El legado de James Carter
Opinión y Comentarios 31 diciembre, 2024 Edición Cero
Carlos Graña Sarmiento, periodista.-
Las agencias de noticias del mundo anunciaron el 29 de diciembre del 2024, la muerte del presidente James Carter, a los 100 años. En su residencia en Plains, Georgia. Carter nació el 1 de octubre de 1924, en el estado sur oriental de Georgia, Estados Unidos. Era considerado el presidente más progresista en la historia de Estados Unidos.
Durante su mandato (1977-1981), se involucró de manera personal para lograr la paz entre Egipto e Israel, devolvió la soberanía del Canal de Panamá a ese país centroamericano y acabó con ocho décadas de ocupación estadounidense, recortó el apoyo militar a las dictaduras latinoamericanas y hizo esfuerzos para normalizar la relación con Cuba.
Fue uno de los primeros políticos en reconocer el cambio climático causado por la acción humana como uno de los grandes retos para el futuro.
Ante la crisis del precio del petróleo, ofreció a sus compatriotas una salida responsable, sensata e incluso premonitoria: les advirtió acerca del calentamiento global y urgió a cambiar los patrones de consumo, comenzando por hacer de lado los automóviles innecesariamente grandes y dilapidadores de gasolina.
Ante los múltiples desafíos externos, apostó por el diálogo, la construcción de la paz y el respeto a la legalidad internacional. Pero sus conciudadanos vieron la sensatez como una señal de debilidad y eligieron como presidente a Ronald Reagan (1981-1989), quien gozó de gran popularidad por decirles a los estadounidenses que pasaría por encima de todo y de todos con tal de mantener el american way of life.
En su propio país y en el mundo suele ser más reconocido por sus actividades posteriores, en las que contribuyó a combatir con éxito enfermedades en las naciones pobres, medió en la resolución de conflictos, lideró misiones de observación electoral en las que tuvo la valentía de contradecir a Washington cuando éste descalificaba comicios sin fundamento, y promovió los derechos humanos de manera auténtica, no sólo cuando convenía a los intereses corporativos. Todo ello le valió el Premio Nobel de Paz en 2002, lo que lo convierte en uno de los únicos jefes o ex jefes de Estado que lo han recibido con merecimientos reales.
Por su parte, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, envió condolencias al pueblo y gobierno de Estados Unidos por la muerte del expresidente Jimmy Carter. Díaz-Canel resaltó «los esfuerzos de Carter por mejorar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y recordó que el pueblo cubano recordará con gratitud sus visitas a Cuba y su pronunciamiento en favor de la libertad de los Cinco agentes cubanos que estuvieron presos en EE.UU.».
La República Popular de China, recordó que durante la presidencia de Carter, Beijing y Washington emitieron en diciembre de 1978 el Comunicado Conjunto sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre la República Popular China y Estados Unidos de América. El 1 de enero de 1979, los dos países establecieron oficialmente lazos diplomáticos. Las máximas autoridades de China lamentaron también la muerte del expresidente de los Estados Unidos .
Tras su muerte se recordó también que Carter firmó los Tratados del Canal de Panamá en 1977, que restablecían la plena jurisdicción del país centroamericano sobre la Zona del Canal a partir del año 2000 y garantizaban su neutralidad.
El expresidente fallecido fue testigo de la firma de los Acuerdos de Camp David, suscritos en 1978 por el entonces presidente egipcio Anwar Sadat y el entonces primer ministro israelí Menachem Begin.
Desde que dejó la presidencia, Carter y su esposa crearon la organización no gubernamental Centro Carter. El ex mandatario fue pionero en el desarrollo de la observación internacional. Su principal motivación fue el servicio público, no la ambición personal. El presidente Joe Biden , que señaló que tendrá un funeral de Estado, y declaró el 9 de enero del 2025, día nacional de luto para honrar su memoria señaló que: «Estados Unidos y el mundo han perdido a una líder extraordinario, estadista y humanitario».
Para valorar el legado de Carter en su justa dimensión basta con ver dónde se encuentra Estados Unidos hoy y cómo se han conducido sus sucesores. Aunque su política pacifista es señalada como uno de los principales factores que lo llevaron a perder la reelección, en 2015 reafirmó que «su mayor orgullo fue no haber llevado al país a una guerra: mantuvimos nuestro país en paz. Nunca fuimos a la guerra. Nunca lanzamos una bomba. Nunca disparamos una bala».
En contraste, Reagan restauró el ego de la super potencia, herido por la derrota en Vietnam, invadiendo y arrasando naciones inermes como Granada, financiando a los más brutales regímenes latinoamericanos, acelerando hasta grados demenciales la carrera armamentística y, en general, imponiendo a sangre y fuego los intereses de las grandes corporaciones. Con pocas y parciales excepciones, los siguientes seis mandatarios han mantenido el guion guerrerista e intervencionista sin importar su adscripción demócrata o republicana.
Carter fue sensible a las in-equidades y la desigualdad como origen de otras lacras sociales, una postura que se acabó de tajo con la llegada de la presidencia de Ronald Reagan,que impuso el capitalismo en su versión más salvaje, con generosos recortes de impuestos a los ricos financiados mediante recortes profundos a las ayudas sociales y el desmantelamiento sistemático del limitado Estado de bienestar antes existente en Estados Unidos.
Pese a ser un hombre de profundas convicciones religiosas, Jimmy Carter tenía intereses intelectuales serios y sostuvo correspondencia con científicos de primera línea, lo cual contrasta con el tradicional anti intelectualismo estadounidense y con el analfabetismo funcional de sucesores suyos. Volver la mirada al legado de Carter parece una tarea urgente para esa sociedad carcomida por el odio racial, la irreflexión y la incapacidad de tomar vías sensatas al encarar sus problemas.
Durante su único mandato, Carter centró su agenda en los derechos humanos y la justicia social. Fue un incansable ex presidente desde que en 1892 fundó el Centro Carter para promover el desarrollo, la salud y la resolución de conflictos en todo el mundo. James Carter será recordado para siempre por el mundo, murió tranquilo, rodeado de su familia en su casa . Carter ,conocido por su gran sonrisa,decía que los principios cristianos como justicia y el amor eran los cimientos de su presidencia. Carter forjó la paz, impulsó los derechos civiles, los derechos humanos , y promovió elecciones libres y justas en todo el mundo.