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Una merma en el aporte fiscal directo, instancias académicas sólo con carácter consultivo y despidos arbitrarios de docentes y funcionarios, son los principales temas... FAUECH pide parar despidos en universidades regionales y sumar fuerzas con Rectorías

Una merma en el aporte fiscal directo, instancias académicas sólo con carácter consultivo y despidos arbitrarios de docentes y funcionarios, son los principales temas que puso en el tapete de la discusión, el Capítulo Norte de la Federación de Asociaciones de Funcionarios Académicos de las Universidades del Estado de Chile (FAUECH), que sesionó en Iquique, como una forma de respaldar su filial en la UNAP.

A su vez llaman a los rectores para que suspendan los procesos de despidos y desvinculaciones de docentes y funcionarios “e integrarnos activamente a los procesos de reestructuración en curso y futuros”; además de “iniciar una campaña conjunta para exigir del Estado que reasuma su responsabilidad para con la educación superior pública y, como consecuencia, conseguir una salida digna y satisfactoria a la crisis”.

En la declaración pública, sostienen que las universidades  estatales “cumplen un rol educativo y social permanente, no restringido a la formación de profesionales y a la generación de nuevos conocimientos, sino también a ser la conciencia crítica de la sociedad. Esta labor no puede ser delegada al mercado y quedar, así, a merced de los intereses privados”.

En Chile, las universidades regionales aparecen a inicios de la década de 1980,  y  se han regido por estatutos “impuestos por el gobierno militar y conservan su sello autoritario”.

Dichos estatutos otorgan a sus autoridades superiores “atribuciones muy amplias, de las cuales pueden hacer un uso discrecional. Las instancias académicas, en cambio, tienen un carácter meramente consultivo”.

Merma de Aporte Fiscal

Añade la declaración que paralelamente, “han sufrido una merma considerable del aporte fiscal directo, que, en algunos casos, no alcanza siquiera a un diez por ciento de su presupuesto. Los aportes indirectos no compensan, en modo alguno, esta carencia, cuya distribución, además, es notoriamente desigual para con las universidades regionales”.

Desde 1990, sostienen que “la clase política, en general han sido co-responsables de esta situación, al no haber emprendido las transformaciones necesarias para que el Estado reasumiera su papel histórico para con la educación pública. Más aun, han propiciado la mercantilización de la educación en todos sus niveles, llevándola a una crisis reconocida hoy por prácticamente toda la sociedad chilena, como lo ha puesto en evidencia el movimiento estudiantil”.

Y peor aún, rechazan que ante los problemas de gestión de las universidades “han optado por dejar su diagnóstico  a consultoras externas, cuyas propuestas están orientadas por criterios de mercado”, excluyendo de este proceso al estamento académico.

Señalan que no se niegan a  la necesidad “de llevar a cabo profundas reformas que mejoren integralmente la calidad de la educación”  pero que dichos procesos de reestructuración, “deben contar con la más amplia participación de nuestros profesores y ser, además, transparentes para toda la comunidad universitaria”.

Sin embargo, acusan que en la práctica los cambios implementados, “se han llevado a cabo sin dicha participación y la de nuestras Asociaciones, acompañándose, además, de la salida arbitraria – sea mediante término de contratos o despidos – de académicos y funcionarios, dejando de  lados los mecanismos de evaluación existentes y establecidos incluso por los estatutos vigentes”.

Concluyen haciendo un llamado “urgente a los Rectores a suspender estas medidas, que no significan una solución a los graves problemas que las afectan; dar mínimas garantías de estabilidad laboral a nuestros profesores e integrarnos activamente a los procesos de reestructuración en curso y futuros y, por último, a iniciar una campaña conjunta para exigir del Estado que reasuma su responsabilidad para con la educación superior pública y, como consecuencia, conseguir una salida digna y satisfactoria a la crisis”.

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