Edición Cero

Daniel Ramírez G. / Ingeniero Comercial –  Economista. Los coroneles y los civiles fascistas que vivieron y procrearon al amparo de la dictadura de Pinochet,... Los Vitacura´s boy al ataque

Daniel Ramírez comDaniel Ramírez G. / Ingeniero Comercial –  Economista.

Los coroneles y los civiles fascistas que vivieron y procrearon al amparo de la dictadura de Pinochet, han dado un paso al lado en la dirección de las dos caras de la derecha chilena, dejando el paso a esos personajes que conocimos en las canciones de Víctor Jara, a esos pijecitos del barrio alto, de piel extremadamente pálida, pelo lizo peinado cuidadosamente y una boca con un rictus de desprecio, que a veces deja asomar una sonrisa falsa.

Más sabe el diablo por viejo que por diablo, dicen por ahí, y la derecha es tan vieja como el hilo negro, siempre ha sido la fuerza que se opone a los cambios y que lucha por conservar sus privilegios. Ahora huele que hay un perfume de cambios en la sociedad, algo que les recuerda a los odiados días de los sesenta – setenta, en que les cayó encima una reforma agraria y un gobierno revolucionario. Creían que eran tiempos idos, pero, el porrazo que les dieron en la última elección presidencial, los despertó dolorosamente  y los bajó de ese sueño de dominación en que los había dejado el peor general que ha parido el Ejército de Chile. Se habían acostumbrado a ser mayoría sin serlo y ahora, que aparecían como la minoría siempre han sido, estaban tan desconcertados que hasta peleaban entre ellos.

Pero si hay algo que caracteriza a nuestra derecha, es que siempre encuentran una salida que los mantiene con vida, aunque esto sea a costa del martirio de nuestro pueblo, su propio pueblo. Aún no hemos llegado a ese límite, aunque ya estamos escuchando, como en los años 70, el detonar de bombas desconocidas en las calles. Por ahora han tomado la oportunidad que un gobierno demasiado “confiado” les ha dado, invitándolos a participar en la discusión de proyectos transformacionales de educación y materia tributaria. Proyectos que ellos jamás aprobarán.

Saben que la gente pide a gritos una renovación generacional para no seguir viendo a los bacalaos de siempre interviniendo en su destino. Entonces se les ocurre soltar a sus cachorros, que ya están suficientemente entrenados en la defensa de sus privilegios de clase y en los métodos de lucha. Son los nuevos rostros de la derecha. Son los que les venderán espejitos a la clase media.

¿Quién es el aliado natural de la derecha en situaciones de crisis? Siempre lo ha sido ese sector de la informe clase media, que está próxima a la clase alta y también aquellos que creen estar cerca y los que quieren estar cerca. Son ellos y los partidos políticos que los representan, los que deben ser asediados y “despertados” para defender a la patria de aquellos que fuman opio.

Estos niñitos del barrio alto, han dejado sus casitas blancas y han bajado al llano, con la misión de hacer entender a la clase media, que se quieren hacer reformas que las perjudican directamente.

Nos dicen que la clase media pagará la educación de los más ricos  y que estos estudiarán gratis, que las Pymes tendrán que ir a los Bancos porque les están quitando el FUT, que las escuelas subvencionadas que tienen lucro son en su mayoría gratuitas, que los padres no podrán elegir en que escuela poner a sus  hijos, mentiras y mentiras.

Y ahora, con un pase mágico, aparece una encuesta CEP, organización dirigida por un ex Ministro de Educación de Piñera, que respalda todas sus mentiras con cifras. Ellos  que siempre dijeron que las encuestas no servían para gobernar, ahora inventan una que seguramente usarán como bandera para impedir gobernar.

La verdad es que, esta encuesta que parece haber sido hecha en Vitacura, lo único que nos vuelve a mostrar, para que no lo olvidemos, es la falta de escrúpulos y el exceso de poder, de una clase que fue capaz de lanzar al ejército contra su propio pueblo desarmado, con tal de mantener sus privilegios.

Ellos son los voceros del imperio. Son los que introdujeron la idea de que todo debe ser un negocio para que sea eficiente y beneficioso para nuestra sociedad. Y no solo introdujeron la idea, sino que se apropiaron del Estado y de gran parte del patrimonio de todos los chilenos, transformando la cultura solidaria de nuestro pueblo en la cultura del lucro, que es propia de ellos. Ahora la salud es un negocio, la educación es un negocio, la previsión es un negocio, la vivienda es un negocio, el agua es un negocio.

Por eso es importante este despertar nacional que busca cambios estructurales en nuestra forma de vida. Pero cuidado. La derecha se está recuperando y está a la caza de la clase media, la cual ya los acompañó en su aventura del 73.

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