El Niño de Brasil
Opinión y Comentarios 16 octubre, 2018 Edición Cero
Daniel Ramírez G.
En el año 1978 Hollywood produjo una película llamada “Los niños de Brasil”, basada en una novela del mismo título aparecida en el año 1976. La historia, a la que se le dio carácter de ciencia ficción, relata la huida del diabólico doctor Mengele, quien era uno de los hombres más odiado y buscado por los servicios de inteligencia israelíes, debido a los crueles experimentos que llevaba a cabo con prisioneros judíos en los campos de concentración. Ante la posibilidad de una derrota del nazismo, Mengele concibe el plan de la clonación de Hitler y se dice, que lo conversa con él y obtiene su aprobación. Cuando huye de Alemania, lleva consigo el material genético necesario para clonar a Hitler, de tal forma que su renacimiento genere la continuidad del nazismo.
Como lo hicieron una gran cantidad de dirigentes y criminales nazis, algunos de los cuales se sientan hoy a la cabeza de importantes empresas multinacionales, Mengele huye a Sudamérica y se instala en la selva amazónica.
Para dar comienzo a su trabajo, se busca por todo Brasil a grupos familiares que reúnan las características que tipificaban a la familia de Adolfo Hitler, en la medida que las encontraban, a estas familias se les entregaba un niño clon. Esta operación se repetiría 94 veces. El desarrollo del ambiente familiar debía de ser a tal punto similar al vivido por Hitler, que cuando el padre adoptivo del clon cumplía 65 años, que era la edad en que murió el padre de Hitler, los padres de las familias elegidas eran asesinados. Esta serie de asesinatos despertaron la sospecha del servicio de inteligencia israelí y comenzó la búsqueda de Mengele.
Los tres pilares del régimen nazi eran el nacionalismo, el racismo y el anticomunismo y el hombre que fue el cerebro de la propaganda que embruteció a Alemania bajo estas banderas, se llamó Joseph Goebbels, el ministro de propaganda del régimen nazi, quién al ver acercarse el final, asesinó a sus hijos y se suicidó junto a su esposa.
Dado que la película está construida sobre personajes que realmente existieron, agregado al hecho de que Menguele, en los campos de concentración experimentó principalmente con niños y parejas de mellizos y además, al extraño suceso que ocurrió en esos años en que se supone su presencia en la amazonía, en que hubo allí una tasa extraordinaria de aumento del nacimiento de mellizos rubios de ojos azules, ha habido quienes han investigado la trama de esta película tratando de vincularla a una realidad oculta.
Todo esto lo traigo a colación porque hace pocos días atrás, por esas casualidades raras que tiene la vida, la curiosidad me llevó a ver imágenes de un discurso de Bolsonaro, poco rato después de ver imágenes del régimen nazi que presentaban un discurso de Goebbels. Fue el momento en que me “cayó la chaucha” y recordé la película.
Mengele nunca fue ubicado y murió en el 1979 en algún lugar de nuestra América. Si había alguien que debía de acompañar a Hitler en su renacimiento, no podía ser otro que Goebbels. Raya para la suma. Parece que Mengele hizo bien su trabajo.
Si el parecido físico no es mucho, aunque tampoco es poco, ideológicamente son iguales y si bien, el auge del neofascismo en el mundo aún puede ser detenido, el tenerlo tan cerca y en una nación tan querida por nuestro pueblo nos traerá dolores.
La película es muy buena.