Juan Pablo Ortuño, Consejero Regional de Tarapacá
Último año de este gobierno nacional y, por supuesto, también del regional. La Intendenta se esmera en transmitir que ha sido un gobierno regional históricamente bueno, pero, los porfiados hechos contrastan con el discurso. En todo caso, para intentar ser justo, está lejos de ser una administración rotativa que fue lo que vivimos en la anterior administración, con cuatro intendentes en un periodo presidencial.
Entonces, ¿Qué faltó?…Lo más importante: Gobernar. Si algún sello podemos reconocerle a la actual administración, ha sido su esfuerzo por administrar ordenadamente, e intentando, además, hacerlo con eficiencia. Tal promesa algunas veces se logró, las más quedaron en el intento, desconocían el funcionamiento de la administración pública y se notó.
Pero, fundamentalmente, esta administración regional se ha caracterizado por un profundo y decidido apego al libreto diseñado desde el nivel central. En una frase, la Intendenta es y será la representante del Presidente Piñera en la región, sin ningún contrapeso ni reciprocidad con esta. Su lealtad hacia él es infinita, así que no esperemos miradas objetivas respecto de su gestión o la de su gobierno respecto de nuestra región. De muestra algunos botones.
Estancados quedaron proyectos emblemáticos, como por ejemplo, un parque industrial para PYMES en Alto Hospicio. Porfiadamente, y sin ningún criterio estratégico, este gobierno implementó la política del “mejor oferente” para la venta de terrenos de Bienes Nacionales, fomentando así, la especulación y sin mirada ni compromiso de futuro con el desarrollo regional. Cuando se habla tanto del desarrollo minero, cabe preguntarse en qué lugar o espacio las PYMES se podrán desarrollar. Faltó liderazgo regional, los industriales de Iquique no han logrado vencer la tozudez gubernamental…y ya no queda tiempo para enmendar rumbos.
ZOFRI, más allá de todos los insertos que Zofrisa paga en los medios para justificar su existencia, es archisabido que es una empresa monopólica que abusa de su posición al amparo de una legislación que le favorece, en desmedro de los otros actores relevantes del sistema: los usuarios. Y estos, en tanto, que esperaban que “su” gobierno los acogiera, viven en el espanto, porque no sólo no han sido acogidos, sino que enfrentan hoy posiciones de mayor dureza.
Es evidente la falta de liderazgo y voluntad política para “regionalizar” Zofri y que vuelva a tener el objetivo de su creación: ser una potente palanca de desarrollo regional.
Lo más reciente, la intendenta propone al CORE para su aprobación el Plan Regulador Intercomunal (PRI), un instrumento de planificación territorial que “ordena constructivamente” una extensa zona que va desde Bajo Molle al sur. Dicho Plan incide directamente en el crecimiento de nuestra ciudad de aquí a 15 años más, pero, sorpresa, la propuesta de la autoridad regional limita drásticamente la construcción en altura restringiendo la densificación habitacional. La propuesta es una muy mala noticia no sólo para los empresarios de la construcción, sino también para la población de clase media y baja, por cuanto a través del PRI sólo se permitiría edificar casas de dos pisos de elevado valor.
Suma y sigue: pendientes quedan, entre otras iniciativas, una plataforma vial para los próximos 20 años que de sustentabilidad a la futura gestión portuaria y a toda la ciudad, matriz energética consensuada con principales demandantes, gestión estratégica de recursos hídricos, desarrollo del capital humano regional que permita afrontar todo lo antes mencionado, etc.
Creo en las buenas intenciones de las actuales autoridades, pero no basta sólo con estas. Confío que las que vengan, ejerzan liderazgos regionales integradores que nos permitan avanzar en temas cruciales para nuestro pleno desarrollo como región.