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Cambio 21 / Por Luis Venegas.- Una pregunta recurrente que se hacen las autoridades y ciudadanos es ¿qué hacemos con los encapuchados o infiltrados... Un problema sin solución. Encapuchados e infiltrados en las marchas son identificados por el ojo público pero a las pocas horas quedan libres

infiltradosCambio 21 / Por Luis Venegas.- Una pregunta recurrente que se hacen las autoridades y ciudadanos es ¿qué hacemos con los encapuchados o infiltrados en las marchas estudiantiles? Roberto Garretón, el abogado especializado en DD.HH y Alberto Cienfuegos, General y Director de Carabineros entre 2001 y 2005 dan algunas respuestas a este problema político y sociocultural.

Las marchas estudiantiles, no es novedad, tienen siempre el mismo final. De un minuto a otro comienzan a agruparse de a tres, de a cuatro, hasta llegar a treinta y comenzar a realizar desmanes recurrentes: derribar semáforos, basureros o casetas de seguridad incendiadas, destrozos de señales de tránsito y locales comerciales.

¿Quiénes son los protagonistas? La mayoría de las veces Jóvenes menores de edad que se cubren el rostro con lo que sea, generalmente con un pañuelo, polerón o camiseta- para hacer estos desmanes y atacar a Carabineros que están, supuestamente, para resguardar el orden público.

En lo que va del año, la cifra de detenidos por daños y destrozos tras las dos marchas que se han convocado han sido 900 personas. Pero aún así, la participación de encapuchados no disminuye y su actuar cansó a quienes buscan hacer un acto pacífico.

Incluso, últimamente son los mismos vecinos y estudiantes los que han arriesgado su integridad física para encarar a los encapuchados o infiltrados, no sólo con palabras, sino con palos.

Pero, ¿qué sucede con los jóvenes que son detenidos por Fuerzas Especiales y que en un par de horas están libres y sin sanción? ¿Qué error está cometiendo Carabineros que no son capaces de detenerlos?

 Dos visiones sobre el tema

Roberto Garretón, emblemático abogado en el área de derechos humanos, comentó a Cambio 21 sobre el tema: «Salen libres porque el delito que se les imputa es débil o no les pueden comprobar nada y, por lo tanto, es razonable que si va a ser juzgado, sea con la persona en libertad». Agregando que: «La idea de los Derechos Humanos es que la detención preventiva es la última razón. Cuando se trata de hechos graves y de difícil investigación se puede meter a la persona en detención preventiva».

Asimismo, hizo una crítica directa a la manera de tratar el tema por parte del actual Gobierno.

«Para los fascistas toda persona que tiene una mala conducta, debe ir presa. Eso es inaceptable. Piñera y su gente quieren ver a todos presos, igual que en dictadura». Además, Garretón no acepta que la policía actúe clandestinamente: «Ha habido infiltrados de la policía con vehículos sin patente o que actúan con violencia excesiva y represiva contra las personas», denunció.

Algunos policías incluso registran con cámara a aquellos que comienzan con la violencia, también han usado el «zorrillo» lanzando gas con pimienta, el «guanaco» con agua podrida y, ahora último han comenzado a disparar balines de goma a la multitud que arranca a toda prisa para esconderse de los ataques. La minoría se queda y les devuelve una contraofensiva con camotes de piedra tratándo de apuntarle a la policía.

Su opinión con respecto a Carabineros es negativa. Ya que todo conduce a conductas heredadas por la dictadura. «Tenemos una policía muy mal formada. Son formados por César Mendoza, Eduardo Gordon, Rodolfo Stange y ex agentes de la dictadura. Hacen prácticas e instrucciones ilícitas», dijo a Cambio 21.

 Y concluye enfático: «Tenemos que terminar con la forma militarizada que tienen los Carabineros de resguardar el orden público. No debería haber ningún grado de generales y debería estar a cargo de una persona civil, representante del Gobierno».

Sin ir muy lejos, las fuerzas policiales sólo tienen la facultad de hacer que la marcha se divida y se dispersen todas las personas que los atacan con piedras, palos o bombas molotov. Incluso, para la última marcha, el 8 de mayo, hubo un total de 126 detenidos: sólo seis recibieron querellas por parte de la Intendencia.

Pero para el ex director de Carabineros, general (R) Alberto Cienfuegos, «los encapuchados son personas que están contra un sistema y una autoridad representada en las fuerzas policiales».

Pero, ¿entonces, cuáles podrían ser las soluciones por parte de Carabineros?

«Una manera de solucionar esta problemática actual es abordarlo a través de un departamento de inteligencia y tener una estrategia profesional para reforzar la búsqueda e investigación y registrar a los involucrados», analizó Cienfuegos. Otra manera según él de frenar esta violencia es «copar los lugares previos con operativos de inteligencia en las calles para evitar que hayan desmanes en locales comerciales y proteger la integridad física de las personas».

Por último, da una tercera alternativa: «Tener medios de prueba reales y claros, sino seguirán quedando en libertad condicional», expresó aCambio 21.

Por eso, muchos Carabineros están grabando a las personas en directo para tener pruebas contundentes. Aunque se ha demostrado que esta medida no ha servido del todo, ya que ni incluso les han dado una sentencia definitiva a los involucrados en desmanes públicos. Y por otro lado, están los mismos estudiantes que graban a través de sus celulares la represión y violencia con la que sigue actuando Carabineros. ¿Llegarán a alguna solución real y pacífica? Por el momento, pareciera que no.

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