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Hugo Gutiérrez Gálvez,  abogado de derechos humanos criticó las expresiones del delegado del Gobierno para la conmemoración de los 50 años del golpe de... Hugo Gutiérrez por declaraciones de Patricio Fernández: «Debiera dar un paso al costado. Condescendencia frente a un golpe de Estado es negacionismo»

Hugo Gutiérrez Gálvez,  abogado de derechos humanos criticó las expresiones del delegado del Gobierno para la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, Patricio Fernández, quien además, ha sido criticado por organismos de DDHH, que piden su salida del cargo, por relativizar el golpe. El ex parlamentario y ex constituyente, también rechazó las afirmaciones del diputado Gonzalo Winter y cuestionó el actuar de Revolución Democrática, RD.

Sobre la crisis de RD  en el contexto de la Fundación Democracia Viva, señala Gutiérrez que «es un episodio lamentable y vergonzoso que pone en riesgo una vez más la confianza de la gente en la política como herramienta de cambio social «.

Además, rechaza las declaraciones del diputado Winter, sobre esta materia. «Es a mi entender negar a priori la posibilidad de una nueva ética política en la administración del Estado, es una lógica derrotista y condescendiente con las desviaciones en el servicio público», remarca Hugo Gutiérrez.

Sin duda, la construcción del relato por los 50 años del golpe, ha generado una ardua polémica, no sólo entre las organizaciones de derechos humanos;  también, conflictuando al gobierno, ya que hay miradas distintas entre los partidos oficialista, principalmente el PS y el PC.

Puedes leer acá el detalle e la carta que pide que se revoque a Patricio Fernández de su cargo, y firmada por más de 160 organismos de DDHH y otros.  Carta-revocacion-cargo-Patricio-Fernandez

ABOGADO DE DDHH Y ANTICORRUPCIÓN

Hugo Gutiérrez es reconocido por ser el primero de los abogados en Chile en presentar una querella en contra de Augusto Pinochet. Además, representó diferentes casos por violaciones a los derechos humanos en dictadura y luego situaciones de corrupción como Corpesca y Asipes que terminaron con el desafuero de los parlamentarios UDI Jaime Orpis y Marta Isasi.

Como penalista se dedicó a perseguir esos delitos, los que incluyeron condenas de varios uniformados que durante años vivieron protegidos por un manto de impunidad que se expresaba en lentos procesos y la aplicación de medidas como la prescripción de parte de las penas por hechos graves donde se aplicaron torturas, ejecuciones y la desaparición de opositores al régimen militar que encabezó Augusto Pinochet.

Sobre el tema, nos comparten la siguiente entrevista:

– ¿Qué reacción le merece las expresiones del delegado del Gobierno para la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, Patricio Fernández?

-Creo que Fernández debiera dar un paso al costado. Condenables son las violaciones a los derechos humanos, crímenes de lesa humanidad y también la conspiración que antecedió aquello. Cualquier tipo de condescendencia frente a un golpe de Estado es sin duda negacionismo y es inaceptable.

– ¿Por qué debería renunciar al cargo?

Siempre será repudiable el que no se condene expresamente un golpe militar. A todas luces siempre será este un crimen político y punto, más cuando hay pruebas y reconocimiento internacional por parte de Estados Unidos que financió y boicoteó el programa, la democracia popular y el Gobierno de Salvador Allende. Allende y la Unidad Popular -y hay que decirlo con mucha claridad- no fracasaron por sí mismos. Aquí hubo millonarios recursos dispuestos, digitados desde Washington con la complicidad de la derecha y el empresariado local para socavar un programa socialista legitimado en las urnas, único hito en el mundo de estas características.

– Respecto a la contingencia política, ¿cómo evalúa lo que está ocurriendo con el caso de Revolución Democrática y la fundación Democracia Viva que han provocado una crisis en el oficialismo?

Es realmente un episodio lamentable y vergonzoso que pone en riesgo una vez más la confianza de la gente en la política como herramienta de cambio social y deja a los sectores progresistas, de izquierda, de la democracia misma en una situación de precariedad arrojándola a mi entender a los brazos de las posturas de ultraderecha y postfascistas.

– ¿Qué camino habría que adoptar para devolver la confianza a la ciudadanía?

Acá, creo yo, debería investigarse a fondo este tipo de convenios. Y no sólo los de este Gobierno sino hacer una revisión de los gobiernos anteriores porque pareciera ser un mecanismo instalado desde siempre y fomentado por la agotada y estrecha visión de un Estado subsidiario del que ya estamos muy cansados. Me gustaría que la misma atención e iniciativa se viera vinculada no solo a los casos de Revolución Democrática, sino también a Vitacura y otros casos en que está involucrada la derecha golpista chilena.

– Ahora, el diputado de Convergencia Social sostuvo que no se puede esperar que los partidos políticos sean un 100 por ciento probos. ¿Comparte esa mirada?

Sorprendentes y decepcionantes las palabras de Winter. Es como afirmar que toda fuerza política en el Estado es por normalización una fuerza potencialmente corrupta, lo que es una errada y desproporcionada exculpación argumentativa. Es a mi entender negar a priori la posibilidad de una nueva ética política en la administración del Estado, es una lógica derrotista y condescendiente con las desviaciones en el servicio público. Yo confío y no pierdo esta confianza en las personas y en la ética de organizaciones políticas que puedan hacer del Estado un instrumento al servicio de la gente.

(Puedes leer en https://www.24horas.cl/actualidad/politica/diputado-winter-ningun-partido-pretender-estado-probo)

– ¿Y qué es lo que pide la gente?

¿Qué es lo que pide la gente? Un Estado a su servicio y de proyectos colectivos cuyo fin es el bien común. No me adhiero a esa desesperanza de Winter. Por el contrario, estimo que la prevención ética y la probidad son una medida de la legitimidad democrática. No hay proyecto de cambio y de igualdad social posible sin este componente ético y transformador.

– Usted participó como convencional en el primer proceso constituyente de estos últimos dos años. ¿Cómo evalúa esta segunda patita luego del triunfo del Rechazo en el plebiscito de septiembre de 2022? ¿Se hace cargo de las demandas que llevaron al estallido social?

Estamos frente a un simulacro de democracia, a una burda comedia. Este es un proceso de reforma constitucional pactado entre la elite política, principalmente el Senado y el empresariado. Aquí no hay factor constituyente por ninguna parte. Las causas que llevaron al estallido social no están siendo abordadas y la participación de la gente no sólo es estrecha, sino mezquina. No espero mucho de este proceso.

– ¿Cómo va a seguir el proceso entonces?

Esto no quiere decir que las ansias y motivaciones que se tuvieron para tener un proceso constituyente no continúen. Creo que la desaceleración del momento constituyente no es lo mismo al fin de la época constituyente. Eso no se determina por decreto o por declaración de un presidente en ejercicio, eso lo determina el pueblo chileno y su historia. Por eso, así tal cual yo rechazaría el anteproyecto de constitución hecha por la Comisión Experta. Si Kast lo aprueba, si Boric lo aprueba, bueno, es cosa de ellos. Yo creo que este proyecto no merece la aprobación de nuestro pueblo.

– ¿Qué alternativa a este debate es la que está alentando?

Por mi parte, puedo decir con fuerza y convicción, seguimos con fuerza, con convicción moral y política y compromiso ético bregando por una nueva constitución política hecha por una Asamblea Constituyente.

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