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Alejandro Álvarez Riveros, Periodista.-  Cuando pensábamos que Felipe Hubner sería solo un mal sueño para la región, el gobierno lo pone nuevamente en nuestra... No contaban con su astucia: Felipe Hubner Valdivieso director de ZOFRI S.A

Alejandro Álvarez Riveros, Periodista.- 

Cuando pensábamos que Felipe Hubner sería solo un mal sueño para la región, el gobierno lo pone nuevamente en nuestra órbita.

El pasado 30 de julio, Zona Franca de Iquique (la empresa estatal más importante de la región) informó que en sesión de directorio y en reemplazo de Raimundo Cruzat se “designó” como nuevo director de la compañía a Felipe Hubner.

Sí, ese mismo que recibió un escandaloso aporte privado para su campaña a constituyente, que no pudo votar por él mismo ya que su residencia la tenía en Lo Barnechea y que decía ser independiente y lo único que tenía de independiente era ser de la Unión Demócrata Independiente.

En el escrito enviado por la empresa pública se establece que Hubner Valdivieso aceptó ser director y que no tiene inhabilidades para ejercer dicho cargo.

Quizás se podría establecer un estándar mínimo de “designación” y que al menos los directores supieran diferenciar lo que es un chumbeque y que este bocado local no pertenece al reino marino. Si fuese así Hubner estaría inhabilitado para ejercer este cargo, pero bueno como dicen “la ignorancia es atrevida” y en Chile eso se premia.

A poco más de siete meses que termine el gobierno de Sebastián Piñera, Hubner podrá representar los intereses de la región por los próximos dos años, es decir con una nueva Constitución, un nuevo Parlamento, un nuevo gobernador regional, una o un nuevo Presidente, este personaje seguirá siendo director de ZOFRI.

Para eso tendrá que sacrificarse y venir a Iquique una vez al mes para integrar una reunión que no se puede extender por más de tres horas. Todo ese esfuerzo será gratificado con una dieta promedio de dos millones de pesos al mes, cifra que no incluye traslados, ni viáticos.

Para cerrar esta reflexión pensaba en comparar a la UDI con la banda del Titanic, pero no, los músicos representan la nobleza, heroísmo y compromiso ante la adversidad, muy por lejos de la tragedia shakesperiana que viven los gremialistas, que en medio del tormentoso invierno que experimentan, naufragan convencidos en su doble moral.

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