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Luis S. Dávila Mendoza, Profesor de Estado en Biología y Ciencias.- Abordar el absentismo escolar en Chile es una tarea compleja actualmente. En primer... Absentismo (*) escolar, ¿solo aquellos estudiantes que no asisten a la escuela?

Luis S. Dávila Mendoza, Profesor de Estado en Biología y Ciencias.-

Abordar el absentismo escolar en Chile es una tarea compleja actualmente. En primer lugar, debido a que en nuestro país dicho fenómeno no ha sido considerado un objeto de estudio relevante, lo que se evidencia tanto es las escasas referencias sobre este tema en la literatura científica; como también en la inexistencia de un indicador que dé cuenta de dicha realidad en los establecimientos educacionales del país. No contamos, tampoco, con fórmulas oficiales para calcular, por ejemplo, lo que sería la tasa de absentismo; aunque si la hay para medir asistencia media, retiro o deserción escolar.

En segundo lugar, no existe consenso en la literatura internacional respecto a lo que es, precisamente, el absentismo escolar, llegando a transformarse, como algunos estudiosos internacionales lo llaman, “concepto-saco”, es decir, una categoría que da cuenta de un fenómeno   originado en causas, factores, hechos, y experiencias diversas. El reto es, por lo tanto, hacerse cargo de un fenómeno que, tanto para los índices oficiales del gobierno como para la investigación educativa en Chile, se encuentra invisibilizado.

Queda claro que no existe acuerdo respecto a si por absentismo escolar se debe entender únicamente la inasistencia a clases por parte del alumno o si también deben incluirse y considerarse aquellos casos en los que existe una presencia “física” del estudiante, aunque no una implicación de este en los procesos de enseñanza y aprendizaje, sobre todo, aquellos que transcurren al interior del aula.

Lo anterior no deja de ser paradojal, toda vez que constatamos a través de la literatura que se trata de un fenómeno relevante, pues constituye el proceso que antecede la deserción y abandono escolar, según varios investigadores sobre el tema. Sobre esto último, en el caso de nuestro país, de acuerdo con datos estadísticos entregados por el Ministerio de Educación, hace casi una década atrás, el abandono escolar correspondía a un 9.5% entre los jóvenes de 15 a 19 y un 16% entre 20 a 24 años; con una mayor concentración de jóvenes desertores en los quintiles más pobres de la población.

Hoy entre los años 2021 y 2022 existen un número de 50.529 estudiantes que desertaron del sistema escolar chileno, lo que representa un 1,7% de la matrícula total del país, cifra que representa un 24% más respecto a la deserción que se dio en el año escolar 2019 previo a la pandemia. Hay que puntualizar que en la Educación media existe el mayor índice de abandono escolar, específicamente en primero medio, cabe preguntarse y reflexionar profundamente, ¿qué factores anteceden y acompañan el proceso mismo de “desenganche” de los adolescentes con la escuela?

Quienes somo profesionales de la educación del sistema municipal y trabajamos con estudiantes pertenecientes, en la mayoría de los casos, a los quintiles más pobres, no solo observamos y vivimos en lo cotidiano el fenómeno del absentismo escolar, sino también entendemos que en él subyacen, de modo latente y dinámico, una multiplicidad de factores sociales, culturales, familiares, económicos y otros, como experiencias de vida y relaciones intersubjetivas que viven los niños y los jóvenes. Las problemáticas de la escuela, significan para nosotros los/as docentes, la visibilidad de rostros concretos, con nombres y apellidos, sus familias, sus vivencias e historias personales; pues conocemos, nos relacionamos y convivimos a diario con ellos/as.

La experiencia como docente en varias escuelas y Liceos municipales y la conversa cotidiana con los colegas más cercanos y con opinión crítica reflexiva, nos hace ver la necesidad de buscar comprender este fenómeno. Y es que si bien, las y los profesores estamos dispuestos a enfrentar numerosos desafíos, el no contar con la presencia de los propios educandos es algo que escapa a toda planificación. Podemos ser muy buenos profesionales, trabajar de manera colaborativa y en equipos, implementar diversas estrategias de enseñanza, etc., pero si no contamos con los actores claves del proceso educativo, la educación misma pierde su sentido. ¿Por qué la ausencia de jóvenes en los salones de clases? He ahí una interrogante clave.

En concreto, cabe hacerse varias preguntas al respecto y que a través del dialogo reflexivo y la investigación, se podrían conocer algunas de las causas. ¿Cómo y porqué se inician los procesos absentistas?, ¿cómo y que factores familiares, socioculturales y escolares inciden en el desarrollo de los procesos absentistas?,¿qué sentidos atribuyen los estudiantes a la escuela y al proceso educativo? y ¿cuánta responsabilidad les cabe hoy a las instituciones educativas al respecto?

Noguer agregó que: “Estamos muy expectantes de esta actividad, pues estamos coordinando la participación de niños y niñas para fomentar y acercarles la lectura, y a su vez dando espacios para que emprendedores  puedan mostrar sus productos; todo ello en coordinación con las directivas de las comunidades indígenas del territorio».

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*Absentismo se refiere a la «Costumbre o práctica habitual de no acudir al lugar donde se ejerce una obligación, en especial al trabajo o a la escuela.

 

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