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Por Gonzalo Artal Hahn.- Wilfredo Bacian Delgado, quien junto a Thelma Ramos Mamani busca acceder a los escaños reservados de los pueblos originarios y convertirse... Wilfredo Bacian, candidato constituyente del pueblo quechua: “Debiésemos poder decidir y definir  nuestras prioridades de desarrollo”

Por Gonzalo Artal Hahn.- Wilfredo Bacian Delgado, quien junto a Thelma Ramos Mamani busca acceder a los escaños reservados de los pueblos originarios y convertirse en los únicos representantes quechuas del próximo proceso constituyente, no solo se refirió al piso mínimo de demandas que deben concretarse tras las elecciones del sábado 15 y domingo 16 de mayo, sino que, además, aprovechó de marcar sus diferencias con las otras duplas que aparecerán en la papeleta.

“En todas las salidas a terreno y en cada reunión en línea sostenidas remotamente hemos marcado que la nueva constitución debe atender las demandas históricas y las actuales de los pueblos originarios, ratificando un reconocimiento constitucional que debe ser robusto, pues no queremos nada cosmético o algo que se transforme en una mera declaración de buenas intenciones”, explica Bacian, haciendo referencia a una plurinacionalidad que también es parte de las aspiraciones de los restantes pueblos que van por los 17 asientos reservados, siete de los cuales se destinaron para Mapuches, dos para Aymaras y uno para cada exponente del pueblo Rapa Nui, Yagán, Kawésqar, Diaguita, Colla, Chango, Atacameño y Quechua.

-Hasta aquí una petición similar. ¿No?

-Sí, que Chile sea un Estado Plurinacional es lo más recurrente, lo que quiere decir que buscamos que se reconozca a los pueblos como naciones originarias que cohabitaron el territorio mucho antes de La Colonia. Ahora, la diferencia está en que nosotros estamos planteando que esta nueva constitución tiene que estar sujeta a la autodeterminación de los pueblos, vale decir, que nosotros en función de ese derecho debiésemos poder decidir y definir, entre otras cosas, nuestras propias prioridades de desarrollo.

-¿Lo que se traduciría en qué tipo de acciones?

-Por ejemplo, en el derecho al agua. Verlo como un derecho humano y no solo como un bien de uso público, en donde se establezca y se garantice el vital elemento para todas y todos. Y en el caso particular de los pueblos indígenas, que se reivindiquen los derechos ancestrales de las aguas a las propias comunidades”, comenta el candidato quechua, quien también hace referencia al derecho al uso y administración del territorio.

También es importante que el Estado reconozca y haga cumplir la ley para restituir las tierras y territorios, cosa que no ha ocurrido. Y aquí tenemos que profundizar en el derecho para que eso sea, por fin, parte de la aplicabilidad de la política pública, que, en este caso, corresponde al Ministerio de Bienes Nacionales. Y junto a ello, el derecho a los recursos naturales y la posibilidad de que no sea el Estado quien tome estas decisiones, así como el derecho al resguardo y cuidado de nuestros patrimonios, para que no sea una institución como el Consejo de Monumentos quien determine y decida qué se hace y qué no se hace con el patrimonio que hemos heredado de nuestros antepasados.

-¿Y cómo cree que les irá con esa postura?

-Lamentablemente es una responsabilidad política que los gobiernos de turno no supieron generar, pues en todos estos años no se fomentaron los mecanismos adecuados para que los pueblos se desarrollen por sí mismos. Una falta de voluntad política inmensa que se transforma en una oportunidad. Ahora, hay que reconocer que se hicieron algunas luchas y reivindicaciones, pero todos esos movimientos terminaron en el mismo Congreso de la República durmiendo el sueño eterno.

-¿Freno tras freno?

-Lamentablemente sí, pues en el gobierno de la Concertación se generaron algunas iniciativas, pero este gobierno de derecha no ha tenido la voluntad de retomarlas o darles prioridad en su gestión política. Más bien, ha generado un proceso de meterle tijera a la institucionalidad y a Ley Indígena. Si es cosa de recordar que hace un año y medio atrás, un poco antes del estallido social, las comunidades y los pueblos indígenas estuvimos marchando en contra del proceso de consulta indígena que se quería hacer en el gobierno de Piñera, quien justamente quería modificar la Ley Indígena. Afortunadamente nos opusimos y generamos ese rechazo que termina en la oportunidad de hoy.

POQUITO FAIR PLAY

El representante que estará visible en el voto indígena bajo el número 110 advierte que la campaña por el cupo quechua no ha sido del todo limpia, argumentando que “siempre hay quienes pretenden generar la crítica con elementos de índole personal, tratando de enlodar a las personas y confundirlas con mentiras”.

-¿Algún episodio anormal?

-Hemos recibido ataques de parte de algunos sectores que nos ven como enemigos, más que como hermanos. Aun así, yo creo que aquí lo más importante es que tanto Thelma como yo venimos de una comunidad, de una realidad territorial, por lo que entendemos lo que cuesta hacer comunidad, lo que ha costado lograr reconocimiento institucional por parte de la Conadi para ser comunidad, lo que significa lidiar con empresas mineras.

-¿Y eso cómo los marca?

-Lo que pasa es que el Estado, en este sistema neo liberal, impone también sus políticas públicas, dando facilidades para que las producciones de inversiones proliferen en los territorios, generando esta zona de sacrificio que coincidentemente afecta a muchas comunidades quechuas que se han visto enfrentadas. Una realidad que no pretendemos ocultar, sino que más bien, en base a la realidad y experiencia en la cual nos ha tocado convivir, buscamos mejorar con propuestas que apuntan a modificar y generar cambios respecto de lo que este Estado paternalista quiera decidir en nuestros territorios. Y es por eso que apostamos a la autodeterminación, al autogobierno territorial, donde nosotros tomemos las decisiones y no el Estado.

-Volvamos a los ataques.

-Ah, bueno. Han dicho que somos de partidos políticos y eso lo desmiento categóricamente, pues en los registros figuro como un indígena independiente, no adscrito a ningún conglomerado. Eso sí, debo decir que hace más de diez años milité en un partido político del que fui candidato y concejal de la comuna de Pozo Almonte, por lo que sí es una realidad que estuve dentro de un partido político. Situación que también me ha permitido conocer ese sistema desde el interior.

-Conoce la política partidista.

-Sí, conozco esa estructura partidista, y por lo mismo hoy en día tengo claro que se debe tener una mirada independiente y no pauteada por ningún partido político y por ninguna institución más que la representación que puedan darte tus bases. En este caso, los territorios, las comunidades y las organizaciones quechuas que forman parte de los pueblos de esta nación milenaria.

-¿Algo más que forme parte del sello Bacian-Ramos?

-Lo que nosotros quisimos generar en este proceso era escuchar a las comunidades. Y lo hicimos, recorriendo localidades y reuniéndonos de forma online, pues pretendemos redactar una nueva constitución desde los territorios, atacando las realidades sociales y culturales, pero no solo de nuestros pueblos, porque también sintonizamos con las propuestas que buscan subsanar otras demandas de la sociedad civil, las que se hace necesario combatir, por lo que buscamos resolver cómo vamos a aportar, por ejemplo, en el tema de No Más AFP.

-¿Única causa?

-No. También nos interesa ver cómo generamos procesos tanto en educación como en salud, para que, en definitiva, sean servicios garantizados por el Estado y que no se genere un mercantilismo de dichos servicios, cómo se van a garantizar los derechos humanos de todos los ciudadanos y todas esas demandas de larga data y que se manifestaron el 18 de octubre. Y algo que de verdad nos devuelve a los pueblos es cómo apostamos a generar un cambio para impulsar la descentralización, el poder político regional, y los autogobiernos territoriales.

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