La Voz del Pueblo
Opinión y Comentarios 26 octubre, 2020 Edición Cero
Julio Ruiz Fernández, Sociólogo
En histórico plebiscito, el pueblo se pronunció por una nueva Constitución (78) y por la Convención Constitucional (79%). De la calle a las urnas, y con pandemia mediante, Chile se pronunció, de manera categórica y celebró. No eran 30 años, sino 3 comunas, como tuiteó Pedro Cayuqueo.
Se inicia el fin de la Constitución de Pinochet y Guzmán. Se inaugura una nueva etapa y esperanza para Chile y para Tarapacá. Esperanza que no puede ser defraudada si es que las fuerzas sociales y políticas saben interpretar la contundente expresión ciudadana.
La gran mayoría del país se unió por forjar una nueva constitución y por la fórmula en que sus elaboradores, los convencionales constituyentes, sean íntegra y paritariamente electos por la ciudadanía. Unidad y participación es lo que la mayoría de los chilenos y chilenas expresaron este 25 de octubre.
Esta victoria popular ejemplar e inédita en nuestro país se verá desafiada el próximo 11 de abril de 2021 cuando se elijan los convencionales constituyentes.
Las fuerzas del orden neoliberal vigente realizarán todos los esfuerzos por bloquear u obstaculizar el anhelo de cambio y transformación de las actuales reglas del juego, que permitan un país más justo e igualitario, fundado en la dignidad y derecho de las personas y comunidades. Concentrarán sus fuerzas, e intentarán confundir a la ciudadanía a través de sus redes y medios de comunicación sosteniendo ahora que todos están por una nueva constitución, buscando así que sus representantes sean elegidos en la convención constitucional y desde ahí evitar que los contenidos que esa nueva constitución representen la voluntad de cambio de las mayorías.
Por ello, la unidad social, política y ciudadana expresada este 25 de octubre, tiene el desafío de profundizarse y ampliarse, convocando incluso a más ciudadanos a participar en la votación de constituyentes el 11 de abril próximo. Forjar una sola lista de candidatos y candidatas para constituyentes, con sustantiva participación de independientes, dirigentes de los movimientos sociales y también de las fuerzas políticas es un imperativo democrático y transformador de la hora actual.
Las fuerzas del cambio y superación del orden neoliberal serán evaluadas y juzgadas por su capacidad o incapacidad de interpretar fielmente el sentimiento de unidad y voluntad de participación e incidencia ciudadana en la construcción de un Chile para todos y todas.