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Alejandra Ceballos Rojas, presidenta regional Frente Amplio Tarapacá.-  Estamos en un momento clave para el futuro de nuestro país. En el Congreso se discute... El doble estándar de la derecha en el debate presupuestario

Alejandra Ceballos Rojas, presidenta regional Frente Amplio Tarapacá.- 

Estamos en un momento clave para el futuro de nuestro país. En el Congreso se discute la Ley de Presupuesto 2024, una herramienta esencial para decidir cómo se distribuyen los recursos entre las necesidades de todas y todos. Pero lo que debería ser un debate centrado en el bienestar de las personas se ha transformado, una vez más, en un escenario de bloqueo y contradicciones por parte de la derecha.

Quiero hablarles con sinceridad, porque lo que está pasando no solo afecta al gobierno, afecta a las familias, a las comunidades y a cada una de las personas que dependen de un Estado presente y eficaz. La derecha utiliza discursos grandilocuentes sobre «eficiencia fiscal» y «responsabilidad», pero cuando miramos su historial, esos mismos valores parecen olvidados.

En Tarapacá lo sabemos bien. Recordemos lo que pasó con las cajas de alimentos durante la pandemia. Ese programa, impulsado bajo el gobierno de Sebastián Piñera, terminó siendo un símbolo de la falta de transparencia y la mala gestión. Las denuncias de sobreprecios y la reciente solicitud de la fiscalía de hasta 10 años de cárcel para algunos de los involucrados muestran el nivel de irregularidades. ¿Dónde estaban entonces las críticas de la derecha sobre el mal uso de los recursos públicos? No hubo protestas ni bloqueos, solo silencio.

Hoy, en cambio, vemos a esos mismos sectores poniendo trabas a iniciativas como el Sistema Nacional de Cuidados, que busca apoyar a miles de familias que cuidan a personas dependientes. También han bloqueado recursos para sitios de memoria, dejando claro que no les interesa un país que mire al futuro con justicia ni al pasado con verdad.

Esto no es casualidad. La estrategia de la derecha es clara: debilitar al Estado para justificar su narrativa de que «nada funciona». Pero debemos preguntarnos, ¿quién se beneficia cuando el Estado se debilita? Las clínicas privadas, cuando los hospitales públicos no tienen recursos. Las universidades privadas, cuando los liceos públicos carecen de lo básico. Las AFP, cuando las pensiones solidarias no alcanzan para vivir.

Nuestro gobierno propone lo contrario: un Estado fuerte, que invierta en salud, educación, seguridad y desarrollo. No un Estado derrochador, sino uno justo, que se ocupe de las urgencias de las personas. Y eso es lo que estamos defendiendo en este debate presupuestario.

Quiero invitarles a reflexionar. No se trata de números fríos ni tecnicismos. Se trata de construir un país donde los recursos públicos sirvan para garantizar derechos y mejorar vidas, no para perpetuar privilegios. Sigamos avanzando hacia un Chile más justo, donde la dignidad sea un derecho para todas y todos.
Por una Tarapacá que defienda a su gente y un Chile que avance con fuerza y convicción.

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