74 M2: las viviendas de Aravena
Sin categoría 30 septiembre, 2013 Edición Cero 0

Guillermo Ward /Psicólogo, Magíster en RRHH y Dramaturgo
“Setenta y cuatro metros cuadrados” es un documental que resume el proceso de siete años, vividos por pobladores -en su mayoría de la etnia mapuche- de una toma en Valparaíso. Quienes fueron incorporados a un novedoso proyecto de entregarles viviendas definitivas insertándolos en un sector de clase media con viviendas progresivas, donde ellos mismos de acuerdo a sus posibilidades experimentaran el cambio de estrato social, lo irán manejando hasta transformarse en “clase media”. ¿Interesante verdad?.
¿Será posible modificar nuestra clase social?, ¿Será posible culturalmente modificar nuestros comportamientos a través de la vivienda?. Alejandro Aravena (1967) arquitecto de la Universidad Católica de Chile pareciera que así lo cree. Sus obras incluyen edificios educacionales, institucionales, museos, edificios corporativos y públicos, vivienda multifamiliar y casas privadas, ha ganado premios a nivel mundial. Una maravilla.
Los iquiqueños conocemos esta experiencia arquitectónica iniciada con la Quinta Monroy de la calle Salvador Allende. Por supuesto un proyecto destacado en muchas revistas de arquitectura. Solo que ahora la pobreza esta encajonada en tres pisos, el hacinamiento se percibe desde el exterior. Entonces uno se cuestiona, ¿Cuál fue su idea, si sigue “viéndose” la Quinta Monroy como un sector pobre, a medio construir con materiales diversos?. Para los iquiqueños que nos hemos percatado que esas construcciones corresponden a un destacado arquitecto, rápidamente pensamos que el diseño teórico sólo ha servido para la foto, cuando sigue siendo un sector poblacional tipo “mediaguas”.
Este registro audiovisual de la erradicación social dirigido por Tiziana Panizza y Paola Castillo tiene como protagonista a dos esforzadas mujeres Iselsa y Cathy quienes decidieron ser parte de un proyecto diseñado por líderes de la arquitectura social, que les entregará su casa propia y las integrará a un barrio de clase media. Además de ser un registro del proceso se pueden inferir varias lecturas, una crítica al sistema por las demoras y tramitaciones, poner en evidencia una falacia arquitectónica, develar nuestras conductas sociales sobre cuán discriminadores y clasistas somos los chilenos con nuestros propios pares, la difícil convivencia, las relaciones interpersonales, “los cagüines”.
Personalmente pienso que encerrarnos en un mundo de 74 metros cuadrados no esconde la otra pobreza, la del ser humano, tampoco creo que taparemos el sol con cajones y escaleras del premiado Aravena mejorando nuestro estándar de vida. Sugiero que antes de ver 74 M2 en la muestra mensual de MIRADOC, en la Sala Estibadores de calle San Martin de Iquique, démonos una vuelta por la Quinta Monroy para co-construir “la crítica social” de las realizadoras del documental que no queda claro en lo absoluto.
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