¡Avísale Dennis!
Opinión y Comentarios 19 mayo, 2023 Edición Cero
Omar Williams López.-
El barrio El Morro llegó a nuestras vidas de forma sutil o tal vez nosotros sin darnos cuenta nos hicimos parte de él. La casa de los abuelos paternos estaba situada en la calle Aníbal Pinto esquina Grumete Bolados, como la conocemos hoy.
La construcción de un liceo de niñas para Iquique se tradujo en la expropiación de todas esas viviendas y los abuelos migraron como cuartelero, no sé si este oficio perdura hasta nuestros días, a la bomba Germania N°2, ubicada en esos años en Pedro Lagos, esquina Tarapacá.
Si bien la puerta de las casas donde vivieron los abuelos siempre apuntó hacia donde despierta el sol, nuestras miradas siempre miraron al horizonte, al mar como un amigo respetable y generoso.
Es en este barrio donde transcurre nuestra niñez, donde los horizontes de nuestras miradas se van ampliando poco a poco, es en estas calles donde el “flaco” Dennis va forjando su espíritu, él se sumergió en las infinitas redes sociales de El Morro, capturando para sí la alegría de vivir, de disfrutar de los amigos, de levantar al caído, de ayudar al perseguido, de levantar copas por la vida.
El mar siempre lo sedujo y recorrió los siete mares como marino mercante, invadiéndose de otros aromas, de otras pieles, de otros sabores.
Recuerdo que en una ocasión se armo una batahola entre los alumnos del liceo de hombres y los del Don Bosco. Había fallecido un alumno de nuestro colegio por una supuesta negligencia médica y nosotros llamamos a un paro de todos los estudiantes de Iquique. Llamado acogido por todos los establecimientos fiscales de esos años. Uno de los que marchaba al frente de los liceanos era Dennis René Lillo Williams. Pero en la historia de nuestra ciudad los curas retrógrados siempre han estado y en esta ocasión se interpuso entre nosotros y los que solidarizaban con nuestra causa, las puertas del colegio no se abrirían.
Se inicia un forcejeo entre los que quieren entrar y entre quienes queremos salir y la puerta no se movía, sin saber como se abre un fragmento de la puerta y recibí una patada hecha con ganas, no sé el nombre del agresor, pero si se que mi primo le dio un solo tatequieto, así era el flaco, seco para los combos.
Tal vez algunas personas no lo conocieron, pero si escucharon su voz en diversas radios de Iquique y de la región, nuestro desierto fue testigo de ello.
Ya no lo veremos más físicamente, pero su espíritu seguirá paseándose por las calles de su querido barrio “El Morro”.
¡Avísale Dennis!