Líderes latinoamericanos condenan la destitución del presidente Lugo en Paraguay
Actualidad 23 junio, 2012 Edición Cero
INTERNACIONAL / ElPais.com / La destitución del presidente de Paraguay ha provocado numerosas reacciones en contra en Latinoamérica. La primera, la de los ministros de Exteriores de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que se habían desplazado a Asunción para conocer la situación política del país. Al poco de conocerse la salida del poder de Fernando Lugo, el secretario general, Alí Rodríguez, ha leído un comunicado en el que se oponía al proceso.
Para Unasur, la destitución podría suponer «una amenaza de ruptura al orden democrático, al no respetar el debido proceso». Por ello, los gobiernos han anunciado que «evaluarán en qué medida será posible continuar la cooperación en el marco de la integración suramericana». Unasur está compuesto por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, además de Paraguay.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha calificado la decisión del Congreso paraguayo de «ilegítima» y ha anunciado que su país «no reconocerá otro presidente de Paraguay que no sea el presidente Fernando Lugo», informa Paúl Mena Erazo. “Ya basta de estas patrañas en nuestra América, eso no es legítimo, yo creo que tampoco legal, seguramente se han roto los procedimientos”, ha agregado Correa, que llama a Unasur a “aplicar la cláusula democrática” del grupo regional.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha sugerido por su parte la expulsión de Paraguay de Unasur y del Mercado Común del Sur (Mercosur), según la agencia estatal de noticias argentina, Telam, a la que cita Europa Press.
Argentina «no va a convalidar el golpe de Estado en Paraguay», ha declarado Cristina Fernández, que asegura que su país asumirá «una postura mancomunada» con la presidenta brasileña, pero que ha agregado que no va a adelantar su posición sobre la posible expulsión de Paraguay del Mercosur hasta que no haya una posición consensuada con ese bloque regional. «Todos creíamos que este tipo de situaciones estaban superadas en la región», se ha lamentado Fernández.
Hugo Chávez considera que se ha «defenestrado de manera totalmente ilegítima» a Lugo «igual que le hicieron» en junio de 2009 al entonces presidente de Honduras, Manuel Zelaya y lo que «trataron de hacer» en Venezuela en 2001, informa EFE. El ministro de Exteriores deVenezuela, Nicolás Maduro, ha afirmado que con la destitución «se ha consumado un acto bochornoso» y ha denunciado la violación de «todo proceso de debida defensa» y «los derechos democráticos elementales» del exmandatario.
México ha destacado la necesidad de garantizar «la integridad física y las garantías de ley correspondientes» del expresidente. La Secretaría de Relaciones mexicana ha reconocido que el proceso se desarrolló de acuerdo con la Constitución, pero ha matizado que no se le otorgaron «los espacios y tiempos de su debida defensa, como lo requería la trascendencia de la decisión». El organismo ha destacado, además, el «valor y civismo» de Lugo y ha llamado a las fuerzas políticas al diálogo y a evitar actos de violencia, según EFE.
Bolivia se ha sumado al rechazo. Evo Morales, que poco antes había advertido de que el juicio contra Lugo podía ser el inicio de un golpe de Estado, ha señalado que no reconoce un Gobierno que no haya surgido de las urnas y del mandato popular, según la agencia boliviana de información, informa Mabel Azcui. «Convoco a los movimientos indígenas y sociales de toda América Latina a defender el proceso democrático», ha llamado Morales, que poco antes había acusado en Brasil al «imperialismo de tramar» una conspiración contra Lugo, quien intentaba “acabar con las logias, terratenientes y grupos de poder” en su país y favorecer “a los más humildes y excluidos”, entre ellos los pueblos indígenas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alfredo Moreno, ha lamentado lo ocurrido en Paraguay y, aunque ha recordado el «importante camino para lograr la paz» que hizo el exmandatario, ha preferido esperar a la revisión de los antecedentes del proceso.