
Carlos Graña Sarmiento, periodista.-
El domingo 16 de noviembre de 2025, se realizarán las elecciones presidenciales para el período 2026-2030, en conjunto con las elecciones parlamentarias. Se elegirán 155 diputados para la Cámara y se votará en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Atacama, Valparaíso, Maule, La Araucanía y Aysén, para el Senado. Se elegirán 23 senadores.
En caso que en la elección presidencial ningún candidato supere el 50% en el referendo presidencia de noviembre, se llevará a cabo una segunda vuelta presidencial el 14 de diciembre de 2025.
Las primarias presidenciales tendrán lugar el 29 de junio de 2025. Los candidatos de oposición o oficialistas tendrán tienen hasta el 31 de abril del 2025, para inscribirse. Este proceso es opcional y dependerá de la decisión del oficialismo y la oposición. Estas elecciones serán cruciales para definir el rumbo político del país en los próximos años.
Se disputará una nueva administración en La Moneda y se definirá la composición de las fuerzas políticas del Congreso Nacional. Es el momento, que se constituya un pacto político lo más amplio posible, que refleje la diversidad de la sociedad chilena.
Las fuerzas progresistas tienen que formar un solo bloque para ganar las elecciones presidenciales y parlamentarias, que se realizarán en 10 meses más. La unidad de los que tienen ideas similares es de gran importancia. Se registra un avance de la extrema derecha en América Latina y el mundo , que pueden dañar los procesos democráticos y pueden poner en peligro la paz del mundo. El triunfo de fuerzas ultra derechistas representan un retroceso de los derechos de las personas entre los que se encuentran los grupos que siempre han sido marginados.
Los gobierno democráticos que ha tenido Chile, después del término de la dictadura cívico- militar de Augusto Pinochet Ugarte, que finalizó, el 11 de marzo de 1990, han tenido un rol importante en la defensa de la democracia en el mundo y los derechos humanos. Los partidos de las fuerzas oficialistas, que postulen a la presidencia de la República de Chile tienen que reafirmar su compromiso de construir un país , una sociedad justa y equitativa.
En Chile hay una desconfianza generalizada, y muchos ciudadanos están desilusionados tanto de las autoridades como de las instituciones civiles y militares , que se han visto involucradas en hechos de corrupción . Los partidos políticos de izquierda y progresistas, deben recoger las necesidades de la gentes y proponer políticas públicas que sirvan para solucionar los problemas que hoy los aquejan, y así mejorar su calidad de vida.
Se debe forjar una unidad en torno a las demandas de las grandes mayorías de la ciudadanía, concentradas en el crecimiento económico, la reducción de la inflación y la lucha contra la crisis de seguridad. Se tiene que recuperar la tranquilidad en los barrios arrebatada por la inseguridad. Debe buscarse solución a la crisis migratoria en el norte de Chile, que es una situación humanitaria crítica que se inició en el 2017, agudizándose actualmente.
Los inmigrantes , que han atravesado las fronteras en forma irregular, son principalmente venezolanos, colombianos y bolivianos. También, se debe aumentar la protección del medio ambiente y fortalecer las instituciones democráticas. Tiene que terminarse con la acción depredadora del capitalismo y promoverse un modelo económico y social que priorice la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos sobre los intereses de las grandes corporaciones.
Es necesario, que a la brevedad ,se instale un candidato presidencial de las fuerzas de izquierda y centro izquierda. No es posible, que aún no se determine, quien será el candidato de las fuerzas progresistas, que permitan aspirar a un nuevo gobierno democrático. La más amplia unidad es necesaria, no se debe excluir a nadie.