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Un templo lleno de fieles, todo el clero de la Diócesis de Iquique presente, motivaron a monseñor Pablo Lizama, administrador apostólico de la Diócesis... Una catedral llena de fieles emocionó a monseñor Lizama y al clero de Iquique

Un templo lleno de fieles, todo el clero de la Diócesis de Iquique presente, motivaron a monseñor Pablo Lizama, administrador apostólico de la Diócesis de Iquique y Arzobispo de Antofagasta a agradecer a los presentes expresando “Su presencia es una gran alegría y consuelo para nosotros… es los único de puede devolvernos la fe y la esperanza. Tenemos necesidad de llorar y orar y queremos hacerlo con ustedes…”

Ese fue el ambiente que se vivió anoche en la Catedral de Iquique, donde la presencia del obispo Marco Ordenes estuvo latente, ya que junto con ser una misa para reafirmar la fe, también se pidió por él, junto con agradecer la asistencia, una demostración del cariño que los fieles le tienen “al Padre Marco…”

En la oportunidad, monseñor Lizama pidió por los que creen que han perdido su fe en la Iglesia y manifestó “la historia de la Iglesia nunca ha sido un navegar sereno y tranquilo. Siempre ha habido dificultades, en el tiempo de los apóstoles también las hubo…El Señor conoce nuestras derrotas y nuestras victorias”.

El Perdón, el pedir perdón y el otorgar perdón fue el eje central de la homilía del monseñor Lizama, que los fieles la siguieron con mucha emoción.

Al concluir la misa, todo el clero, con monseñor Pablo Lizama a la cabeza, salió por la nave central del templo y las puertas de éste, despidieron y agradecieron a los fieles, la presencia de ellos en momentos tan difíciles para la Iglesia de Iquique.

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