Edición Cero

Anyelina Rojas Valdés.- Emocionado… y cansado de tanto ensayo y ultimar cada detalle, se encuentra el Iquique, Miguel Ángel Allendes Avendaño, reportero gráfico de profesión... Iquiqueño Miguel Ángel Allendes, vuelve desde Cucao para reencontrarse con sus amigos en un recital en que canta a Serrat

Anyelina Rojas Valdés.- Emocionado… y cansado de tanto ensayo y ultimar cada detalle, se encuentra el Iquique, Miguel Ángel Allendes Avendaño, reportero gráfico de profesión y “ciudadano de la vida”, como se define, quien después de más de 30 años, vuelve desde Cucao  a Iquique, para reencontrarse con sus antiguos amigos y rendir un tributo a aquellos que ya partieron. Y para eso, con su voz privilegiada, interpretará los temas de Joan Manuel Serrat.

Miguel Ángel nació en Santiago, pero como toda su familia es de Iquique -por eso, él es iquiqueño- de pequeño vivió acá, en esta ciudad, la que dejó hace a fines de los 80, para integrarse al equipo del Diario La Cuarta.

ENTRE AMIGOS

Así se denomina el recital con el cual Miguel Ángel Allendes, interpretando tema de Serrat, se reencontrará con sus amigos de antaño, con los que comparte sabrosas historias; rindiendo además, a muchos de su generación que ya partieron. “Son demasiados quizás, los que ya se han ido, pero mientras los recordemos, ellos siguen vivos”, señala.

Por eso dice que en este primer y único recital, lo que hace es, mediante los temas de Serrat, -cuyo registro calza con el propio-, revivir los recuerdos y compartirá con sus amigos.

El Concierto está programado para este sábado 8 de junio, a las 20.30 horas, en el Salón Tarapacá. Para ingresar se requiere de una invitación, que no tiene costo y, ante el alto interés por asistir, pide a sus amigos puntualidad. Y la mala noticia es que se acabaron las invitaciones, en un par de días.

Un rol fundamental han jugado en la preparación de este Concierto, el apoyo de Mario Villalba, que lo acompañará con el piano; y de Mario Cruz como productor general y productor artístico.

Además, en algún momento, sus dos hijos mayores, Pedro Pablo y Carlos Alberto, compartirán escenario con él.

REPORTERO GRÁFICO

Miguel Angel partió muy joven como reportero gráfico del Diario La Estrella, donde trabajaba el esposo de su madre, Enrique Díaz, ya fallecido. Enríquez era el mejor, registrando las tomas en el boxeo, y en el arco. Justo el knockout, justo el gol. Sin duda que de él aprendió los secretos del oficio, pese a que había cursado estudios en Argentina, pero como dice el refrán popular “otra cosa es con guitarra”, en este caso, con “otra cosa es con la cámara”. También aprendió el oficio junto a “Pizarrito”, ya fallecido, que junto a Enrique Díaz, eran los reporteros top de la ciudad.

Con una personalidad desbordante, Miguel vivió intensamente el periodismo e incursionó en la radio, junto a sus colegas Dora Chipoco y Rodolfo Valencia. Mantuvieron por mucho tiempo un informativo con noticias del día, en la que fuera la Radio Mundial. Se llamaba “24 horas”, cuando aún no existía ese programa de noticias en TVN.

Fue corresponsal del Diario La Tercera y por allí “le picó el bichito” y se fue a Santiago, al Diario La Cuarta, donde estuvo unos años… Pero la capital, la vida impersonal y el ritmo acelerado lo cansaron. Así, decide iniciar una vida distinta y girar en 360 grados. Cucao, en Chiloé, fue el lugar que escogió para vivir y donde reside hace ya más de  20 años.

Dejó el uso profesional de la cámara fotográfica y la ocupa sólo para captar los hermosos paisajes y a su familia. Porque allá, Miguel se levanta temprano y hace lo que tenga que hacer; pero lo primero es lo primero: prender el fuego y cebar el mate para iniciar la rutina no rutina,  ya sea preparando la tierra de su huerto, sembrar, cosechar o mantener el hermoso jardín.

Allá en Cucao se dedica al turismo. Tiene algunas cabañas, que pasan a full 5 meses al año, con turistas nacionales y extranjeros. Se complementa con “El Fogón”, un lugar para comer, cantar y compartir. Ah… y además, atiende a sus caballos, con los cuales hace paradisíacas excursiones.

“Vivo entre el mar y las montañas y a los pies del lago, alejado de las trampas de la intelectualidad y las trampas sociales, que te impulsan a competir y competir. Cucao es un lugar maravilloso, donde se vive relajado y en el tiempo del día a día. Puedo decir que soy feliz”, concluye Miguel Ángel, no sin antes decir que está “realmente conmovido”, porque sacar este recital “ha sido posible gracias a los buenos amigos que me han apoyado, a quienes conocí hace 30 años”.

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