Carlos Villagra: Amor y Vida
Opinión y Comentarios 14 junio, 2013 Edición Cero
Guillermo Jorquera Morales, Ex Director del TIUN-TENOR
*Un conejo (Conejín), un duende (Rabiluz), un Jefe de los jefes (Mandamás), un huaso de la montaña (Nicolás), un dueño de fundo heredado por amor (El Ñico), un carabinero rural (Cornelio Torrealba), un matarife (David), un gásfiter (Onofre) , un proxeneta (Johnny), un Tartufo (Tartufo), un cliente de casa de remolienda (Guayo), un guerrero Inca (Tupac Puma), un Lautaro (Lautaro), un cartero de Neruda (Mario Jiménez), un pibe pillo nieto de la Nona (Chicho), un delincuente amarrado de por vida a su cuchillo, (Vinicio Zanetti).
Esos personajes y muchos otros, todos ellos con características distintas, interpretó Carlos, sobre las tablas de todos los escenarios por los que el TIUN-TENOR tuvo que deambular.
Esos personajes fueron los que construyó sobre las tablas, pero en los entreactos y descansos recuperaba su ser, hacía llevadero el cansancio, con chistes espontáneos, agudas ironías y palmaditas en el traste, que decía que era para la buena suerte.
En los ensayos puntual, rápido para captar las características de los personajes y el super objetivo de la obra, esa rapidez motivaba al grupo, que con esfuerzos debían seguirle el ritmo. En los descansos para relajarnos conversábamos de todo, especialmente de la vida, pero también de la muerte, Carlos una vez propuso imaginarnos cómo serían nuestros respectivos funerales, el dijo que en su funeral todas las integrantes del grupo debieran ir muy elegantes, vestidas de negro, con zapatos de taco alto y con sombreros, es por eso que ustedes ven hoy a sus compañeras de escenario, vestidas tal como alguna vez él lo propuso.
En su casa, buen hijo, buen hermano y amigo de todos. En su trabajo, reconocido por sus pacientes, como el mejor.
Le conocí como estudiante de Kinesiología en la Universidad del Norte, sede Iquique, y luego, ya profesional, ingresó a la Asociación Chilena de Seguridad, donde trabajó por más de 20 años, institución a la que llegué varias veces a lubricar mis articulaciones o a fortalecer mis músculos.
Cuando empezó a lidiar con su penosa enfermedad, dejó de hacer teatro poquito a poco, luego se trasladó a Antofagasta, porque allí tenía especialistas para su mal, a la mano.
La última vez que lo vi actuar, fue en noviembre del 2011, cuando la ATI (Agrupación de Teatristas de Iquique) ofrendó un “Tributo a un hombre de Teatro”; me sorprendió como conductor del evento y me emocionó con su voz potente e intacta, en el prólogo de “Lautaro”.
Hoy lo despedimos con pena, con lágrimas, pero también con alegrías, porque Carlos era alegre, contador de cuentos, bueno para cantar boleros, tangos, rancheras y hasta poesías. Estaba lleno de vida, vida que desde hoy nos deja como herencia.
Ojalá, que adonde llegue se encuentre con el Litto Zúñiga, con Sonia Pavés, con la Pely Alvarez, con el Tommy Rojas y con todos los de este grupo que ya están allá, para que recreen obras como “El Abanderado”, “La Remolienda”, “La Viuda de Apablaza”, “Las del otro lado del río”, “Las pildoritas mágicas de la bisabuela”, “Ardiente Paciencia”, “La Nona”, “El Rucio de los cuchillos”…… Y ojalá que todos juntos puedan bailar una ronda celestial los 20 de abril, fecha de nuestro aniversario.
En el año 2004, cuando el TENOR intentó reiniciar una nueva etapa teatral, él quiso estar, era una obra que se llamó “Mujeres de Verdad y de Esperanzas”, él interpretó diversos roles, para estructurar los personajes de estas mujeres.
En esa ocasión, el Director pidió al elenco que escribieran algo significativo por el inicio de esta nueva etapa, palabras que se expresarían en el Programa de la Obra, el se resistió, “él era actor y no escritor”, sin embargo lo hizo, hoy quiero compartir sus emociones y sentimientos que quedaron impresos para la historia del TIUN-TENOR, nuestro teatro:
“Amor y Vida”
“Siempre en el Teatro me he dedicado solo a actuar, un par de veces clavé un clavo o hice luces, pero mi labor de técnico no llega a más de eso “clavar un clavo”, pero de ahí a escribir, ¡¡Nunca!! Por eso cuando me dijeron “tienes que escribir algo para el programa” me vino realmente el pánico escénico.
Me es difícil escribir o decir sobre el teatro, es como escribir o decir sobre el amor, sobre la vida. Para mí el teatro ha sido eso “Amor y Vida”, en él me ha pasado todo lo que me tenía que pasar; alegrías, penas, triunfos, decepciones, encantamiento, dolores, aciertos, crecimientos, frustraciones, muertes y rencores. Siento que mucho de esto ha quedado no resuelto, suspendido. Hoy es el Teatro, que de repente se aleja, pero que no olvida, quien me da una nueva oportunidad, quizás única……. La oportunidad de resolver estas culpas, estas dudas, estos dolores y resentimientos durante un tiempo escondidos. Le agradezco por ello y me regocijo.
Gracias también a Guillermo, a las Patricias, al Ward, a Ricardo, a mi familia, al recuerdo del Litto, a mis amigos, y a los que a veces olvido, que con su amor, comprensión, entusiasmo y silencios me están ayudando con verdad y esperanza a cerrar este círculo azul en mi vida.” (Carlos Villagra, año 2004)
¡Amigo nuestro, descansa en paz!
*Texto leído por el autor, durante el sepelio de Carlos Villagra.