Pampa Prog – Santander Project
Opinión y Comentarios 4 marzo, 2019 Edición Cero
PAMPA PROG – SANTADER PROJECT
Iván Vera-Pinto Soto / Cientista social, pedagogo y escritor
Por la experiencia acopiada por los años en el campo artístico, nos inclinamos a afirmar que en nuestro puerto existe una sustantiva camada de trabajadores de arte, que de un tiempo a esta parte están empeñados en forjar sus propios derroteros, de manera autónoma y apasionada. Precisamente, uno de estos exponentes es Mauricio Santander Cortés, quien por más de dos décadas viene incursionando, con legítima originalidad, en la música y en las producciones cinematográficas.
Lo cierto es que hemos tenido la satisfacción de conocer gran parte de sus artefactos, los que han sido proyectados en nuestra región, incluso, algunos de ellos han alcanzado una notoriedad a nivel internacional. Tal es el caso del documental “El Palero”, galardonado en Nepal, el año 2017. Otros productos audiovisuales dignos de mencionar son: “Iquique sintonizado” y “La ciudad de los niños”, cuyas temáticas están asociadas con la memoria histórica y la identidad de la zona.
Del mismo modo, es pertinente establecer su copiosa producción musical lograda a través de su proyecto Santander Project, entre las que sobresalen, a nuestro juicio: “Julio Miralles: Ángeles”, “El Palero”, “No llores por amor” (con Lalo Espejo), “Crying Tears”, “Tierganten 2017”, “Rastros del cielo”, entre otras.
Pues bien, estamos enterado que en las próximas semanas estaría realizando el lanzamiento del nuevo disco “Pampa Prog”, el que incluye 15 temas originales. En efecto, esta grabación – del inquieto y fecundo autor – viene a complementar el trabajo arduo y constante que ha ido madurando durante el último período. Presumimos que este trabajo nace del espíritu de indagación y el juego cautivante de interpretar música renovada, incorporar tramas y sonidos propios, generando así un dialogo espontáneo y profundo entre los temas y el público.
Al respecto, hemos tenido el privilegio de acceder al demos de este material inédito, y sobre el cual en estas líneas haremos una apreciación somera desde la postura del melómano, sin ser, lógicamente, experto en la expresión musical.
Para iniciar el breve análisis, comentemos que “Pampa Prog” es un objeto ideado, compuesto, interpretado, ensamblado y financiado por el mismo Santander, lo que ya le otorga a la iniciativa un primer mérito, pues sabemos muy bien que en nuestra realidad es muy complejo plasmar, de manera independiente y satisfactoria, toda esta cadena de acciones creativas y de gestión. Digamos que esta apuesta equivale, metafóricamente, a un “suicidio profesional”, en el sentido que es, sin discusión, una empresa riesgosa para el músico-productor, quien se moviliza bajo la presunción que el público respaldará la inversión de esfuerzo y entrega artística dada en el ejercicio de su ideario.
En cuanto al canon musical de este creador, podemos reconocer ciertas constantes que se hacen patentes en sus invenciones. Una de ellas es la línea experimental, cuyo gesto estético supera los modelos convencionales y comerciales.
Por otra parte, observamos que los temas avanzan en diferentes direcciones: desde el género “New Age”, cuyo objetivo, como sabemos, es crear estados especiales de inspiración artística, relajación y predisposición optimista; pasando por algunas reminiscencias del rock progresivo, en una pulida y sofisticada interpretación musical.
En lo personal, algunos acordes me retrotraen a los estilos de Alan Parsons, Pat Metheny, Rick Wakeman o Mike Olfield, por citar algunos famosos. Empero, Santander, revela su propia impronta, entregándonos una cuidadosa demostración de imaginación y creatividad, sin omitir la diversidad sonora que emplea para invitar al oyente a transitar por exclusivos entornos personales y universales.
Otras variables manifiestas en las composiciones mediadas por los sintetizadores, que podemos identificar son: cuentan con un claro componente innovador, abarcan una buena gama de estilos, sus melodías suaves y poco estridentes, crean una atmósfera onírica y cósmica, que puede desprenderse a partir de los propios títulos: “Desde el alma”, “Mi dirección cósmica”, “Rastros del cielo”, “Imaginarios”, “Los transeúntes” y “Una musaraña en un jardín de nubes”
Por lo demás, despierta la atención que el álbum, pese a tener una fuerte base electrónica, dada con el sampleo digital de instrumentos de alta calidad, sugiere, también, una imagen emparentada con la identidad local: “Pampa prog master piece” y “Los delfines de Pisagua”. Esta suerte mixtura deliberada, da cuenta que el compositor se sustenta en realidades cercanas, y las expresa mediante un guiño musical posmoderno. Entiéndase, en términos generales, el posmodernismo como un rompimiento con el modernismo. Jonathan Kramer en «The Nature and Origins of Musical Postmodernism» (2002) postula la idea que el posmodernismo es más bien una actitud o una condición que un estilo o periodo histórico. Para ser puntual, la música de Santander exhibe algunos rasgos de esa línea conceptual. Valga decir, no se presenta como un rechazo al modernismo o a su continuación, sino que tiene aspectos de ambos, un rompimiento y una extensión; cuestiona la exclusividad mutua de los valores elitistas y populista; considera la tecnología no solamente como una vía para preservar y transmitir, sino también como implicada profundamente en la producción y esencia de la música.
Asimismo, admitimos que esta técnica de fusionar algunas temáticas de la memoria personal y colectiva con la base electrónica podría incidir, directa o indirectamente, en la lectura que hagan los futuros receptores, ya que, en el plano de la abstracción, resultaría ser vinculante con sus referentes cotidianos.
Los sustratos de la idea eje de este volumen los podemos reconocer en el imaginario de su autor, quien se esfuerza por contarnos una historia sonora que reivindica la capacidad de imaginar, de volar a los límites del ensueño y de poder sensibilizar, entre otras cosas, la naturaleza, el amor y la paz. Está claro que todo esto se conecta con los contenidos y las formas ya experimentadas en otras creaciones por el artífice, y que representan su posición frente a la vida y la sociedad.
Asimismo, no podemos soslayar que Santander tiene oficio en lo que hace, cuenta con voz propia, es metódico en su quehacer, y consecuente con el sendero estético que ha adoptado. La música no es un apéndice de su labor como profesor, sino una filosofía de existencia, y un vehículo para expresar su pasión desbordante por el arte y la vida.
Otro aspecto interesantes de anotar es el hecho que, aunque la composición de las piezas no tiene tiempos rápidos ni quiebres rítmicos radicales; sin embargo, ellas pueden resultar sugerentes e intensas en sus efectos subjetivos.
En todo caso, podemos adelantar que el público tendrá la oportunidad de descubrir un álbum conceptual e intimista, con un leitmotiv instrumental exento de efectos intrincados, todo lo cual facilita el buen desarrollo del programa melódico y la fácil comprensión auditiva. Pero más allá del talento que pueda exhibir el compositor y de los factores técnicos de su disco, creemos que lo más significativo es la escena y cultura que da a conocer con su música.
A última hora, sólo nos queda por motivar al público, para que cuando salga a luz “Pampa Prog” sepamos valorar el tesón y capacidad de este artista iquiqueño, quien en su estudio personal ha logrado fundar una instancia de amor y dedicación casi obsesiva, con el propósito de generar un clima perfecto para hacer música con libertad y con hondo sentido identitario presente.
Al fin y al cabo, la música deben vivirse para llevarla adelante en paralelo con el desarrollo personal más íntimo. Cualquier separación o transgresión de esta unidad vida-arte, no creo que pueda llegar a buen puerto. Así sospechamos que lo siente también este mentor musical.