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Luis S. Dávila Mendoza,   Profesor de Estado en Biología y Ciencias.- El próximo 11 de septiembre se cumplirán 50 años del fatídico golpe... Unidad Popular y Proyecto Popular de Izquierda

Luis S. Dávila Mendoza,   Profesor de Estado en Biología y Ciencias.-

El próximo 11 de septiembre se cumplirán 50 años del fatídico golpe cívico-militar en contra de un gobierno y un pueblo que supo llegar al poder dentro de los marcos constitucionales y con programa de gobierno elaborado por los mismos trabajadores, mujeres y jóvenes estudiantes de nuestro querido Chile.

El gobierno de la Unidad Popular y del presidente doctor, Salvador Allende Gossens, cuya trayectoria política lo destaca a nivel nacional e internacional como el político chileno más importante del siglo XXI. Ello se debe tanto a la importancia del proceso de transformaciones que encabezó como a la cruente forma en que fue derrocado por la alianza que formaron los grandes grupos económicos, la coalición derechista-democratacristiana y el gobierno de Estados Unidos.

Quienes resaltamos lo que fue el programa y desarrollo de un gobierno democráticamente electo, consideramos que independientemente de cualquier opinión que hoy tengamos de la Unidad Popular y de la vía institucional que lo llevó al gobierno, nadie puede negar el carácter eminentemente democrático de la gestión del presidente Salvador Allende Gossens, ya que durante su mandato se respetó irrestrictamente la libertad de prensa, hubo elecciones libres y periódicas, el Poder Judicial actuó con plena independencia, el Congreso Nacional nunca dejó de funcionar y los derechos de las personas fueron totalmente garantizadas y la Constitución Política del Estado nunca fue quebrantada.

Jamás en nuestra historia la democracia fue tan plena. También no se debe olvidar jamás que con posteridad a la muerte en combate del presidente Allende, se desencadenó la más sangriente represión junto a una serie de ataques contra su persona y militante de la izquierda Marxista, fuesen o no partidarios de su gobierno popular. Se persiguió principalmente su muerte ideológica, sin embargo, tal maniobra no pudo prosperar ya que no se descubrió hecho alguno de corrupción ni actos intencional que dañase al pueblo, aunque la dictadura militar buscó afanosamente pruebas.

Para muchos de nosotros, con convicción, debemos decir que el proceso de cambios profundos camino al Socialismo liderado por el presidente Salvador Allende Gossens, hoy puede ser analizado desde distintas ópticas pero ya forma parte de la historia y si bien un sector de Las nuevas generaciones lo observa desde la lejanía, es imposible obviar que la Unidad Popular constituyó una alternativa levantada por vastos sectores populares encabezados por las clase social más desposeída y por supuesto la clase obrera, frente a la crisis que el capitalismo arrastraba desde hacía décadas.

Fue la culminación de un proyecto iniciado en siglos pasados, especialmente en el norte chileno y que maduró cuando el pueblo trabajador decidió elaborar su propia propuesta de sociedad después de frustradas alianzas con sectores de la burguesía nacional en los que nuevamente resultó traicionada.

Al margen de cualquier posterior lectura al corto periodo de la Unidad Popular, el que además dividió en dos la historia del país, se debe asumir que numerosas medidas implementadas aún permanecen vigentes favoreciendo a los sectores populares, una de ellos fue la entrega de medio litro de leche a todas y todos los niños chilenos y por otro lado la nacionalización del cobre, entre otras significativas iniciativas.

En la actualidad, amplias capas de la población nos sentimos orgullosos en recordar los avances y logros alcanzados en el proyecto popular que encabezaba el presidente Salvador Allende Gossens, y la forma en que enfrentó sus horas finales de su vida como estadista y del proyecto “revolucionario a la chilena”.

Hoy en medio de la crisis aguda que enfrentan las orgánicas políticas chilenas, es imperiosa la necesidad de rearticular la verdadera izquierda marxista y desplegar el máximo esfuerzos por lograr la unidad de todos los sectores sociales que hoy no tienen cabida en la sociedad de los ricos. Todos estos sectores sociales del diario vivir, de los asalariados, de los que viajan de a pie, de los marginados, de los que compran en las ferias, debemos ser capaces de construir organización popular poblacional y elaborar un mínimo programa de poder que solucione los problemas cotidianos de los trabajadores, mujeres, pobladores, jóvenes y estudiantes.

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