El balotaje de la disyuntiva.
Opinión y Comentarios 10 diciembre, 2021 Edición Cero
Pedro Oróstica Codoceo
Este análisis surge del resultado de la primera vuelta en las Elecciones Presidenciales 2021. Mucho se habla y escribe acerca de la polarización que se observa en el actual ámbito político del país. De ahí que para esta segunda vuelta, los candidatos se encuentran reformulando propuestas, planteamientos y programas, procurando no desconocer la intrínseca disconformidad que evidencian los chilenos. Es dable entonces esta reingeniería, puesto que lo planteado inicialmente, no entregó con firmeza soluciones transversales de fondo.
Esto quizá lo ilustra la contradicción que se observa en el país, cuando ubicamos en una misma línea de tiempo, el estallido social de octubre del 2019 que llevó a una Convención Constitucional ‘izquierdizante’ y por otro, el triunfo de la ‘derecha’ luego de los guarismos de J.A. Kast en la primera vuelta. ¿Qué está expresando la ciudadanía que concurrió a las urnas? ¿Qué polo tiene la mejor capacidad de interpretar esto? Por otra parte, debe considerar que, ni siquiera la mitad del padrón electoral calificados para ello, asistió a cumplir con su deber cívico el 21 de noviembre del presente.
Probablemente, esto se explica en lo expresado por la historiadora Josefina Aros, en una extensa entrevista a un medio nacional, donde señala la existencia de “una ciudadanía que siente que tiene que votar entre dos exigencias muy sentidas, que son las de cambio a nivel de reformas sociales por demandas pendientes muy urgentes y – por otra – seguridad, en el sentido más tradicional del término, a propósito de migración ilegal, narcotráfico, delincuencia, lumpen urbano, barras bravas y las cuestiones del día a día, que han impactado mucho la vida cotidiana de las personas.”
Por tanto, cautela con lo que se habla. Por ejemplo, aquello de ‘meterle inestabilidad al país’, no solo fue provocativo para algunos sino también azaroso. Quizás es una pequeña muestra de la desorientación de las agrupaciones políticas, respecto de lo que en general y en específico, la población del país requiere. Al parecer, se adolece aún, de argumentos transversales a la hora de ofrecer la integralidad y sostenibilidad, de un rumbo convincente, que sea legitimado por una mayoría de los chilenos. Y, que son en el fondo, quienes les dan vida y sentido al país, más allá de los manejos políticos y económicos en boga.
Es un hecho entonces, la necesidad que tienen ambos polos ante la inminente concurrencia a votar en segunda vuelta, de reconsiderar aspiraciones y programas, frente el amplio tedio ciudadano, puesto que de nada sirve omitirlo o hacer como que no existe. La actitud del avestruz no es recomendable para nadie. Esto evidencia la disyuntiva en que se encuentran los candidatos y el pueblo chileno. Demandas sociales urgentes y seguridad van muy unidas. ¿Podrá alguno armonizar ambas exigencias?
Además y de suma importancia es que, la vía democrática y el progreso en Chile no involucione a causa de egolatrías y entelequias. Y más allá de las reconocidas desigualdades y abusos, establecer mejoras morales y materiales, para estas amplias estructuras ciudadanas en el país. Hasta este momento, continúan las reformulaciones.