

«La fuerza del pueblo a quien él había menospreciado le echó fuera del poder, aunque mantuvo prerrogativas de impunidad.

«Tras su detención en Londres, comenzaron a abrirse las avenidas de la justicia, pero, finalmente, faltó tiempo».

«La lentitud de la justicia y la falta de voluntad de quienes tuvieron en su mano acabar antes con esa situación no lo permitieron.

«Aun así, creo firmemente que las víctimas fueron reparadas. Y, en la historia de Chile, al día de hoy, estos son los verdaderos referentes de la dignidad. El dictador quedará como el victimario que, hasta el mismo momento de su muerte, no tuvo la valentía de reconocer los hechos perpetrados contra su pueblo».

Fuente: Cambio 21

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