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Parte del discurso de Fidel Castro en la ex sede de la Universidad de Chile de Antofagasta, el 10 de noviembre de 1971. Serie:... “Con la verdad, con la verdad, con la verdad…” una frase que nos “ noqueó” a todos los estudiantes de Antofagasta

Parte del discurso de Fidel Castro en la ex sede de la Universidad de Chile de Antofagasta, el 10 de noviembre de 1971.

Serie: Relatos, reflexiones y otros aportes para rescatar la Memoria, a 50 años del golpe de Estado en Chile

 

Adolfo Vargas Jofré, Periodista UCN, Desde La Tirana.- 

Yo era uno de los primeros egresados de la Escuela de periodismo de la Universidad del Norte y estaba en pleno trabajo de la memoria de título junto a mis compañeros Raúl Morales Gaete y Lorenzo Reyes Orellana. Nos titulamos al año siguiente, recibiendo el diploma en el mes de julio de 1972.

Formaba parte del partido MAPU, el original, el consecuente y el democrático… después hubo divisiones y finalmente deje de militar en dicha colectividad allá por el año 1985, estando viviendo en Copiapó.

Pero la historia de este artículo tiene que ver con una visita que fue decisiva para muchos de los jóvenes que concurrimos ese día 10 de noviembre, por la tarde, hasta el recinto universitario de la U. de Chile, sede Antofagasta.

Éramos miles de muchachos y muchachas expectantes, de todos los partidos y movimientos políticos que apoyaban al gobierno del Presidente Salvador Allende y también de aquellos que se situaban más allá de la izquierda tradicional… el FER, el MIR, entre otros.

Desde un edificio de dos pisos y en una de sus escaleras que tenía una especie de balcón, se aparece la figura de Fidel Castro, vistiendo su traje verde oliva pero sin gorra. Impresionante su figura: alto, blanco de barba muy negra, macizo y carismático. Nos habló por más de dos horas sin parar, ni siquiera cuando le aplaudíamos o gritábamos las consignas partidarias. Hizo mención a los cientos de banderas que enarbolamos los asistentes y recordando sus tiempos de estudiante y de los momentos más complicados de la revolución que logró derrocar a Fulgencio Batista.

Se refirió al proceso revolucionario de su país que se había iniciado el 1 de enero de 1959 y que hasta ese momento avanzaba con mucho éxito. Y también habló del gobierno de Allende y de cómo iba rompiendo los cercos capitalistas para avanzar en un socialismo democrático y justicia social para los más pobres.

Una frase suya me remeció y creo que a los miles que estuvimos por más de tres horas parados, primero esperando su llegada y luego oyendo sus palabras. Esa frase fue en un momento en que hablaba del triunfo de la revolución y que debería ser un ejemplo para todos los latinoamericanos: “Con la verdad, con la verdad, con la verdad; con la razón, con la razón con la razón; con la moral, con la moral, con la moral”.

Cada palabra de su discurso era seguido por gritos e identificación de cada partido, con aplausos. Era encantador, sabía de todo y respondía a todo. Claro, además el proceso revolucionario cubano estaba fresco y se mostraba exitoso al mundo.

El retorno a nuestras sedes partidarias fue caminando desde la sede universitaria, ubicada en Antofagasta en la zona conocida  por estar al final de todos los regimientos del ejército, en la parte costera a un costado de la ruta de salida de Antofagasta al sur. Pasando frente a los cuarteles con nuestros gritos, banderas y pancartas no hubo un insulto a ellos ni daños a la propiedad pública en toda esa ruta, que para algunos significaba llegar al centro de la ciudad. La sede del MAPU quedaba en calle Esmeralda a dos cuadras del Estadio Sokol y unas casas más más allá vivían mi abuela y mis padres. Creo que esa noche no pude dormir bien recordando la imagen de lo sucedido.

Al día siguiente Castro fue a Chuquicamata y a las salitreras María Elena y Pedro de Valdivia.

Sin embargo aún tengo en la memoria su figura carismática, locuaz y de una memoria extraordinaria. Estuvo 24 días en Chile y su segundo encuentro estudiantil fue en la Universidad de Concepción, considerada hasta ese momento la cuna del MIR. Pero esa es otra historia que ustedes la pueden leer buscando datos en Google, que todo la sabe o si no lo inventa… jajaja.

“Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”.

( Parte del último discurso del Presidente Salvador Allende Gossens)

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